Despertar?

Erika se quedó en shock después de oír aquellas palabras proviniendo del mismo alfa que conocía hace tiempo. O ella estaba medio dormida todavía y estaba teniendo alucinaciones o a Zacarias realmente le ocurría algo.

Agarró la crema corporal y se trepó en la cama acercándose a él. El cuerpo del alfa era realmente grande en comparación con el suyo y no solo por su altura. Su ancha e irregular espalda por los músculos desarrollados, que descendía en una estrecha cintura, unas nalgas redondeadas perfectas que rogaban ser agarradas con fuerza y unas largas y fibrosas piernas. Era el alfa que todo o toda omega quisiera como su pareja. Y allí desnudo entre sus sábanas era toda una deliciosa tentación, más ella no se hizo ilusiones.

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