Salimos del hospital y nadie dice nada, por mi parte no tengo nada que decir y el solo es un puto cobarde de mierda. De camino a casa lo miro de reojo y se ve molesto. Con Brayiam siempre es lo mismo. Me quedo callada para evitar problemas. Llegamos y para mi sorpresa veo a María sentada en el sofá ¿Qué acaso no se había ido? Se levanta, corre y se le lanza a Brayiam como si fuera un Dios.—Estaba tan preocupada por ti —dice con su estúpida voz chillona y ni sabe hablar bien inglés. Camino y saludo a Nana.— ¿Señora está bien? —me pregunta Nana y la abrazo fuerte.—Estoy bien, solo fue un accidente —respondo restándole importancia a la situación.—Esta toda pálida —dice y suelto una risita.—Créeme que lo sé, pero un buen bronceado lo puede solucionar —digo y niega divertida.—Le preparare algo —me dice y beso su mejilla.—No te preocupes —digo y miro a Brayiam. La puta de María sigue abrazándolo, lo fulmino con la mirada.—Así quieres que las cosas mejoren —digo con ironía mientras l
— ¿Señora no va a bajar? —me pregunta Nana y niego.— ¿Sabes algo? Primero me dice que quiere, que nuestra relación funcione y mira, trae de vuelta a la casa a esa. Es más, dudo que se haya ido… es un mentiroso —camino de un lado a otro molesta. —Lo odio —digo.—Voy a buscarle algo de ropa —dice y se ríe como si fuera gracioso.—Eso es otra cosa, odio esa ropa, no es de mi gusto. Es como si fuera para una camarera de bar y a mí no me gusta mostrar, bueno si pero no así. Odio esa ropa, odio esta casa, lo odio a él y odio a María, lo odio todo.— ¿Y a mi señora... me odia? —me mira con tristeza y niego.—A ti no —la abrazo y beso su mejilla —odio muchas cosas de este lugar, pero a ti no te odio, a ti te quiero —digo y ríe divertida. De verdad odio esa ropa, no son mis gustos, quien la haya comprado nada que ver —Nana se ve nerviosa — ¿Qué pasa Nana… estás bien? —la miro intrigada.—Nada, no pasa nada —dice, me saca un vestido negro, lo miro y suspiro.— ¿Para qué bajo? Si esa estúpida v
—Entonces sí o no —nos mira su querido amigo, sonrío sarcástica. Sirven la cena y empezamos a comer.—Sí… lo sabe, es solo que no se acuerda —digo restándole importancia, lo miro y el asiente.— ¿A qué colegio fuiste? —me mira intrigado e ignoro a Brayiam.—Fui a una escuela en Berlín, Insel Scharfenberg desde los seis años.— ¿Qué es eso? ¿Qué dijo? Seguro ya se está metiendo conmigo —dice la zorra y todos la miramos —Me alegro que se sienta como una mosca insignificante.—Es un colegio —le dice Brayiam y yo ruedo los ojos, tiene que explicarle todo.—Nosotros también, claro al de los hombres. Es el mejor internado y escuela —sonrío, Brayiam me mira y ni siquiera lo miro.— ¿Hablas muy bien el alemán? —pregunta Brayiam.—Alemania es como mi país, vivo o vivía en el desde los seis y aprendí a hablar alemán por supervivencia, me tocó cambiar el inglés por el alemán, a decir verdad solo hablaba inglés con mi hermano y mi tía cuando iban a verme una vez al año —digo mirando a su amigo.—
—Tienes que calmarte, te lo puedo explicar todo, recuerda que acabas de salir de un hospital —le digo y niega. Esta temblando de la rabia que tiene, nunca la había visto así tan enojada.— ¡Y que, les gusta el show o quieren hacer parte del él! —mira a mis hombres y ellos la miran con miedo, está loca.— ¡Largo! —Les digo y me miran como queriendo preguntar si estoy seguro. —Muñeca —le digo y niega.— ¡No me digas así! —Me grita —soy una estúpida... que más le contaste ¿Le contaste lo que pasó entre los dos? —me mira con odio.—Claro que no —le digo y trato de acercarme, me abofetea, le pesa la mano. Ya me estoy enojando, me sobo la mejilla.—Se abran burlado de mí de lo lindo ¿Dime que pretendes? Que las dos nos sentemos a hablar sobre ti? ¿O qué… querías que hiciéramos un trío? No vales nada —se me acerca. —Te mostré mi lado bueno pero si quieres hacerme la villana lo seré y te digo una cosa, ni lo más pequeño lo voy a dejar pasar ¡Me harté!—Señora —dice Nana. Mira a Michel y ella
