Jade McCain.Me estaciono en el subterráneo de mi edificio y me quedo ahí pensando en el trato que me había propuesto Oriel en la puerta de su casa, sí, aparte de ser su secretaria, ahora era su chofer, comenzaba a creer que cada persona que tenía en su disposición, desaparecía a los días de trabajar con él.Haciéndome creer que es un mal jefe, cuando ni siquiera es tan exigente como pensé, claro, si yo no me hubiera casado con él, ni lo hubiera conocido como es, creería que no era mal jefe. Pero quitando eso de lado, algo esta pasando que nada parece normal. Sin darme cuenta abro la puerta de mi apartamento y entro quitándome los tacones, veo a Chester saludarme, camino hacia la sala en donde me encuentro a Olivia dormida en el sofá, me siento en el piso sin dejar de mirarla.Que me tripliquen el sueldo, seria algo bueno para nosotras, hasta para Chester, pero Chester puede reconocer a Oriel y Olivia podría dudar en cualquier momento de Oriel, aunque este no se dé cuenta de cómo es
Jade McCain.Andrews aparece en el balcón y nos mira a ambas para luego señalarnos mientras toma de una botella con su otra mano.— ¿Qué hacen aquí? La fiesta es adentro, no aquí afuera, mis niñas — miro a Blue y nos reímos, ella se levanta de la silla y nos adentramos los 3 al bar a seguir la noche, bebí de más para intentar olvidar un poco el mes tan loco que tuve, así es como cierro el mes, en un bar, tomando con mis dos mejores amigos de la universidad y con las inseguridades bajo llave.— Mamá… — siento unos toques en mi cara, abro los ojos mirando la cara de Olivia frente a mí, miro la hora del pequeño reloj que marcan las 3 de la tarde — Tu teléfono no ha dejado de sonar… — me voy sentando mientras me pasa el teléfono.Si que había tenido una noche loca, por suerte, no me metí con nadie y veo que tampoco he perdido mi cartera, las llaves, el teléfono ni el dinero.— ¿Hola? — pregunto llamando al número que dejó 10 llamadas perdidas en mi bandeja.— Señorita Esperanza — miro a O
Oriel Moreau. Miro a Esperanza dormir en el cuarto que pedí que arreglara para ella, no creí que fuera tan rápido la mudanza, tampoco creí que iba ser más rápido si hablaba con su hija, debí haber empezado por ahí, pero ahora están aquí y eso está bien.Observo la hora de mi teléfono y veo que dan las 4 de la madrugada, camino hacia el cuarto de la pequeña que apenas Esperanza me la presentó, la pequeña fue muy educada, realmente es una niña muy linda como su madre, solo que es más rubia, abro la puerta un poco y veo al perro levantar la cabeza desde la cama en donde duerme la pequeña Olivia.Puedo jurar que es una rara casualidad encontrarme con este perro llamado Chester, nombre que le había puesto a mi primer perro de compañía hace 8 años que había muerto en un accidente según mi madre cuando había regresado de viaje, justo el mismo día que Jade se había marchado para no volver.Regreso a mi cuarto en donde veo a mi perrita Cake, medio cierro la puerta y me acuesto en la cama, aho
Oriel Moreau.Un mes después. Agosto.Sentado en mi despacho termino de revisar toda la preparación para la semana que viene que es la presentación, me levanto y me siento en el pequeño sofá a servirme agua, tomo y cierro los ojos.— Señor… — siento que alguien me mueve, no sé cuanto tiempo me he quedado dormido, pero abro mis ojos y me siento mejor — Debe de estar muy cansado, debe descansar, ha sido un mes muy estresante, pero en menos de dos semanas, podremos… — se detiene de hablar cuando levanto mi mano en su dirección.— Sé que debo descansar, pero tenemos que tener todo listo para ese día, hay inversionistas y directivos que están esperando ver como fracaso, no dejare que esos viejos me vean caer, así que tengo que seguir trabajando, ya descansé un poco, Esperanza — suspira y se sienta a mi lado.— Los vas a lograr, confío en que así va a ser — sonríe mirando hacia el lugar — Bien, la cena ya está lista, ¿Comerás con nosotras o comerás aquí? — le sonrío un poco.— Comeré aquí,
