Neitan:

Sentí un susto y dolor, me tiraron con agua helada

—Mocoso, no estas aquí para descansar, levántate y ponte a limpiar —ordenó un hombre grande y peludo más bien parecía un gran gorila

Me puse de pie con las pocas fuerzas que me quedaban la habitación en la que estaba apestaba pero ese olor era similar a donde vivía en las calles, apestaba a orines, excremento y muerte, aparte de mí, se encontraban más personas en muy mal estado, pero no parecía haber nadie de mi edad, todos eran personas de edad mayor que la mía

—Niño es mejor que te levantes a limpiar antes que te golpeen por no hacer caso —hablo un señor que estaba al lado mío, era una persona esquelética con la piel colgando, pero no parecía ser vieja para tener esa apariencia

—¿Qué tengo que hacer? —le pregunté, pero de repente vi a mi ángel pasando por enfrente de la puerta, sorprendido corrí a ella y la abracé por detrás

—oh, pero que lindura —la voz era diferente a la de mamá al alzar la mirada, vi a una mujer total