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Ante el fuerte grito, Anna se encogió, pues todos sus sentidos habían estado más sensibles en los últimos días, sin embargo, al ver el pastel frente a ella, sonrió. –¡Feliz cumpleaños joven alfa! –volvieron a gritar todos Cuando Anna iba a agradecer, Dante encendió la vela mágica en su pastel y todos comenzaron a cantarle “Cumpleaños Feliz”. Mientras lo hacía, Anna dirigió su mirada hacia los presentes, por lo que pudo distinguir a Lysander, a Alina, a Don, a Gino, a Gabrielle, a Jaden y por supuesto, a Dona, quien tomaba fotos sin parar con su fiel cámara instantánea. –Sabemos que hoy no es su cumpleaños –dijo Alina, quien al igual que Jaden, parecía rehusarse a tutearla –Pero desgraciadamente, muchos de nosotros no podremos estar con usted –dijo refiriéndose claramente a Dante y a todo su equipo –Así que nuestro dulce, dulce alfa, organizó esto para ti, bonita –dijo Lysander sentándose en una silla justo frente a ella –¿Verdad que es un encanto? –le preguntó con complicidad Ann
Dejando de prestar atención a lo que Lysander le explicaba a Pía, Anna se encerró en su mundo. El tema de su supuesto abuelo y el del consejero, siempre conseguían ponerla de mal humor, pues desde que había llegado a la manada, había escuchado algunas historias de cómo la ausencia del rey había afectado a la raza de los hombres lobo. Sin embargo, ambos hombres preferían gastar su tiempo y energía en cazar a su padre y, aparentemente, a ella, dejando de lado sus obligaciones. ¿Por qué buscar a alguien a quien odiaban? ¿Por qué buscarla a ella? ¿Para que los querían realmente? Esas y otras preguntas más, rondaban la cabeza de Anna, y la verdad, era que realmente quería conocer sus respuestas. Al notar su cambio de actitud, Dante apretó la mano de Anna con suavidad. Gracias al tiempo que habían pasado juntos, él había comenzado a identificar cada uno de sus gestos, y por la forma en la que apretaba la mandíbula, sabía que estaba molesta. –No te enojes Anna, al menos no estos dos día
Al notar la frustración en él, Gino rio. –No te preocupes, luego te mando el nombre de la marca –dijo Gino tras cederle su lugar junto a Anna a Jaden –Son unos chocolates – –Vale, gracias, Gino –dijo Dante con alivio –Sinceramente, no tenía idea de que regalarle señorita Anna, sin embargo, ayer que fue a presenciar los entrenamientos tuve una idea, bueno, en realidad fue idea de mi madre –dijo Jaden clavando su mirada en Dante quien frunció el ceño confundido. Al igual que los demás, Jaden había deducido que Anna era la compañera de Dante, si bien el joven alfa no lo había externado con palabras, la verdad era que no hacía falta que lo hiciera, pues bastaba con ver su comportamiento cuando ella estaba cerca. Mientras que, en los entrenamientos el joven alfa era feroz e imparable, al estar cerca de Anna, Dante era la persona más dulce y amable que jamás había conocido. –¡Muchas gracias, Jaden! –exclamó Anna tras sacar un bonito conjunto deportivo, el cual, era de la misma tela de
Ante la palabra que el lobo acababa de soltar, el equipo entero de Dante guardó silencio sin saber que hacer, pues si bien el gruñido no había sido lo suficientemente fuerte, había sido lo bastante claro para que una persona en el grupo de Loto de Luna girara la cabeza en su dirección. Al notarlo, Lysander levantó uno de sus dedos y lo llevó a sus labios, pidiéndole a Gino que guardara silencio. Sin decir nada, Gino asintió y se acercó a Anna para intentar distraerla, pues en ese momento, Dante luchaba por recuperar el control sobre Damon. –Entonces es oficial…–dijo Lysander en un susurro –No hacía falta que Damon dijera nada, era muy evidente –murmuró Alina, quien parecía la más contenta del grupo –No te preocupes Dante, cuidaremos a nuestra Luna en tu ausencia – Al escuchar sus palabras, Dante cerró los ojos y se centró únicamente en mantener a Damon a raya, pues tanto él como el propio Damon, sabían que no podían decírselo, al menos, no todavía, y eso era algo que al lobo le co
