―¿Qué sabes tú de cómo me siento? Desde que te conozco has estado con la misma mujer, ¿Qué pasaría si un día tu madre te dice que no te casaras con Hande? ¿Qué harías? ¡¿Sonreirías y harías de cuenta que nada paso?! Jonathan no supo que responder, por una parte, Eliot tenía razón. Su vida se podría
CAPÍTULO 13 Al día siguiente, Amara y Cameron se encontraron en la entrada del ascensor. Ambos llegaron temprano, por lo que no había nadie alrededor en ese momento, solo estaban ellos dos. El ambiente era un poco incómodo, Amara bajo la cabeza y se quedó mirando las puntas de sus zapatos. Diez se
―Voy a darte la oportunidad de hablar con mi hermanito. ¡Quiero ver cómo Cameron puede ayudarte! Amara se quedó allí aturdida, no fue hasta que se cerró la puerta, que ella volvió a sus sentidos. Si lo que cree resulta ser verdad, ¿quiere decir que sacaran a Andrea de la universidad?Aunque Andrea
CAPÍTULO 14 Amara dejo caer el teléfono débilmente, sabe que nadie en esta ciudad o fuera de ella se atreve a ir contra de la familia Kingston. Ahora que Silas está enfermo y nadie está a cargo, Elliot puede hacer lo que quiera, ser anárquico y lastimarla sin reservas. «¿Esto es lo que te hace fel
CAPÍTULO 15 Pero recordando lo que dijo Elliot ese día en la oficina, Amara lo elimino directamente de su lista. «Puedes rogar a cualquiera, pero no debes acercarte a Cameron, de lo contrario, con el temperamento violento de Elliot, podría matarlo si se entera» Ahora solo quedaba Sergio, ella no
CAPÍTULO 16 Amara no vio a Elliot hasta dos días después, parecía venir de algún lado, su ropa estaba arrugada y su cabello desordenado. Lo miro rápidamente, para luego desviar su mirada, pero en ese instante vio un cabello largo de color negro, pegado al cuello de su camisa. Ella lo miro fijament
Hace unos días, ella estuvo hospitalizada y no fue dada de alta hasta ayer. Se había sometido a un trasplante de útero, es por eso que viajo a Chicago, para acompañarla y llevarla a casa. Se sentía en deuda con ella. ―¿Aún no te has dormido? ―No, quería saber cómo estabas. Al escuchar esto, Ana
CAPÍTULO 17. ―¿Lo hiciste a propósito, verdad? En este momento, Melinda soltó sus hombros y lo miro con expresión seria. ―Nunca dejaré que mi hijo cometa los mismos errores que yo, incluso si me odias. ¡No harás nada por esa mujer! ―¡Madre! ―¡Acompañaras a Isabella y la trataras como lo que es