—Señora tiene que calmarse —me mira y yo solo miro a la nada, me toca la frente —tiene fiebre —suena preocupada, solo quiero morirme ¿Cómo alguien puede ser tan cruel?—No me siento bien —digo y respiro, me miro en el espejo y tengo los ojos rojos.—Le avisaré al señor —la sujeto del brazo, es eso lo que menos quiero.-No. Por favor no —le suplico —no lo quiero ver —me mira. Solo espero que se apiade de mí. —Debe ser la rabia que cogí, me tomo una pastilla y se me pasa, además me duelen las piernas, las tengo un poco hinchadas por los tacones y todo el show —la miro.—Voy a bajar por agua y sus medicinas —le sonrío y me acuesto.*** - ¿Cómo esta? —Nana me fulmina con la mirada como si hubiera hecho lo peor del mundo.- ¡¿Cómo se supone que debe estar ?! —Está enojada conmigo. Veo que busca la medicina de Michel ¿Por qué? Acaso se siente mal. No le dio su lugar, dejó que María la humillara, no la defendió y aparte no hizo nada y se metió en defensa de María ¿Cómo debe estar? de marav
Lo miro a los ojos y el a mí.—Suéltame —susurro firme y lo hace. Miro mi brazo, esta rojo, lo sobo.—Lo siento —dice pero no confío en él, al contrario, a la hora dudo de que es verdad y que es mentira de todo lo que dice, y que clase de persona es.—Porque no dejas de decir lo siento —miro a la nada y se pone a mi lado.—De verdad lo siento, yo... —lo interrumpo, no quiero escuchar más mentiras.—No te creo nada de lo que dices, así que ahórratelo —digo segura, me mira y sonríe.—Ok —dice y me mira serio.—Sé que no viniste a disculparte, con la cara de felicidad que tenías ayer no creo que lamentes nada —digo seguro y trato de mostrarme lo más seguro que pueda.—Tienes toda la razón, no lo lamento, para nada —lo miro enojada.—Dime algo que no sepa —sonrío sarcástica —ilumíname —digo y sonrío.— ¿Cuándo hablaste con tu madre? —Borro mi sonrisa. Si pudiera retroceder el tiempo le habría dicho la verdad a mi mamá, tal vez no estaría aquí hoy. —Te hice una pregunta sencilla, responde
Saco un vestido blanco del armario, es corto y me queda pegado al cuerpo, arreglo mi cabello, me maquillo y me pongo tacones, estoy a la espera de mi hermano, después de arreglarme bajo a la cocina.—Nana ¿te puedo pedir un favor? —digo y la miro.—Oh. Se ve muy hermosa —gracias —le digo y sonrío. —Claro que sí, dígame.—Por favor que nadie se acerque a la comida que preparé, absolutamente nadie. Yo misma vendré a servirla.—Claro —dice, sonrío y termino de arreglar todo. Tomo una copa de champán.— ¿Feliz? —volteo y veo en el marco de la puerta de la cocina a Brayiam mirándome fijamente.—No. Pero es algo comparado con este infierno —digo sonriente y bebo un sorbo de mi copa.—Ya llegó, voy a ir a recogerlo a la pista —dice y lo miro feliz.—Voy contigo —dejo mi copa antes de que diga algo, paso por su lado, me pega una nalgada y me sobresalto, giro y lo miro. —No vuelvas a hacer eso porque no respondo —digo furiosa y el ríe. Camino y puedo sentir su mirada en mi trasero, subimos al
FLASH BACK— ¿Dónde está mi tío? —pregunta mi prima. Si lo supiera no lo estaría buscando —pienso.—I don't know, se suponía que me iba a venir a recoger —veo hacia todos los lados y un hombre se me acerca, es muy apuesto.—Señorita Somerlanders —dice y lo miro. Es alto, se ve fuerte, tiene un buen cuerpo, esta bronceado, tiene los ojos verdes y el cabello claro, es muy apuesto.— ¿Quién es usted? —Lo veo de pies a cabeza, y si, parece el estilo de mi padre pero algo no me cuadra, no tiene pinta de matón.—Trabajo para su padre —lo miro, me pasa el teléfono y hablo con mi padre.—Que rareza que no pases por mí papá ¿Se te olvido?Cuelgo y miro a los hombres, toman mis maletas y las de mi prima y subimos al auto. Reparo bien y todos están armados.— ¿Hace mucho que trabajas para mi padre? —pregunto y me mira a través del espejo del auto.—Sí señorita —dice mirándome y yo lo miro sería.—Dígame muñeca o Michel —digo muy educada, el asiente y sonrío.—Eres muy apuesto —dice mi prima, ah
