Me despierto con una enorme sonrisa al abrir los ojos y ver a James acostado a mi lado. Observo su perfecto rostro, sus pestañas negras y largas, sus labios carnosos y su pecho desnudo bien formado.

— ¿Ya dejaste de verme? — me pongo colorada cuando James abre los ojos y me sonríe.

— Pensé que estabas dormido. — Él me atrae hacia su pecho y me da leves besos en la cabeza.

— Para que veas que no. — Sonríe.

— Tengo hambre. — Se ríe por mi comentario, ya que lo digo como una niña chiquita.

— Tranquila, bajo por el desayuno y lo subo para que comamos juntos.

— Ok, dale. — Me besa los labios y sale de la cama dejándome con ganas de más. Me levanto, adormilada, al baño para darme una ducha. Al salir, me coloco algo caliente porque hace frío aquí en Alemania.

— Hey, ¿te bañaste sin mí? — Entra James haciendo pucheros que me parecen lo más tierno.

— Lo siento, mi amor, pero quería bañarme rápido. Quedé con Carol de salir a dar una vuelta. — Él frunce el ceño.

— Sabes que deben ir acompañadas.