“Eres uno de los líderes de sede de Longmen, Bowen”.

“¿Cómo puedes ser tan sinvergüenza?”.

“¿Crees que todo el mundo te llamará justo solo porque has dicho todo eso?”.

“¿De verdad crees que la gente no puede ver a través de tu mezquindad?”.

Vivian desenmascaró los planes de Bowen sin vacilar.

“¡Si quieres jugar sucio, no lo hagas aquí!”.

“¡No tienes derecho a engañar a la policía!”.

“¡Pagarás un precio muy alto si lo haces!”.

Vivian se volteó hacia Harvey con una mirada esperanzada.

“Ignórelo, Señor York. Solo concéntrese en salvar a nuestro colega”.

“El Director Torres encontrará sin duda la forma de que entres en la Cumbre de Longmen”.

Bowen era la persona que tenía derecho a calificar a quien quisiera. Si decidía no calificar a nadie, sería bastante problemático para Harvey, que intentaba participar en la Cumbre de Longmen.

Sin embargo, Vivian creía que aún existía la justicia en este mundo y que siempre habría una solución a este enigma.

“No hay necesidad de molestarse