Durante el resto del camino, Anna decidió ignorar a su loba, pues Amara continuaba hablando del fuerte y hermoso semental que era Damon, sin embargo, cuando la loba recordó que no era su compañero, esta guardó silencio, lo que arrancó un triste suspiro de la joven –Sí que corres rápido…–dijo Anna con voz queda al notar que estaban por alcanzar la cabaña de Logan, pues esta, era la última y la que marcaba el límite de la zona residencial. Al pasar junto a su casa y ver el hermoso jardín, Anna no pudo evitar sonreír, pues Logan, era parte de su rutina con Dante, pues cada mañana que pasaban, el hombre los saludaba con alegría. “¿Cariño?”–irrumpió la voz de su madre en su cabeza “¿Qué sucede mamá?” “¿Vuelves a casa o te quedas con Dona?” “Vuelvo a casa, Damon me lleva” “¿Enserio? Pensé que se marcharía después de su pequeña fiesta sorpresa” “¿Lo sabías?” “Claro que lo sabía pequeña, ¿Quién crees que autorizó la entrada de Don y Alina?” “Claro, debí suponerlo” “¿Te obsequió algo
Cuando el auto de Alastor se perdió en la distancia, Iva apretó a Anna contra ella y la guio al interior de la casa de vuelta a la sala de estar. –Muéstrame que más fue lo que te regalaron mi niña –pidió Iva antes de sentarse en un alargado sillón –Mira, esta me la regaló él –dijo Anna mostrándole la pulsera en su muñeca –¿Verdad que es preciosa? –preguntó con voz soñadora –Lo es, es muy hermosa –dijo Iva sujetando su muñeca con suavidad –Pequeña ¿Alguna vez Dante te contó por qué su manada se llama Luna Azul? – –No, nunca lo hizo –dijo Anna antes de sentarse en el suelo para seguir sacando sus cosas –¿Quieres saberlo? –preguntó Iva Dejando de hacer lo que hacía, Anna dirigió su mirada hacia su madre y asintió. –Verás pequeña, en la zona principal de la manada de Basil, hay una laguna, cuya agua es tan limpia y cristalina que, durante el día, luce un precioso color azul claro, pues el cielo se refleja en ella, sin embargo, por las noches, cuando la luna alcanza su punto más alto
Al recordar la historia de su compañero, Iva sintió un nudo en su garganta y abrazó con más fuerza a Anna, conocía ese sentimiento de angustia que su hija estaba sintiendo, ella misma lo había sentido cuando Alastor le había contado todo a ella. **Hace veinte años** –¡Venga Iva! ¡Ven a nadar! –le gritaba Alastor, quien chapoteaba alegremente en un estanque que se encontraba al norte de su territorio –No quiero nadar Alastor –dijo Iva sentándose en la orilla para meter sus piernas en el agua –¿Por qué no? –preguntó Alastor acercándose a ella –Porque no…– –¿Acaso estás en celo? –preguntó Alastor elevándose levemente en el agua para rodearla por la cintura, mojando así, la ropa de Iva –¡Claro que no Alastor! Ivory acaba de despertar, aún no tengo celo –gruñó Iva tratando de empujarlo –Ni si quiera me he transformado – –¿Entonces? ¿Por qué no quieres nadar conmigo? –preguntó Alastor besando su vientre con cariño –¿Ya no me quieres? – –Sí te quiero Alastor –dijo Iva sonriendo ante
Ligeramente frustrada, Iva apretó más a Anna, quien comenzaba a relajarse. “Deberíamos decírselo a Egan, no es justo para el joven, ni si quiera es justo para nuestra hija, esto la va a confundir” “Lo sé querida, pero no es nuestro deber, el propio Dante nos pidió que no interviniéramos, él mismo prometió que se lo informaría a su hermano apenas confirmara que Anna era su compañera, aunque, indudablemente, no contaba con que eso sucediera el mismo día de su partida” “¿Entonces?” “Me dijo que lo llamaría nada más llegar a Gretza, el viejo se toma muy enserio la preparación de Dante, así que no puede retrasarse más” “Entonces supongo que no podemos hacer nada…” “No cariño, es su decisión”–dijo Alastor evidentemente frustrado– “Llegaré en un rato mi amor, Logan llevará el auto a la casa de juntas para que Gino pueda llevarla al instituto, sin embargo, quiero hablar con Byron primero” “¿Estás nervioso?” “Sí, quiero que Byron los acompañe, no voy a arriesgarme, aún no sabemos nada d