Tras beber el contenido de su copa, Alastor bajó del escenario al tiempo que tomaba a Iva del brazo, mientras que los presentes, seguían aplaudiendo y aullando de alegría.Al dejar el escenario, ambos padres se dirigieron de inmediato de regreso a la casa de la manada, donde Gael estaba ayudando a Anna a cerrarle el vestido nuevamente.–¿Por qué no nos lo dijiste antes pequeña? –preguntó Alastor haciéndose a un lado, pues Gino se apresuraba al pasillo que llevaba a la cocina con un bonito jarrón entre las manos–Porque no recordaba sus rostros, Amara, por su parte, recordaba vagamente su aroma, el recuerdo vino a nosotras cuando los vimos intentar acercarse al escenario –explicó Anna antes de sentarse en un sillón mientras Gael se inclinaba para ayudarla con sus zapatillas–Gracias a la diosa estuvieron ahí –dijo Iva con evidente alivio–Tendremos que recompensarlos –agregó Alastor–Y tendrán que hacerlo en grande, ya que mi futura alfa, se les ha adelantado con algo bastante bueno –d
Al notar cierta complicidad entre ellos, Egan frunció el ceño, Elizabeth, por su parte, soltó una carcajada al ver el rostro de su hermano.–No lo creo, Giovanni es amable, sin embargo, tiene algo que ninguno de mis dos hermanos tiene –dijo la joven con seguridad–¿De qué hablas? –preguntó Egan–Carisma –dijo Elizabeth encogiéndose de hombros al tiempo que los demás reían –No es por nada que es uno de los solteros más cotizados de Idania ––Oh no, mi querida Elizabeth, creo que te has quedado desactualizada, pues nuestro joven Dante, derrochaba carisma y alegría durante su pequeña estadía en Loto de Luna ––Gael tiene razón –intervino Gabrielle –Yo tenía una imagen muy diferente del joven alfa, sin embargo, eso cambió durante su estadía en la manada ––Eh, aquí vienen –les advirtió Pía–Entonces, ¿está bien si vengo a buscarte más tarde? –le preguntó Giovanni a Anna–Vale, está bien Giovanni –le dijo Anna con una bonita sonrisa en los labios–¿Y esa cercanía? –le preguntó Gael cuando
Sin dirigirle la mirada, Anna centró su atención en sus amigos, quienes habían comenzado a bailar de manera extraña. –¿Debería? –preguntó –No, pero has estado evitándome –dijo Egan acercando su silla a ella –¿Evitándote? –preguntó Anna dirigiendo su mirada hacia él –Desde que la señorita Koch estuvo aquí, no me has dirigido la palabra –dijo Egan poniéndose de pie cuando ella volvió a girar su mirada hacia sus amigos –He tenido que hablar con mucha gente Egan, no puedo centrarme en una sola persona – –Bueno, al principio de la noche te tomé de la mano y no parecías tener problemas con eso, pero después de la visita de la joven alfa, parece que te provoco alergia –dijo Egan intentando tomar su brazo para ponerla de pie –Eso no es hablar Egan, además, no quiero causarte problemas, pues, cuando ella se acercó, tu solito me soltaste –dijo Anna apartando su brazo –Anna, ¿podemos hablar? –preguntó Egan, quien sentía como la frustración comenzaba a hervir en su estómago –¿Y cómo llama
* Poco después de que Anna y Egan se marcharan *–¿Crees que se reconcilien? –le preguntó Connor a Gael, quien, al igual que el resto, habían observado como ambos jóvenes se marchaban y se perdían entre la gente. –Es probable –dijo Gael, quien se aflojaba la corbata –Entre ellos hay un profundo vínculo, no es de pareja, pero, es muy similar, es probable que, por eso, ella se sienta tan cómoda a su lado…– –¿Pasa lo mismo con Emil? –preguntó curiosa Elizabeth –Sí… –masculló Chloe, quien continuaba con la mirada fija por el camino que ambos habían seguido –El vínculo entre ambos lobos es fuerte y este, se mueve por los sentimientos humanos de ambos…– –¿Estás bien Chloe? –le preguntó Gabrielle –¿Eh? Sí, claro, es Coral, quiere irse a dormir –se apresuró a mentir –Oh, ¿no quieres ir a descansar? Puedes usar mi habitación –le ofreció Ariana –Estoy bien, tranquilas –dijo Chloe con una sonrisa –¿Qué tal si vamos por algo de beber? –sugirió Elizabeth –De tanto bailar me dio sed – –Vale
