Querido lector: ¿Acaso tenemos una confirmación? Hoy son capítulos cortitos pues ando muy ocupada, sin embargo, no quería dejarte sin ellos. Espero estés disfrutando de la lectura, no olvides dejarme tú like y tus comentarios, pues estos detallitos me motivan un montón. ¡Gracias por todo tu apoyo! ❤️
Ante la palabra que el lobo acababa de soltar, el equipo entero de Dante guardó silencio sin saber que hacer, pues si bien el gruñido no había sido lo suficientemente fuerte, había sido lo bastante claro para que una persona en el grupo de Loto de Luna girara la cabeza en su dirección. Al notarlo, Lysander levantó uno de sus dedos y lo llevó a sus labios, pidiéndole a Gino que guardara silencio. Sin decir nada, Gino asintió y se acercó a Anna para intentar distraerla, pues en ese momento, Dante luchaba por recuperar el control sobre Damon. –Entonces es oficial…–dijo Lysander en un susurro –No hacía falta que Damon dijera nada, era muy evidente –murmuró Alina, quien parecía la más contenta del grupo –No te preocupes Dante, cuidaremos a nuestra Luna en tu ausencia – Al escuchar sus palabras, Dante cerró los ojos y se centró únicamente en mantener a Damon a raya, pues tanto él como el propio Damon, sabían que no podían decírselo, al menos, no todavía, y eso era algo que al lobo le co
Durante el resto del camino, Anna decidió ignorar a su loba, pues Amara continuaba hablando del fuerte y hermoso semental que era Damon, sin embargo, cuando la loba recordó que no era su compañero, esta guardó silencio, lo que arrancó un triste suspiro de la joven –Sí que corres rápido…–dijo Anna con voz queda al notar que estaban por alcanzar la cabaña de Logan, pues esta, era la última y la que marcaba el límite de la zona residencial. Al pasar junto a su casa y ver el hermoso jardín, Anna no pudo evitar sonreír, pues Logan, era parte de su rutina con Dante, pues cada mañana que pasaban, el hombre los saludaba con alegría. “¿Cariño?”–irrumpió la voz de su madre en su cabeza “¿Qué sucede mamá?” “¿Vuelves a casa o te quedas con Dona?” “Vuelvo a casa, Damon me lleva” “¿Enserio? Pensé que se marcharía después de su pequeña fiesta sorpresa” “¿Lo sabías?” “Claro que lo sabía pequeña, ¿Quién crees que autorizó la entrada de Don y Alina?” “Claro, debí suponerlo” “¿Te obsequió algo
Cuando el auto de Alastor se perdió en la distancia, Iva apretó a Anna contra ella y la guio al interior de la casa de vuelta a la sala de estar. –Muéstrame que más fue lo que te regalaron mi niña –pidió Iva antes de sentarse en un alargado sillón –Mira, esta me la regaló él –dijo Anna mostrándole la pulsera en su muñeca –¿Verdad que es preciosa? –preguntó con voz soñadora –Lo es, es muy hermosa –dijo Iva sujetando su muñeca con suavidad –Pequeña ¿Alguna vez Dante te contó por qué su manada se llama Luna Azul? – –No, nunca lo hizo –dijo Anna antes de sentarse en el suelo para seguir sacando sus cosas –¿Quieres saberlo? –preguntó Iva Dejando de hacer lo que hacía, Anna dirigió su mirada hacia su madre y asintió. –Verás pequeña, en la zona principal de la manada de Basil, hay una laguna, cuya agua es tan limpia y cristalina que, durante el día, luce un precioso color azul claro, pues el cielo se refleja en ella, sin embargo, por las noches, cuando la luna alcanza su punto más alto
Al recordar la historia de su compañero, Iva sintió un nudo en su garganta y abrazó con más fuerza a Anna, conocía ese sentimiento de angustia que su hija estaba sintiendo, ella misma lo había sentido cuando Alastor le había contado todo a ella. **Hace veinte años** –¡Venga Iva! ¡Ven a nadar! –le gritaba Alastor, quien chapoteaba alegremente en un estanque que se encontraba al norte de su territorio –No quiero nadar Alastor –dijo Iva sentándose en la orilla para meter sus piernas en el agua –¿Por qué no? –preguntó Alastor acercándose a ella –Porque no…– –¿Acaso estás en celo? –preguntó Alastor elevándose levemente en el agua para rodearla por la cintura, mojando así, la ropa de Iva –¡Claro que no Alastor! Ivory acaba de despertar, aún no tengo celo –gruñó Iva tratando de empujarlo –Ni si quiera me he transformado – –¿Entonces? ¿Por qué no quieres nadar conmigo? –preguntó Alastor besando su vientre con cariño –¿Ya no me quieres? – –Sí te quiero Alastor –dijo Iva sonriendo ante
