¡Bam, bam, bam!

Antes de que Harvey pudiera decir algo más, las personas arrogantes se arrodillaron de inmediato.

Amber y los demás enderezaron la espalda al ver aquello; se sentían sumamente refrescados.

...

“¡B*stardo! ¡Maldito b*stardo!”.

Después de un buen rato, aquellos que habían estado arrodillados hasta que les fallaron las piernas volvieron a sus coches.

La mujer malvada se sentó frente a Koen con una expresión retorcida.

“¡No podemos dejar que esto siga como él quiere, Joven Amo Bierstadt!”.

“¡Nuestra reputación quedará completamente manchada!”.

“¡Si no hacemos nada para impedir que Harvey se convierta en el amo de Longmen, no tendremos otra oportunidad de vengarnos!”.

Claramente, esta gente no estaba agradecida por la misericordia de Harvey; ni siquiera les importaba reflexionar lo más mínimo sobre sí mismos.

En cuanto se fueron, ya estaban pensando en vengarse.

Koen tomó un profundo respiro y habló después de un largo rato.

“No te preocupes. ¡No dejaré que esto