Oriel Moreau.Sonrío escuchando la lenta música, el lugar parece muy agradable, no creí que Esperanza conociera un bar así, ahora que la veo hablar con la dueña, se me hace conocida, ¿No era la doctora que me atendió? Vaya ser que si lo es. Veo llegar a Esperanza con unos tragos o cocteles al parecer no distingo bien por las gafas, pero su vestido si puedo definirlo.No sé que me pasó cuando la vi pasar por mi lado en la casa, no había creído que se iba a poner semejante vestido tan revelador que llamó la atención de todos en el hotel y donde fue el lanzamiento del perfumen que terminó siendo un éxito, sabía que mi instinto no me iba a fallar, podría decir que por fin la empresa comenzaba a elevarse, pero esto es solo el primer escalón de prueba.— Ten… — deja su bebida en la mesa y me da la mía en la mano — Es un coctel de piña — se sienta y lo pruebo asintiendo.— Esta bueno, no creí que comenzáramos con algo suave… — se ríe tomando de su vaso.— Acabas de salir de un resfriado algo
Jade McCain.Siento como sus labios rozan los míos de cierta manera, no creí que fuera un hombre que tomara hasta emborracharse y que con los ojos cerrados comenzara a tocar mi rostro, siempre lo hacía con los ojos abierto a pesar de no poder verme. Y aunque en la playa estaba sintiendo como jugaba conmigo, ahora en su cuarto, no parece jugar.— Jade… — cae hacia atrás en la cama cuando lo empujo, puedo escuchar su respiración pesada y mi corazón latir de prisa, puede que no he vuelto a meterme con un hombre desde que tuve a Olivia, y pueda que haya intentado salir a citas a ciegas, pero hoy me di cuenta que estoy cayendo otra vez por mi ex esposo. Desde que estábamos en el bar, cuando lo vi portarse como un niño, como llegó a bajar hacia la playa, Oriel borracho es un niño, y era la primera vez que conocía esta faceta de él, es como si cambió de muchas maneras a lo largo de estos años separados.Respiro profundo y termino de quitarle los pantalones que se mojaron por el agua salada,
Jade McCain.El timbre suena y me levanto a abrir, al abrir veo al repartidor de pizza, miro hacia atrás a Olivia que me trae la plata y le pago la propina al repartidor para entrar con dos pizzas en mano, nos sentamos en la mesita y Oriel simplemente se sienta oliendo la pizza. Me río un poco.— Ve por los platos — le digo a Olivia que se levanta y corre a buscarlo, me levanto notando que Oriel no deja de oler saboreando la pizza con la nariz y los ojos cerrados como si estuviera en el paraíso.Voy a la cocina en donde veo a la pequeña rubia con 3 platicos en manos, abro la nevera tomando 3 gaseosas y me voy tras ella, al llegar nos detenemos las dos al ver que Oriel ya estaba comiendo sin esperarnos.— Oye, eso no es justo — se queja Olivia acercándose por completo y sentándose en el piso poniendo los platos, Oriel simplemente estaba sonrojado de la vergüenza, me río un poco sentándome también, comenzamos a comer y vimos una película, que Oriel solo escuchaba sin dejar de comer — Ah
Oriel Moreau. Escucho el carro llegar, me levanto de mi silla y salgo del despacho a mirar a la puerta principal en donde entra Esperanza en puntillas con un vestido en tirante y pegado al cuerpo color vino que la hace ver hermosa, lo que me da a entender que no estuvo en una pequeña reunión con su amiga, si no que da a entender que salió con alguien.Tal vez tuvo una cita a ciega y el solo pensarlo, me da un poco de celos. Veo como sube las escaleras y no se da cuenta de que estaba ahí por la oscuridad de la sala.Regreso a mi despacho y sigo en lo mío organizando todo para el lunes ahora que mi mejor amigo que no había visto durante 15 años regresó a Los Ángeles, habíamos sido amigos toda la vida, pero después de mi accidente se fue a nueva york para después regresar 5 años después y luego irse por 15 años más, así que fueron 20 años sin vernos porque en ese entonces era ciego, pero regresó gracias a que le di el puesto de vicepresidente que aceptó y hizo que asegurara su vida aquí