Ligeramente frustrada, Iva apretó más a Anna, quien comenzaba a relajarse. “Deberíamos decírselo a Egan, no es justo para el joven, ni si quiera es justo para nuestra hija, esto la va a confundir” “Lo sé querida, pero no es nuestro deber, el propio Dante nos pidió que no interviniéramos, él mismo prometió que se lo informaría a su hermano apenas confirmara que Anna era su compañera, aunque, indudablemente, no contaba con que eso sucediera el mismo día de su partida” “¿Entonces?” “Me dijo que lo llamaría nada más llegar a Gretza, el viejo se toma muy enserio la preparación de Dante, así que no puede retrasarse más” “Entonces supongo que no podemos hacer nada…” “No cariño, es su decisión”–dijo Alastor evidentemente frustrado– “Llegaré en un rato mi amor, Logan llevará el auto a la casa de juntas para que Gino pueda llevarla al instituto, sin embargo, quiero hablar con Byron primero” “¿Estás nervioso?” “Sí, quiero que Byron los acompañe, no voy a arriesgarme, aún no sabemos nada d
Contrariada por sus palabras, Iva frunció el ceño, Alastor jamás la había celado por la ropa que usaba, al contrario, le encantaba cuando usaba ropa escotada, por lo que esperaba que, con su hija, fuera algo similar. Obviamente, se había equivocado, el hombre sería un padre celoso. –Dante dijo lo mismo –recordó Anna –¡Lo ves! –exclamó Alastor –¿A ti te gusta? –le preguntó Iva a Anna –Sí, me gusta mucho, además, Gaby y Pía lo escogieron para mí – –Entonces no se diga más, eso usarás –dijo Iva alegremente –¿Disculpa? –gruñó Alastor –¿Acaso no me escuchaste? – –Lo hice, pero a tu hija le gusta, ¿realmente vas a privarla de algo que le gusta? – –No, pero podríamos llevárselo a Gael y que se lo haga más largo…– –¿Realmente quieres llevárselo a Gael? – –Seguramente lo hará más corto –dijo Anna riendo ante el semblante horrorizado que su padre había puesto –Déjalo así, nuestra hija se verá preciosa con ese vestido –dijo Iva antes de tomar la mano de su compañero y arrastrarlo esca
–Oh, buenas tardes alfa –dijo Ariana, la hermana de Gino –Buenas tardes, Ari, disculpa, linda ¿Nos das un minuto? – –Sí alfa –dijo Ari antes de apresurarse a entrar nuevamente a la casa –¿Me escuchaste, Anna? –preguntó Alastor usando un tono más severo –Pero papá, ¿cómo voy a traer a mis amigos antes de contarles todo? –preguntó Anna frunciendo el ceño –¿Y si no me aceptan? ¿Y sí creen que los engañé para traerlos aquí y convertirlos en esclavos? – –¿Acaso lees las mismas historias que tu madre? – Anna se congeló, analizó lo que dijo y golpeó su frente con la palma de su mano suavemente. –Lo siento, me deje llevar…–susurró –Pero el punto es el mismo, ¿y si no aceptan lo que soy? Al menos en Wolfsong pueden huir de mi si lo desean…– –Lo siento pequeña, pero será un riesgo que tendrás que correr – –Papá, he aceptado todo lo que me has pedido, por favor, déjame hablar con mis amigos en la ciudad…– –Lo siento mi pequeña, ya me estoy arriesgando demasiado al dejarte ir por ellos,
Durante unos segundos, Anna no obtuvo ninguna respuesta de su amigo, lo que le dio mala espina, sin embargo, cuando Giotto gruñó frustrado, entendió que, al igual que ella, Gino no tenía ni idea de lo que tramaba su padre. “No lo sé, pero, estoy convencido de que no se trata de un viaje de negocios, pues se lleva a lo mejor de la manada a la vez que deja a los mejores aquí” “Explícate”–pidió Anna ante su extraña selección de palabras “Deja a su beta y a su delta a cargo de la manada, pero se lleva a Tasso, la mano derecha del señor Wyatt, y Byron, bueno, como te dije, es el mejor en su área” “Entiendo…” “¿Al menos sabes a dónde va el alfa?” “No, no me ha dicho nada, el único que creo que puede saberlo, es Dante, y tal vez, mamá, pues siempre que le pregunto, ella me cambia el tema” “¿Por qué no le preguntas a Dante? Dudo que él te mienta” “Dante ya se marchó Gino” “Tienes su número y un teléfono, ¿Acaso desde que llegaste olvidaste cómo se usan?” “No molestes”–gruñó Anna irri