―Nunca llegarás a cumplir esa amenaza. ―acaricio su rostro ―Solo te amo a ti. ―Más te vale. ―después de sonreír volvió a acostarse en su regazo. De repente sintió como una especie de aleteo en su vientre. ―¡Oh Dios! ―¿Qué pasa? ―Cristian se tensó ―¿Te sientes mal? ―Él bebe se está moviendo. ―¿
CAPÍTULO 62. De vuelta a la mansión vieja, el anciano los recibió con una comida especial y una significativa sonrisa en sus labios. El saber que finalmente Stella y su nieto retomarían su matrimonio, lo llenaba de tranquilidad. ―Estoy muy orgulloso de ti, Stella. Tienes un gran corazón y mucho am
CAPÍTULO 63 Temprano en la mañana, Connor leía sin prestar atención unos documentos. Stella caminaba pensativa hacia la oficina del presidente, reflexionando de qué manera le daría la noticia. Se detuvo frente a Lucy, la secretaria. ―Buenos días, Lucy. ¿Connor está en su oficina? La joven le dio
CAPÍTULO 64 En su oficina Cristian miraba el papel en su mano. ―¿Estás seguro de esto? ―Lo repetí dos veces y en ambas arrojo el mismo resultado. ―Jonathan ajusto el gemelo de su camisa ―Podemos acusarlo de intento de asesinato y llevarnos con él al médico y todo aquel que estuvo involucrado. Cr
―Tienes un punto. Amara no es culpable de que Elliot se viera obligado a dejar a Ana Paula. ―Esperemos que al igual que tú, recapacite y aprecie a la mujer que tiene a su lado. Cristian torció los labios. ―No creo que sea posible. Hay una diferencia, Stella me ama, pero, Amara no está enamorada d
CAPÍTULO 65 A la mañana siguiente, cuando Stella bajo las escaleras, una mujer que probablemente estaría en los cincuenta, conversaba animadamente con el abuelo. En cuanto la vio llegar se levantó y le dio una sonrisa. El anciano agitó su mano para que se sentara a su lado. ―Stella, querida. Te p
Mientras Stella seguía hablando, Cristian apretó los dientes. «¿Amore? No tendrá intenciones de invitar a ese Jake, ¿verdad?» ―¿Qué piensas Cristian? ―¿Ah? Perdón, no estaba poniendo atención. ―Que si lo haremos en aquí o prefieres alguna locación. Pero Cristian, seguía mirándola sin responder
―Gracias… gracias por todo esto. ―No tienes que agradecer, cariño. Te prometí que te protegería y que también te pedí que confiaras en mí. ―él extendió la mano y toco suavemente las yemas de los dedos de Stella. Ella bajo la mirada y se sorprendió cuando vio el anillo en la mano de Cristian. Se lo