Pasan los días y Marcos estaba despedido del hospital haciendo que él se volviera loco de coraje, sabía que era Leonardo por lo que avienta una botella de licor que tenía. «Ojalá que mueras Leonardo Rosas y me dejes el camino libre para Eloísa y para mí, no dejaré que seas feliz con ella, no te dejaré de eso, me encargó yo» pensaba mientras tiraba todo lo que tenía en el pequeño bar que tenía en su departamento buscando desesperadamente unas sustancias que le harían sentir bien.

Estaba harto de Leo Rosas, harto, porque había logrado su cometido, ya que no soportaba que estuviera con Eloísa Henderson por lo que Marcos estaba tomándose otro trago más y tomándose esas sustancias que le hacían sentir mejor, pero no podía olvidar el desplante que le había hecho Eloísa al abofetearlo.

Sin embargo, tenía un asunto pendiente que arreglar con ese cantante del cual estaba harto, puesto que fue a buscar al novio de Eloísa en el estudio de grabación, estaba borracho a duras penas, se podía manten