Jade McCain.No puedo dejar de mirarlo a los ojos, el momento en que todo pasó en cámara lenta cuando aquella caja por poco cae encima de mí y llega a sostenerla tan rápido cuando estaba a casi un metro de distancia. Lo que me hace quitarle los lentes. Su cara cambia dándose cuenta de lo que ha pasado.— No estás ciego… — es lo primero que sale de mi boca, traga saliva y me alejo de él y el estante, veo que acomoda la caja y me mira extendiendo su mano. Miro sus lentes se lo regreso — Dios mío — me volteo tapándome la boca recordando todo, todo desde que llegó a la empresa.Pero ahora, tengo miedo por la carpeta con mi información, está en su escritorio y no la ha revisado por venir a acompañarlo a buscar ciertos archivos viejos.— Espero que nada salga de aquí y siga siendo mis ojos, Esperanza — asiento, pasa por mi lado como si nada dejando de lado el archivo que estaba buscando, como sí se hubiera esperado que yo lo terminara descubriendo, pero eso no me importa ahora, si no mi ide
Oriel Moreau.Olivia suspira mirando a la tele en silencio sin dejar de comer sus golosinas, esta en silencio y eso es raro viniendo de ella.— ¿Dónde estará mamá? — pregunta sin dejar de mirar a la pantalla, yo no sabia la respuesta a su pregunta.Esperanza estaba rara desde ayer cuando se enteró que yo no era más ciego, aunque eso dejó de ser una preocupación y una carga para mí, comenzó a ser algo incomodo porque ahora me ignora, nunca me había sentido tan ignorado en mi vida o si, pero no por esta mujer que apenas a entrado a mi vida.— No tengo idea, pero sé que ya está por llegar, paciencia — siento su mirada y me quedo quieto.— Sé que no estás ciego — me mira fijamente con una intensidad igual que su madre, me quito los lentes y la miro — ¿Te gusta mi mamá? — parpadeo sorprendido por el cambio de tema.— Aguanta ahí, así como tienes curiosidad, yo también tengo curiosidad, así que también te hare preguntas que me deberás de responder, jovencita — se encoje de hombros importánd
Jade McCain.Aplaudo sin dejar de reírme por el mal chiste que ha contado Olivia, la tomo de la cintura y le hago cosquillas haciendo que nos tiremos al piso, beso sus mejillas y la abrazo.— Te quiero mucho, mami — sonrío sintiendo el pecho apretado.— Yo te quiero mucho más, mi pequeña rubia — me sonríe — Hace un lindo día para ir a pasear, ¿No crees? — asiente y nos levantamos, veo que se va a cambiar y miro a Oriel en el marco de la puerta de la cocina, creo que nos estaba mirando desde hace un rato.Supongo que Beck se ha ido ya, había confirmado lo que suponía sobre si el pelinegro sabia, y era claro, son mejores amigos, deben de saberse todo del otro, hasta de mí, lo que me da a entender que puede que Beck sepa quién soy.Eso significa que me va a echar, aunque lo dudo ya que Oriel nunca le mandó fotos de nosotros, porque si fuera así, ya Beck sabría quien soy yo y no hubiera aceptado seguir con esa cita, a no ser que le importe menos salir con la ex mujer de su mejor amigo.Bu
Oriel Moreau.Entro a la oficina de Beck que se suponía que vendría a la mía, pero terminó por llamarme con su secretario que al parecer es muy cercano a Esperanza, cierro la puerta y me quito los lentes sentándome frente a mi amigo que no deja de mirar algunos documentos dándome a entender que ha estado ocupado como para ir a verme.— ¿Qué encontraste? — me pregunta y suspiro, ya pronto se va el verano, no queda nada para septiembre y aun no encuentro nada de ella.— Cada vez me siento más confundido respecto a Esperanza siendo Jade, es demasiado hermosa como para hubiera sido mi esposa — Beck me mira dejando de lado lo que estaba haciendo.— ¿Te hago una cita con mi hermano? — frunzo el ceño — Es que necesita verte la vista otra vez y una cita con el psicólogo también, para trabajar esa inseguridad que tienes — lo miro con seriedad — No sé cómo es que te casaste teniendo inseguridades, hombre, ¿Te has visto en el espejo? Eres un capitán América, pero Frances — miro a otro lado queri