―Vamos, Stella. No te lo tomes a pecho, es solo un vestido. Ella guardó silencio y respiro para calmarse. ―¿Estás molesta, verdad? Está bien, me disculpo. No volverá a suceder. ―Eso espero. Voy a prepararme, te enviaré en cuanto esté lista. ―Estoy seguro de que serás la mujer más hermosa de la n
CAPÍTULO 46 Kendra, que los estaba viendo desde hace rato, no pudo soportarlo más. Cuando todos escucharon la voz, se giraron y vieron a Kendra caminar hacia ellos. Vestida con un diseño de última moda, se veía definitivamente hermosa. ―Cristian, estaba buscándote. ―ella le dio una mirada ligera
CAPÍTULO 47 Stella abrió el grifo, se enjuagó la boca y luego se presionó la cara para refrescarse. Mirándose en el espejo, se regañó a sí misma. «¿Qué demonios acabas de hacer, Stella?» Pensando en las palabras de Connor hace un momento, sintió que ahora más que nunca debía trazar una línea clar
CAPÍTULO 48 Cristian parpadeó, sin entender. Así que le pregunto de nuevo. ―¿Qué dijiste? ―su corazón comenzó a latir con violencia. ―Estoy embarazad, tal vez es una jugada del destino que sea ahora, en tres años nunca sucedió, incluso el médico dijo que… que sería imposible. Pero el hecho, es qu
CAPÍTULO 49 ―Cristian, ¿para qué me trajiste aquí? ―ella miró con recelo la mansión en la que había vivido los últimos tres años ― El día que me fui te dije que no volvería, y planeo cumplir mi promesa. Y menos ahora, que las cosas de Kendra, están allí. Se cruzó de brazos sin intención de bajarse
―Nunca he tocado un cabello de Kendra, jamás. Asumiré mi responsabilidad por anteponerla a ti, por darte un matrimonio frío y por no saber reconocer mis sentimientos. Pero te juro, por la memoria de Rhys, que nunca he mirado a Kendra como algo más que una simple cuñada. Ella sacudió la cabeza. ―No
CAPÍTULO 50 Stella se sentó rígida en la silla de la sala de espera del médico, con Cristian recostado a su lado. Las mujeres en varias etapas del embarazo miraban alternativamente en su dirección con abierta curiosidad o deslizaban miradas de soslayo antes de volver a sus teléfonos. Estaba furios
―Hormonas. Estoy de mal humor. Las facciones de la mujer se suavizaron y sonrió. ―Entiendo, pero, Sra. Montgomery. Me gustaría sugerirle que le permita a su esposo todas las oportunidades de ser parte de este embarazo. Un rubor frenético tiño las mejillas de Stella. ―Acuéstese aquí, por favor. ―l