―Stella. ―la miro con entusiasmo ―Se que es un poco abrupto decir esto, pero, me gustas desde el primer día que llegaste a la empresa. ―¿Qué? ―ella estaba un poco sorprendida. Connor sonrió y la miro fijamente. ―¿Te sorprende? Recuerdo que ese día, llevabas el pelo recogido y vestías jeans y camis
CAPÍTULO 14. Después del incidente de ese día, Cristian ha estado ignorándola. «¡Todo es por tu culpa, maldit@ perra!» «Si no fuera por ti, ¿Por qué Cristian tendría esa actitud hacia mí?» Kendra tiene demasiada confianza en su encanto, y le resulta imposible creer que Cristian no se interese en
“Cristian, puede que no sean adecuados, pero no importa. Lo único que quiero es que cada vez que veas este anillo sepas cuánto te amo” En ese momento, sus ojos estaban llenos de expectativas e ilusión, esperando que pudiera poner el anillo en su dedo. Sin embargo, él nunca lo uso, lo dejo en un caj
CAPÍTULO 15 Esta imagen no conmovió ni un poco a Theodore, no era la primera vez que golpeaba a alguien de esa manera. Hace diez años, él tuvo una aventura fuera del matrimonio, lo que volvió loca a la madre de Stella. La pobre encontró a su marido teniendo sexo con una mujer en su propia casa, lue
«¿Le gusta Cristian?» Al pensar en esta posibilidad se sintió disgustada, todas las mujeres solo ven lo bueno de él, mientras que ella ha tenido que soportar su parte oscura. Si fueran humilladas e ignoradas por tres años, ¿seguirían creyendo que es guapo? «Además, no conforme tengo la desgracia d
CAPÍTULO 16 ―¡No! ¡No me atrevo! ―el sudor frío estallo en la frente de Theodore. Cristian abrazó firmemente a Stella y, a través de su camisa, ella podía oler su fragancia amaderada en su cuerpo. Su mano se posó en el pecho y sintió los latidos de su corazón. En este momento, frente a su familia,
―Estoy acostumbrada. ―bajo los ojos ―De ahora en adelante, no es necesario que intervengas en los asuntos de mi familia. Inmediatamente, se dio la vuelta para irse, pero su vista se nubló y casi se cae. ―¡Stella! ―Cristian se apresuró a envolver su cintura y la sostuvo en sus brazos ―¡Te llevaré a
CAPÍTULO 17Había un pequeño rastro de calidez en los ojos de Cristian, cuando su mirada se posó en la rojez de su mejilla, hizo todo lo posible para reprimir las ganas de entrar nuevamente y golpear a su suegro hasta el cansancio. En cambio, exclamo. ―¡Cállate!Tan pronto como terminaron las palabr