Enzo miro con incredulidad a Diana, él no cree que Diana hablé en serio.

—Diana estoy bien, aunque mi cuerpo haya sufrido algunos daños, aún es resistente.

Diana sonrió ante las palabras de Enzo, sujeto sus manos y las beso —Sabes lo importante que eres para mí Enzo, verte herido, de esta forma me parte el corazón, así que quiero que descanses para que puedas recuperarte.

—Pero, tú dijiste que también me extrañaste.

—Sí, pero no de esa forma, sabía que esto pasaría, por eso me prepare anticipadamente —menciono Diana seriamente.

—¿Qué me estás tratando de decir Diana?

—No te has preguntado donde está nuestro hijo — dijo Diana apuntado la cuna vacía de e Vadim.

—Vadim... ¿Dónde lo dejaste? —Enzo pregunta desconcertado.

—Está en mi antigua habitación, por el momento hasta que te recuperes dormiremos en habitaciones separadas.

Los ojos de Enzo se abrieron como platos ante las palabras de Diana.

—Me quedaré allí hasta que te recuperes por completo, no quiero ser la razón de que tus heridas