*Volviendo al presente * –¿Oh? También lo notaste –preguntó Gael con un tono pícaro –¿Se decidió? –le preguntó a Gael, quien hizo una mueca –Yo no lo pondría así – –¿De qué hablan? –preguntó Egan Ante la pregunta del joven, Anna y Gael intercambiaron miradas dudosas. –Supongo que no tiene nada de malo que le cuentes, después de todo, a estas alturas, la propia Eli ya lo sabrá, ambos se marcharon poco después que ustedes –dijo Gael alzando las cejas un par de veces Ante sus palabras, Anna se giró hacia Egan y tiró de él para que se inclinara. –Gino y Elizabeth son compañeros –le susurró al oído Al escuchar sus palabras, los ojos de Egan se abrieron completamente al igual que su boca, denotando así, su enorme sorpresa. –¿Egan? –lo llamó Anna al ver que este no decía nada –¡Egan! –repitió tronando sus dedos frente a los ojos del joven –¿Desde cuándo lo sabes? –le preguntó a Anna –Desde ayer ¿Y tú? –le preguntó Anna a Gael al tiempo que intentaba acercarse a él, sin embargo, Eg
Conforme la noche iba avanzando, los invitados comenzaron a abandonar el lugar al igual que los alfas y sus respectivas Lunas, mientras que, sus hijos, que rondaban entre los dieciséis y los veinte años, se quedaron para seguir la fiesta junto con Anna y el resto de los miembros de Loto de Luna que aún seguían ahí. Cuando el último alfa se marchó, Iva y Alastor, regresaron a la casa del alfa, acompañados por Nora, Adriano y el pequeño Ares, quien se había quedado dormido en los brazos de su madre. Lo siguientes en marcharse, fueron Camelia y Luka, acompañados por Zinerva y Daryl, quien se había colado en la mesa de Anna y sus amigos, quienes disfrutaron de su compañía hasta que Zinerva lo tomó del cuello de la camisa y lo alejó de ahí entre las risas de los jóvenes, quienes volvieron a su conversación. –Por la diosa –dijo Egan entre risas –No tenía idea de que eras tan ocurrente – –Bueno, eso es porque he crecido manteniendo un perfil bajo toda mi vida, desde hace un par de días qu
Mientras que en Loto de Luna todo era felicidad y gozo, en un bar a las afueras de Wolfsong, un joven bebía sin parar. Las botellas apiladas en su mesa indicaban que llevaba bastantes horas en el mismo lugar. –Voy a cerrar –le dijo el dueño del bar –¿Quieres que llame a alguien de tu manada? – –¿De mi manada? –preguntó el joven hipando –¿Qué manada? – –¿No perteneces a la manada del alfa Guido? – –Pertenecía, fui expulsado hace dos días…– El dueño del bar frunció el ceño, nadie le había informado de ningún exilio. –¿Tienes dónde quedarte? –le preguntó al joven, quien negó con la cabeza –No tengo nada…– –¿Qué hay de tus padres? –preguntó el dueño, quien observaba atentamente al joven, el cual no pasaba de los veinte años –¿Mis padres? –resopló el joven escupiendo algo del trago que estaba bebiendo –Se olvidaron de mí, al parecer, mi comportamiento los avergonzó demasiado, ni si quiera intercedieron por mí ante el joven alfa –dijo entre dientes –Vale, ¿por qué no te quedas en l
Tras dejar a su compañero, Elizabeth suspiró y apresuró el paso para alcanzar a sus amigos.La joven se sentía en las nubes, uno de sus más grandes sueños se habían hecho realidad, por lo que una boba sonrisa adornaba su rostro y no le importaba.¡El chico que le gustaba era su compañero!Disimuladamente, se pellizcó el brazo para comprobar que no soñaba, al sentir aquel pequeño dolor, su sonrisa se ensanchó, sobre todo, al ver a Anna esperando por ella a medio camino mientras comprobaba su teléfono.–Gracias por esperarme –le dijo cuando la alcanzó–No pasa nada ¿Todo bien? –preguntó Anna sin apartar la mirada de la pantallaElizabeth suspiró y asintió antes de dirigirle una rápida mirada a la casa de la manada.–La verdad, es que sí –dijo con ilusión –Gino es todo lo que imaginé ––Mmm, que bien, me alegro ––Gracias, ¿sabes? Ayer me pasó algo muy extraño, verás, en lugar de transformarme en una loba me transformé en un pony –dijo Elizabeth al tiempo que fruncía el ceño y observaba