Erika estaba sentada en el borde de la piscina. A pesar de que se había puesto el demasiado sexy bikini que Silver le había hecho comprar para usar en el interior, se había puesto un pareo de encaje sobre él que escondía la piel descubierta. Movía sus piernas dentro del agua suavemente haciendo ondas que la mantenían entretenida mientras estaba perdida en sus pensamientos.
El celular a su lado sonó y ella lo agarró rápido frunciendo ligeramente el ceño. Otra vez ese número. Se le había olvidado apagarlo otra vez después de que su jefa la llamara para mandarle el plan de trabajo para cuando ella regresara. Colgó y lo apagó dejándolo nuevamente hacia un lado.
-¿Por qué no respondes?- Zacarias se detuvo y se
Falcón abrió lentamente los ojos. Se demoró bastante para enfocarlos. Había dormido las últimas ocho horas pero después de tres días de sexo intenso calmando el celo de su omega era normal que aun estuviera cansado.Era cerca del mediodía eso significaba que les quedaba poco de la reservación. Le hubiera gustado aprovechar mejor el lugar pero la parte positiva de todo aquello es que su relación había pasado la traba que más los afectaba. Ya tendrían mucho tiempo para volver a vacacionar. Quizás en una de las casas de descaso que sus padres tenían en el Caribe. Ansiaba llevarla allí y quizás después a sus cachorros.Sabía que no era adecuado pensar en aquello todavía. Además de la inmensa carg
Silver se le quedó mirando a su alfa y bajó la cabeza enfocando el plato de comida delante de ella.-No- declaró secamente, sin ningún sentimiento de por medio.Falcon no se esperaba esta respuesta. Normalmente cuando alguien te pregunta que si quieres conocer a tu familia por la curiosidad uno responde que sí. Pero por supuesto, estaba hablando de Silver.-¿Alguna razón en especial?- presionó solo un poco.-Ninguna- ella tomó la copa de vino y tomó un pequeño sorbo para sonreírle después- No tengo buenos recuerdos de mi madre. Mi padre nunca estuvo a mi lado sea la razón que sea. Realmente no quiero tener nada que ver con mi pasado ahora
-Estas bromeando conmigo ¿verdad?- por primera vez en su vida Zacarias sintió el sabor del pánico en su boca.Ella negó con la cabeza gacha. Todo su cabello rojizo caía en una cascada rizada cubriendo totalmente su rostro.-Quieres que acaso quede como el imbécil ahora. Bloqueé a todos los contactos con los que tuve relación, te traje a este maldito viaje y lo único que quería pedirte es que fueras mi enlace y ahora me sales con esa- no pudo regular su tono de voz ni feromonas que hicieron temblar a la omega.Pero no fue eso lo que la hizo temblar aún más. Fue la declaración de Zacarias. Sus ojos se llenaron de lágrima y apretó tanto la mano en su brazo que enterró sus u&ntil
Zacarias estaba sentado en la playa. La brisa marina era suave y refrescando envolviendo todo con su típico olor salado. El sol podía llegar a ser de su gusto pero apenas si le ponía atención. No le importaba el hermoso pasaje a su alrededor. No le importaba nada.Tenía la cabeza gacha mirando la arena entre sus piernas. Su mente y su interior era un caos total. Apenas podía repetir lo que había ocurrido dentro de la habitación. Se suponía que para ese momento estarían de nuevo en la cama teniendo su última ronda de sexo para despedir el hotel y celebrar que podrían unirse como compañeros en el próximo celo de ella o de él.Pero no. Estaba allí. Solo y con el corazón roto.
Zacarias estaba atendiendo a Erika cuando escuchó las palabras de Silver. Sus ojos se abrieron y giró su rostro hacia ella mostrando sus colmillos.-Silver- su voz se oyó grave en dirección a ella- ¿Qué fue lo que dijiste?-La omega dio un paso atrás ante la presión que sintió contra su persona. Las feromonas de Zacarias picaron en su nariz y un sudor frío corrió por su espalda. Palideció. Nunca se imaginó que vería aquella expresión, aquel alfa que normalmente tenía la lengua suelta y una sonrisa bastante extraña ahora parecía realmente molesto.La espalda de Falcon pronto la cubrió del alfa mayor que se había levantado y caminaba hacia ella.
Erika entró en su apartamento y en cuanto cerró la puerta pegó su espalda en ella. Se desplazó hasta quedar en el suelo con la mirada puesta en su maleta, delante de sus ojos. No pudo evitar que nuevas lágrimas silenciosas salieran de sus ojos.No pasaron muchos segundos para que respirara profundo acallando los sollozos y se limpiara las mejillas. Llorar no solucionaba ninguno de los problemas, ni siquiera los minimizaba.Oyó el celular vibrar en su bolso y por un momento fue a cogerlo rápido, como siempre ocurría cuando normalmente era Zacarias, pero no. Recordó, por no sabía que vez, lo que había ocurrido en el hotel. Su muñeca latiendo era un recordatorio constante de su locura.Apretando los labios
Debían habérsele cruzado los cables y que todos los astros se pusieran en sintonía para que precisamente en ese momento, el llegara y la omega estuviera en celo. No sabía si reír o llorar. Había alguien allá arriba que no lo quería. Pero no era tiempo de pensar en eso.Entró rápidamente y cerró la puerta aunque su cuerpo se tambaleó y se sujetó de la puerta. Las feromonas omegas eran demasiado fuertes y eso sobre estimulaba su instinto alfa. Era natural que reaccionara y la tomara como todos los de su especie enloqueciendo por completo. Años de entrenamiento habían forzado la resistencia que tenía ahora y que veía flaqueando.Apretó sus dientes hasta que dolieron. Sus colmillos habían aumentado un poco m&a
El cuerpo de Zacarias estaba bañado en sudor y jadeaba mientras se introducía una y otra vez en la cavidad húmeda y apretada que lo recibía con mucho gusto. Besaba, dejando notorias marcas, la delgada espalda debajo de él. Deliciosa, hermosa.Cuantas veces había alcanzado el orgasmo desde que había llegado a esa casa. Ya ni sabía. Había demasiados condones en el suelo usados en el suelo y estaba agotado pero no deseaba parar. Las feromonas omegas lo estaban volviendo loco. Si no fuera por la protección de látex estaba seguro que ya el vientre de la pequeña mujer estaría fecundado porque había anudado innumerables veces.Solo había salido de la cama en los momentos que ella se había quedado desfallecida para hidratarlos y alime