Jade McCain.Termino por arreglarle la corbata a Oriel sin dejar de mirar el reloj, por suerte hoy Olivia se quedaría con Blue que me fue de mucha ayuda hasta cuando Oriel cayó en cama con un simple resfriado que me hizo preocupar demasiado, hasta la pequeña Olivia estaba preocupada por este hombre que no se daba un momento para descansar, sino que seguía y seguía.Aunque nos pareció raro que se hubiera enfermado a 10 días del lanzamiento, pero supusimos que todo se debió al estrés y la ansiedad acumulado de estos dos meses de mucho trabajo tanto en la empresa como en la casa.El reloj marcaba las 6 de la tarde, teníamos una hora para que comenzara todo, así que al menos estábamos listo para irnos, claro que a mí me faltaba el vestido.— Puedes esperar abajo, yo me voy a cambiar — digo poniéndome los aretes mientras caminaba al closet a sacar el vestido, veo que se va y camino a la puerta a cerrarla, aunque Oriel no pueda ver mi cuerpo.Al terminar de ponerme el vestido y los tacones,
Oriel Moreau.Sonrío escuchando la lenta música, el lugar parece muy agradable, no creí que Esperanza conociera un bar así, ahora que la veo hablar con la dueña, se me hace conocida, ¿No era la doctora que me atendió? Vaya ser que si lo es. Veo llegar a Esperanza con unos tragos o cocteles al parecer no distingo bien por las gafas, pero su vestido si puedo definirlo.No sé que me pasó cuando la vi pasar por mi lado en la casa, no había creído que se iba a poner semejante vestido tan revelador que llamó la atención de todos en el hotel y donde fue el lanzamiento del perfumen que terminó siendo un éxito, sabía que mi instinto no me iba a fallar, podría decir que por fin la empresa comenzaba a elevarse, pero esto es solo el primer escalón de prueba.— Ten… — deja su bebida en la mesa y me da la mía en la mano — Es un coctel de piña — se sienta y lo pruebo asintiendo.— Esta bueno, no creí que comenzáramos con algo suave… — se ríe tomando de su vaso.— Acabas de salir de un resfriado algo
Jade McCain.Siento como sus labios rozan los míos de cierta manera, no creí que fuera un hombre que tomara hasta emborracharse y que con los ojos cerrados comenzara a tocar mi rostro, siempre lo hacía con los ojos abierto a pesar de no poder verme. Y aunque en la playa estaba sintiendo como jugaba conmigo, ahora en su cuarto, no parece jugar.— Jade… — cae hacia atrás en la cama cuando lo empujo, puedo escuchar su respiración pesada y mi corazón latir de prisa, puede que no he vuelto a meterme con un hombre desde que tuve a Olivia, y pueda que haya intentado salir a citas a ciegas, pero hoy me di cuenta que estoy cayendo otra vez por mi ex esposo. Desde que estábamos en el bar, cuando lo vi portarse como un niño, como llegó a bajar hacia la playa, Oriel borracho es un niño, y era la primera vez que conocía esta faceta de él, es como si cambió de muchas maneras a lo largo de estos años separados.Respiro profundo y termino de quitarle los pantalones que se mojaron por el agua salada,
Jade McCain.El timbre suena y me levanto a abrir, al abrir veo al repartidor de pizza, miro hacia atrás a Olivia que me trae la plata y le pago la propina al repartidor para entrar con dos pizzas en mano, nos sentamos en la mesita y Oriel simplemente se sienta oliendo la pizza. Me río un poco.— Ve por los platos — le digo a Olivia que se levanta y corre a buscarlo, me levanto notando que Oriel no deja de oler saboreando la pizza con la nariz y los ojos cerrados como si estuviera en el paraíso.Voy a la cocina en donde veo a la pequeña rubia con 3 platicos en manos, abro la nevera tomando 3 gaseosas y me voy tras ella, al llegar nos detenemos las dos al ver que Oriel ya estaba comiendo sin esperarnos.— Oye, eso no es justo — se queja Olivia acercándose por completo y sentándose en el piso poniendo los platos, Oriel simplemente estaba sonrojado de la vergüenza, me río un poco sentándome también, comenzamos a comer y vimos una película, que Oriel solo escuchaba sin dejar de comer — Ah