Silver se dejó caer lentamente sobre el miembro de su alfa. Como siempre este era grande y le costaba un poco al principio aunque la resistencia solo duraba unos segundos acoplándose a la perfección. Era una locura lo que estaban haciendo. Tener sexo en medio de aquella casa, pero ella sabía que Falcon necesitaba recalcar su posesividad sobre ella.
No se lo había exigido pero por lo que había estudiado sobre los alfas, esto era parte del instinto. Y ella no se lo negaría. Nunca había visto a su pareja tan fuera de sí, ni siquiera el baño lo había ayudado a relajarse. Todo lo contrario, estaba aún más alerta, hasta había cerrado la puerta con llave. Parecía paranoico, pero solo lo hacía para protegerla y eso conmovió a Silver.
Falcon se removió en la cama encontrando que no estaba el acostumbrado peso en su brazo. Sus ojos se abrieron de golpe y se sentó demasiado rápido en la cama. Miró hacia todos los lados de la habitación encontrando que solo estaba él.-¿Silver?- frunció el ceño.Se levantó de la cama con rapidez buscando en el baño con el mismo resultado.-Mierda- gruñó y se puso un pantalón y la camisa a medio abrochar y salió corriendo.Después de lo ocurrido anoche la idea de que su omega estuviera lejos de él lo volvía loco. Aquella casa, donde vivió durante muchos años y que consideró su hogar, ahora n
Zacarias salió de su auto estacionado en una de las zonas más alejadas del centro de la ciudad. La brisa del mar soplaba y se detuvo con la mirada perdida en el horizonte. Los recuerdos de la primera vez que había llevado a Erika a la playa llegaron a su mente, esa había sido también la primera vez que había visto su sonrisa desde que la había conocido.Después de pensarlo mucho se había dado cuenta que fue en ese momento en que se había enamorado de ella, solo que le había costado mucho reconocerlo. Y ya era muy tarde.Ese mismo mar que había mojado sus delicados y pequeños pies ya talones que la habían hecho feliz, era el mismo que se la había arrebatado.Cerró los ojos y r
Años atrás.William odiaba su trabajo. Cualquiera se sentiría feliz si te pagaran buen dinero por solo rellenar una agenda y hacer recados, incluyendo un lugar donde dormir y un buen plato de comida. Sobre todo si eres un omega pobre con una madre enferma, y sin un medio en los bolsillos para comprar tanto medicinas como supresores.Si, cualquiera, pero de seguro se les borraría la sonrisa si además de todo eso tuvieras que esperar con miedo cada noche a que la puerta de tu cuarto se cerrara tras la puerta de una persona que solo quisiera usar tu cuerpo como un agujero para desahogarse. Pues esa era la vida que llevó Will desde los 16 años que entró en aquella mansión que pensó que le resolvería todos sus problemas. Pero no, solo fue el inicio de sus pesadillas
La pantalla del celular se prendió con una llamada entrante que duró un timbre, solo un timbre, aunque la dueña de este no se percató de ello, más bien, no estaba en condiciones de hacerlo. Y como hacerlo estando en su último día de celo y siendo satisfecha por su alfa.Falcon enterraba sus caderas entre las de su omega mientras devoraba su boca. Sus cuerpos estaban agotados después de días de puro sexo aplacando la necesidad de su pareja. Ahora solo se entregaban a la pasión con movimientos suaves y cuerpos pausados, con más raciocinio y sin que el dolor de aparearse fuera tan fuerte.Con un último movimiento se introdujo hasta la base y dejó que el nudo se creara en el interior de Silver apenas llenándola con su semen. Después de t
Zacarias miraba una y otra vez el papel en su mano con la dirección de un lugar remoto del otro lado del país. Una zona costera que apenas si tenía una población de más de 1 000 personas. ¿Qué demonios hacía él recibiendo una llamada desde allí?Aun cuando esa pregunta cruzaba su mente, su corazón latía frenético. Se palpó el pecho y su instinto le dictaba que fuera a ese lugar, por muy lejos que fuera. Sacó su celular para ver en la pantalla un mensaje de la mujer que acababa de ver donde le maldecía hasta del día que se iba a morir por haberla rechazado y simplemente usado sin dar nada a cambio. Realmente no tenía ganas para sexo y menos después de tener aquella dirección.Marcó un nú
Desde la noticia de la supuesta muerte de Erika, Zacarias había sentido que su vida no tenía sentido. Fue cuando se dio cuenta que las mujeres que estaban a su alrededor lo hacían tanto por su dinero como por una noche fogosa. No le importó por mucho tiempo, pensaba que su estatus de alfa le permitía hacer lo que le viniera en gana.Pero a diferencia de todas, Erika nunca le pidió nada, no le exigió nada, simplemente estaba a su lado cuando él quería.Ahora no sabía cómo ella reaccionaría, o él. Temblaba, sí temblaba mucho. Tres meses pensando que ella estaba muerta para después tenerla delante de él como si todo hubiera sido un simple sueño.Podía sentirse indi
Erika llevaba sus dos cachorritas en su vientre. Él podía mantenerlas a las 3 sin ningún problema y darles una vida tranquila aun si la omega quisiera volver a trabajar. Les podía comprar la casa que quisieran. Amor no les faltaría ninguna. Él podría protegerlas, además Erika se lo había dicho, lo quería, por lo tanto no había posibilidad que lo rechazara después de su declaración.Pero no se esperó las palabras de Erika.-¿Puedes irte?-…-¿Eh?-Ella intentó levantarse haciendo que Zacarias se corriera hacia atrás aunque estaba conmocionado.
Irina quería pensar que no se había vuelto loca. El hombre que toda la semana se había esforzado por supuestamente reconquistar a su sobrina no podía estar coqueteando tan abiertamente, en pleno pueblo tan pequeño como aquel ¿verdad? ¿Y con aquella omega? Quiso pensar que no y se acercó un poco y si, no había dudas. Cuando el alfa alzó la cabeza con una sonrisa lo vio gracias a las luces de la calle.Ese definitivamente era el desgraciado.***Erika estaba tranquila tejiendo sentada en el sofá de la casa cuando la puerta se abrió y cerró con un sonido estruendoso. Su tía entró casi corriendo hacia ella y la agarró de los hombros. Sus ojos estaban inyectados en sangre.