‘¿Nos acaba de llamar perros callejeros? ¡¿Él piensa que somos irrazonables?! ¡¿Dice que quiere matarnos a todos?!’.

Las palabras de Harvey fueron suficientes para volver locos a los isleños.

El hombre frente a ellos estaba completamente rodeado. ¡Era un pez muerto! ¿Cómo se atreve a actuar de manera arrogante y dominante mientras dice tonterías desvergonzadas? ¿Estaba tan ansioso por morir?

La actitud intimidante sorprendió a todos como si fueran ellos los que estaban rodeados. Un guerrero isleño incluso se abofeteó a sí mismo para asegurarse de que no estaba soñando.

Algunas mujeres en yukatas evaluaron a Harvey como si estuvieran mirando a un payaso. Habían seguido a la familia Takei en su conquista durante tantos años, pero era raro encontrarse con un hombre estúpidamente arrogante como Harvey en persona.

Makoto estaba a punto de perder la cabeza. Era todo un personaje. Su hermanito murió, mientras que su hermanita quedó lisiada. Bajo estas circunstancias, aún tenía sus ojos e