— ¿A quién le mentimos? —Pregunto —tú y yo sabemos que fue mi culpa, todo lo que pasó fue por mí culpa, así que tengo que arreglarlo y es lo que estoy haciendo —lo miro con sinceridad, ¿Por qué todo lo que haga tiene que cuestionarlo? —pienso.—Hermana… vas a sufrir —me asegura — ¿Por qué me cree tan débil? Pienso.—Entiende, de aquí no podremos salir, si salimos nos matan, eso lo sé y lo tengo claro —lo miro — ¿Eso es lo que quieres?—Ya no las arreglaremos —dice como si nada.—Claro que no —digo confundida, se de lo que Brayiam es capaz y no me voy a arriesgar.—Dime ¿por qué? —pregunta desesperado y suspiro.—Mira Bratt, te propongo algo —digo después de un silencio, lo miro y me mira intrigado —no quería decirte pero como insistes tanto —digo finalmente.—Habla —me dice serio y me sonríe.—No pienso quedarme para siempre en este lugar como crees —digo y suspiro, sonríe y muerdo mi labio con malicia —pero por ahora si —digo y me sujeta del brazo.— ¿Cuál es el plan? —me pregunta y
—Sí, lo sabía —me mira sorprendida y sonríe.— ¿Y por qué no me dijiste? —la mira molesto, ella rueda los ojos.—Porque no lo vi necesario —le sonríe.— ¿Es necesario que vayas?, tu familia está aquí —tomo un sorbo de mi copa y acaricio la mano de Michel.—Es necesario —digo, la miro y ella asiente —su lugar es al lado mío.—Pero aquí está tu familia —dice Bratt y ella me mira.—Mocoso, hermanito querido, tienes que entender que mi familia ahora es Brayiam y que si él va a la China mi deber como su mujer es ir con él. —Eso me gusta, mi mujer, sonrío. —Además Alemania es como mi país, tú lo sabes —asiente. —Mira, te prometo que te llamaré y que cuando pueda visitarte lo haré y tú a mí. Nada va a cambiar cierto amor —me mira y sonríe, que bella sonrisa tiene.—Sí, nada va a cambiar —le aseguro, me sonríe y me da un beso en la mejilla.—Bueno, los dejo para que charlen a solas, voy a ver cómo va la cena. No quiero que mi hermanito se intoxique y mi querido me deje por dejarlo morir de ha
Tomo un sorbo de mi copa de vino y él también lo hace, ninguno de los dos dice nada, solo me observa y yo a él. Le sonrío, juego con todas mis armas, mi cuerpo, mi cara, mi cabello, lo estoy seduciendo.—Me retiro ahora señor Grosbfiab —se levanta del sofá y me mira.—Yo también —dice y subimos las escaleras en silencio, observa mi trasero y aprovecho para moverlo. Al llegar a la puerta de mi habitación me detengo ante ella.—Que pase una buena noche señor Grosbfiab —le digo. —Pensé que… —dice confundido.—Que íbamos a dormir juntos —termino la oración. —No, aún no se lo ha ganado.—Claro que sí, con todo lo que he hice hoy. Recuerda que dijiste que me ibas a dar lo que quisiera —me dice y mira mi cuerpo.—Te estoy dando algo mejor, una oportunidad… pero si quieres dormir aquí está bien —abro la puerta.—No —se apresura y sonrío —digo, si quiero dormir contigo pero lo de la oportunidad me suena —dice seductoramente y me acerco.—Le diré un secreto, pero no le diga a Brayiam, él es al
Estoy acostada en el césped y respiro aire fresco mientras escucho la canción “Hey Mama”. Puedo sentir los rayos del sol en todo el cuerpo, siento como entran por mis poros y cierro los ojos, de repente me arrebatan los auriculares, me quejo y aún sigo muy relajado sin percatarme completamente de lo que sucede.— ¡Maldita! ¿Dónde estabas? —Abro los ojos desorientada, ¿Qué le pasa ahora? ¿Que hice? me quito las gafas y veo a Brayiam rojo de la furia y con el ceño fruncido.— ¿De qué hablas? —Le pregunto confundida y caigo en cuenta de lo que me dijo — ¡Maldito eres tu imbécil! —digo y lo empujo, tomo mis cosas y las guardo en el bolso.— ¿Dónde estabas? —me pregunta furioso y camina hacia mí, me está dando miedo.— ¿De qué me hablas? —lo miro enojada.— ¡No me mientas, me dijeron que te vieron salir con un bolso! —Me toma fuerte de los brazos y me va a golpear, cierro los ojos con fuerza, me tira y caigo en el césped, veo que viene lleno de ira hacia mí. — ¿Me quieres dejar? —Su actit