—Señora tiene que calmarse —me mira y yo solo miro a la nada, me toca la frente —tiene fiebre —suena preocupada, solo quiero morirme ¿Cómo alguien puede ser tan cruel?—No me siento bien —digo y respiro, me miro en el espejo y tengo los ojos rojos.—Le avisaré al señor —la sujeto del brazo, es eso lo que menos quiero.-No. Por favor no —le suplico —no lo quiero ver —me mira. Solo espero que se apiade de mí. —Debe ser la rabia que cogí, me tomo una pastilla y se me pasa, además me duelen las piernas, las tengo un poco hinchadas por los tacones y todo el show —la miro.—Voy a bajar por agua y sus medicinas —le sonrío y me acuesto.*** - ¿Cómo esta? —Nana me fulmina con la mirada como si hubiera hecho lo peor del mundo.- ¡¿Cómo se supone que debe estar ?! —Está enojada conmigo. Veo que busca la medicina de Michel ¿Por qué? Acaso se siente mal. No le dio su lugar, dejó que María la humillara, no la defendió y aparte no hizo nada y se metió en defensa de María ¿Cómo debe estar? de marav
Lo miro a los ojos y el a mí.—Suéltame —susurro firme y lo hace. Miro mi brazo, esta rojo, lo sobo.—Lo siento —dice pero no confío en él, al contrario, a la hora dudo de que es verdad y que es mentira de todo lo que dice, y que clase de persona es.—Porque no dejas de decir lo siento —miro a la nada y se pone a mi lado.—De verdad lo siento, yo... —lo interrumpo, no quiero escuchar más mentiras.—No te creo nada de lo que dices, así que ahórratelo —digo segura, me mira y sonríe.—Ok —dice y me mira serio.—Sé que no viniste a disculparte, con la cara de felicidad que tenías ayer no creo que lamentes nada —digo seguro y trato de mostrarme lo más seguro que pueda.—Tienes toda la razón, no lo lamento, para nada —lo miro enojada.—Dime algo que no sepa —sonrío sarcástica —ilumíname —digo y sonrío.— ¿Cuándo hablaste con tu madre? —Borro mi sonrisa. Si pudiera retroceder el tiempo le habría dicho la verdad a mi mamá, tal vez no estaría aquí hoy. —Te hice una pregunta sencilla, responde
Saco un vestido blanco del armario, es corto y me queda pegado al cuerpo, arreglo mi cabello, me maquillo y me pongo tacones, estoy a la espera de mi hermano, después de arreglarme bajo a la cocina.—Nana ¿te puedo pedir un favor? —digo y la miro.—Oh. Se ve muy hermosa —gracias —le digo y sonrío. —Claro que sí, dígame.—Por favor que nadie se acerque a la comida que preparé, absolutamente nadie. Yo misma vendré a servirla.—Claro —dice, sonrío y termino de arreglar todo. Tomo una copa de champán.— ¿Feliz? —volteo y veo en el marco de la puerta de la cocina a Brayiam mirándome fijamente.—No. Pero es algo comparado con este infierno —digo sonriente y bebo un sorbo de mi copa.—Ya llegó, voy a ir a recogerlo a la pista —dice y lo miro feliz.—Voy contigo —dejo mi copa antes de que diga algo, paso por su lado, me pega una nalgada y me sobresalto, giro y lo miro. —No vuelvas a hacer eso porque no respondo —digo furiosa y el ríe. Camino y puedo sentir su mirada en mi trasero, subimos al
FLASH BACK— ¿Dónde está mi tío? —pregunta mi prima. Si lo supiera no lo estaría buscando —pienso.—I don't know, se suponía que me iba a venir a recoger —veo hacia todos los lados y un hombre se me acerca, es muy apuesto.—Señorita Somerlanders —dice y lo miro. Es alto, se ve fuerte, tiene un buen cuerpo, esta bronceado, tiene los ojos verdes y el cabello claro, es muy apuesto.— ¿Quién es usted? —Lo veo de pies a cabeza, y si, parece el estilo de mi padre pero algo no me cuadra, no tiene pinta de matón.—Trabajo para su padre —lo miro, me pasa el teléfono y hablo con mi padre.—Que rareza que no pases por mí papá ¿Se te olvido?Cuelgo y miro a los hombres, toman mis maletas y las de mi prima y subimos al auto. Reparo bien y todos están armados.— ¿Hace mucho que trabajas para mi padre? —pregunto y me mira a través del espejo del auto.—Sí señorita —dice mirándome y yo lo miro sería.—Dígame muñeca o Michel —digo muy educada, el asiente y sonrío.—Eres muy apuesto —dice mi prima, ah