Si Bowen perdía la apuesta, perdería toda su credibilidad y riqueza. Pero al menos, recuperaría a su hija...

Pero si ganaba, no solo tendría la oportunidad de paralizar al ignorante b*stardo que tenía delante, ¡sino que su buen nombre se extendería por todas partes!

¡Más importante aún, obtendría ciento cincuenta millones de dólares! ¡Sería capaz de duplicar su riqueza en un instante!

¡Qué gran trato!

Bowen empezaba a rezar para que su hija permaneciera en ese lamentable estado el resto de su vida. ¡Así no podría impedirle ganar más dinero!

“¡No eres médico, Harvey! ¡Solo eres un artista marcial!”, exclamó Fisher instintivamente.

“¡Es posible que estos dos no puedan curarse ni con los medios de los bajos fondos!”.

“Ya es bastante difícil en primer lugar, pero además...”.

Fisher no continuó sus palabras. Naturalmente, sabía lo difícil que era salvar a ambas personas.

No quería que un gran talento como Harvey quedara lisiado por un asunto tan trivial.

Esto no solo sería la pérd