―¿Qué… qué es? ―A ti. ―Cameron susurro mientras miraba sus labios ―Me gustas y sé que te gusto, ¿Por qué no divertirnos? Ella abrió y cerro los labios sin saber qué decir o que hacer. Sin embargo, Cameron tenía razón en algo, desde que se conocieron la química entre los dos se hizo palpable. ―Dij
CAPÍTULO 9 CAMERON. Traer a Andrea a mi departamento fue una mala deliciosa mala idea. Ella se burlaba de mi autocontrol con esos ojos marrones almendrados. Sin embargo, me importaba un carajo porque iba a hacerla mía. En el momento en el que dijo que si, mi control se rompió. Me apoderé de su bo
―Todavía no, cariño. Tenemos toda la noche. Sus labios se separaron y sus ojos se volvieron hacia mí. Agarre sus rodillas y las pase por encima de mis hombros. Estaba completamente expuesta a mí, puedo jurar que es la mejor vista de mi vida. Ella era como una diosa y yo estaba de rodillas adorándo
CAPÍTULO 10 Andrea se despertó, envuelta en el aroma que se estaba convirtiendo rápidamente en una familiaridad y el suave brillo del sol. Era tarde. O temprano ella no estaba segura. Su cuerpo dolía. Era el dulce dolor del agotamiento del que no le importaría tener más. Después de que Cameron se
―Desde el momento en que te vi, he fantaseado con esto ―su confesión la sorprendió e hizo que su pecho vibrara de satisfacción ―Tú gimiendo debajo de mí, como una diosa, rogándome que te follara. Andrea podría llegar al orgasmo con solo escucharlo, Cameron era un hombre que hervía en necesidad, pla
CAPÍTULO 11 Andrea no pudo dormir porque tenía algo muy importante que hacer. Tenía que mirar a Cameron. Estaba sentada de piernas cruzadas en una esquina de la cama, mirándolo dormir entre las sábanas arrugadas y hechas un lío. Estaba despeinado y tenía la cara colorada. Dormía de lado con una m
CAPITULO 12 ―¿Quieres ir a jugar bolos? ―¿A los bolos? ―Se me ocurre que podríamos salir a divertirnos, así que ve a ponerte tu ropa de bolos y vámonos. ―No tengo. Y no me hagas reír porque me da hipo. ―¿Qué es gracioso? ―la miro con adoración. Cameron sentía tantas cosas, que no podía distingu
CAPITULO 13 ―¿Me estas jodiendo, verdad? ―No estoy hablando muy en serio. Ella tiro la servilleta y se cruzó de brazos. ―Genial, ahora resulta que soy tu premio de consolación. ― Yo no he dicho eso. Simplemente estoy siendo sincero contigo, es mejor que lo sepas ahora, a que lo hagas más adelan