¡Vrum!

Diez minutos después, se oyeron ruidos de motores en el exterior. Una fila de todoterrenos estaba estacionada en la entrada.

Un grupo de hombres de aspecto fuerte vestidos con túnicas doradas saltó de los coches.

Todos llevaban espadas en la cintura y tenían expresiones feroces.

Un joven de aspecto bribón salió de entre la multitud.

Medía un metro setenta, tenía el pelo teñido de rubio y la tez sonrojada de un borracho.

Tenía una expresión sombría pero digna.

La mujer malvada y la gente que iba detrás de ella se abalanzaron inmediatamente sobre el joven con expresiones adormiladas.

“¡Por fin estás aquí, Joven Amo Bierstadt!”.

“¡Esos b*stardos te faltaron completamente al respeto! ¡Ni siquiera se preocuparon por el Palacio Dorado!”.

“¡Tienes que ayudarnos!”.

“¿Cuántas veces te dije que menciones mi nombre cuando te metas en problemas?”.

“¡Nadie en Flutwell se atreve a ir contra mí, Koen Bierstadt!”.

“¡¿Qué?! ¡¿Él es Koen Bierstadt?!”.

Después de escuchar el nombre