Faltan dos.
CAPÍTULO 81. Ese día, Cristian volvió a casa tarde en la noche. Después de darse un baño, busco refugio en los brazos de la única persona que podía consolarlo en ese momento. ―¿Cómo está? El gurdo silencio un momento no sabiendo cómo decirle. Se sentía responsable por la muerte de su hermano, era
Mientras tanto, en el hospital, Stella apretaba con fuerza las sabanas y su frente sudaba cuantiosamente. La enfermera la miro preocupada. ―Señora, tiene que hacerlo. ―No. ―negó con la cabeza ―No si él. Stella tenía dolores de parto, pero se negaba a que le colocaran la oxitocina. En la misma h
Stella lo miro y su pecho se hinchó de alegría, estaba agotada, pero feliz, ahora en su corazón era para dos hombres. ―¿Puedo? ―Cristian pregunto emocionado ―No lo dejaré caer ―la tranquilizo. ―Sé que no lo harás. Stella le entrego al pequeño bebe a su padre y en cuanto Cristian lo tuvo en sus br
CAPÍTULO EXTRA “LAS PRIMERAS PALABRAS DEL PEQUEÑO RHYS” Esa noche, Stella volvió a la mansión ancestral. Después del nacimiento de Rhys, el abuelo les ordeno vivir con hasta el día de su muerte, es solo que después del nacimiento de su bisnieto, su salud comenzó a mejorar. Abrió la puerta principa
SIPNOSIS: Amara Rossi, se vende a sí misma a un matrimonio con la familia Kingston para asegurar la presidencia de su padre en las industrias Rossi. Elliot Kingston está enamorado de una mujer que su padre no aprueba, así que, este le da un ultimátum, debe casarse con la hija de los Rossi o le entr
―Directora Rossi, ¿tiene algo que decir al respecto? Amara frunció los labios, giro la cabeza para encontrarse con su mirada y la sonrisa en sus labios fue impecable. ―Sr. Kingston, en estos momentos estoy en la empresa, además, estas fotos son su asunto privado. No tengo derecho a involucrarme.
De repente, una mano apareció frente a sus ojos, sosteniendo un pañuelo y entregándoselo. Amara giro su cara y se sorprendió cuando vio que se trataba de su asistente Lucy, que había trabajado con ella por casi medio año y también estaba en la sala de juntas hace un momento. ―Sé que estás sufriend
Amara no podía decir una palabra, sus manos estaban apretadas en puños y le tomo toda su fuerza controlarse para no temblar. De repente, una mano grande y poderosa rodeo su cintura. Giro la cabeza y vio a Elliot, quien le estaba sonriendo, pero parecía que había cuchillos saliendo de sus ojos. ―Mi