Falcon relamió sus labios sin darse cuenta. La sola idea de tener a su omega a su total disposición lo excitó se sobremanera. Sus ojos comenzaron a volverse más agudos y el verde en ellos se volvió más intenso.
Apretó la sábana debajo de sus dedos y una gota de sudor corrió a lo largo de su espalda. La camisa de seda que tenía comenzó a pegarse a su piel y solo la retiró para intentar enfriarse con el aire acondicionado. Cerró sus ojos tomó un suspiro. Debía contenerse. Él era un alfa y no uno cualquiera que se dejaba llevar por sus instintos no más. Había sido bien criado y entrenado en su autocontrol para no caer a los pies de ningún omega detrás de su dinero. Pero como podía negociar eso con su parte más salvaje que
Falcon dirigió a Silver con un brazo rodeando su cintura por la entrada principal del recinto donde se celebraría la reunión de los presidentes de las empresas. EL olor de los alfas era bastante denso y golpeó a Silver haciéndola tambalearse levemente.-¿Estás segura que es buena idea de que estés aquí?--¿Acaso te sabes todos los detalles del proyecto?- ella agitó la cabeza para enfocarse.-Aun así no tienes que esforzarte tanto, yo podría habérmelas arreglado, me preocupas Silver, no quiero ver que estés incómoda por algo--Suena muy lindo de los labios de aquella persona que se aprovechó de mi cuerpo mientras estab
Falcon cerró la puerta de la habitación con la respiración agitada y recostándose sobre la puerta. Las imágenes que percibían se habían envuelto en una neblina rojiza que pronto le haría perder el control. No podía creer que su celo se hubiera adelantado. Había preparado condiciones para mantener a Silver separada de él durante el día que duraba pero al parecer tenerla cerca había sido su cuchillo al cuello. Se acercó a su maleta y buscó su inhibidor sin resultado.Rebuscó entre las ropas, los bolsillos y nada. El pequeño bolsito donde siempre los tenía no estaba allí. No recordaba haberlos sacado. Solo le quedó pensar que se habían quedado en algún lugar de la casa. Se giró para ver si podía bajar a comprar alguno pero er
El cuarto estaba atestado de feromonas de alfa y envolvían a la omega revolviendo todo su interior. Sentada delante de Falcon solo podía apretar sus piernas conteniendo las palpitaciones que se formaban en su abdomen y amenazaban con ser más intensas entre sus muslos. Sintió la respiración del alfa contra su cuello al él inclinarse y su mano en la cintura desnuda. La única barrera que le quedaba para estar totalmente desprotegida era la ropa interior que sabía no duraría mucho tiempo.En un intento de ver si podía todavía salvarse se giró sobre la cama e intentó huir pero la mano de Falcon se enrolló en su tobillo y tiró de ella hacia atrás dejándola acostada en la cama.-Suéltame- se inclinó levemente enf
Falcon enterraba su cabeza entre sus manos, sentado en el borde de la cama. Su cabello rubio chorreaba agua por sus brazos pues no había tenido mente ni para secárselo bien. Detrás de él se encontraba el cuerpo de la omega, su omega que había esto inconsciente por casi dos días.No quería recordar, pero las imágenes de lo que vio cuando despertó de su celo lo atormentaban aun dejándolo con un total insomnio. Las laceraciones, los diversos moretones, los dedos marcados en cada parte de su cuerpo, las profundas mordidas incluso en sus senos, su propio semen que aún continuaba saliendo de ella y aquella marca en su nuca que se ponía cada vez más morada a cada segundo que pasaba.Había lavado su cuerpo con cuidado, untado una crema en las mordi
Falcon manejaba de vuelta con Silver en el asiento del copiloto. Llevaba toda la tarde callada y mirando hacia la ventana. Se removía a cada rato, dándole a entender al alfa que su cuerpo podía en las diversas partes donde hacía presión la posición. Su cuerpo estaba cubierto completo, un pantalón de tela suelta que llegaba a sus tobillos y una blusa de mangas largas y cuello de tortuga. A pesar de que la temperatura era alta, ella no quería dejar a la vista las diversas evidencias que marcaban su piel.El alfa apretaba el timón tan fuerte que los nudillos estaban blancos e intentaba controlar sus hormonas lo mejor que podía. Se sentía cansado, muy cansado. No había dormido ni tampoco cogido el respectivo descanso que se supone necesitaba su cuerpo después de 24 horas de sexo intenso. Pero Zacarias
De todas las personas que podía encontrarse tenía que ser aquella con la que peor había terminado su relación.-Madre--Vaya dichosos los que te ven ¿Cómo te lleva tu nueva vida?- le preguntó con ironía. Al parecer no mejor que cuando estabas bajo mi supervisión- las palabras las decía con cierto rechazo.Silver se levantó para enfrentarla a la par pero los colores a su alrededor se difuminaron y volvió a caer sentada cuando el dolor en su pecho se hizo más fuerte.-Mírate- la madre resopló- Acaso tu nueva pareja a la que le abres las piernas te dejó botada- giró la cabeza.
Erika estuvo delante de la puerta en cuanto sintió el primer toque y la abrió revelando el cuerpo grande y sexy del alfa que quería. Zacarias le sonrió y dio un paso dentro del apartamento rodeando su cadera con el grueso brazo y la atrajo hacia él. La impulsó hacia arriba agarrando su nalga con ansias y atrapó sus labios de forma dominante.Erika se derritió en sus brazos como siempre ocurría cada vez que las feromonas del alfa la envolvían de aquella forma. Envolvió sus brazos en la estrecha cadera y dejó que la lengua de él hiciera estragos dentro de su boca. Al separarse sus piernas eran casi gelatinas y los ojos de Zacarias la miraban con un ansia salvaje que casi le hizo olvidar el objetivo de por qué lo mandó a llamar.-T&uacu
Falcon llegó casi sin aliento al hospital y apenas la enfermera de guardia le había dicho dónde estaba Zacarias volvía a correr doblando la esquina y viéndolo sentado junto a una chica. Tenía los ojos cerrados y la cabeza recostada en la pared detrás de él. Su expresión era sombría.Sabía por el lazo que los unía que su pareja no había muerto, o sino, él no estaría de pie pero dedujo que su estado no era nada bueno como para que su amigo estuviera así. Zacarías lo sintió y abrió los ojos frunciendo el ceño al verlo. Se levantó y caminó hasta ponerse delante de él. Sus feromonas alfas inundaron todo el lugar mostrando su rabia y las de Falcon respondieron en respuesta. Era un instinto natural de alfas rechazar a otro alfa aun si e