Ante las palabras de Alastor, esta vez, todos los presentes intercambiaron miradas confundidas, por lo que, tras soltar un suspiro, el alfa comenzó a relatarles su historia.Mientras su padre hablaba, Anna agachó la cabeza y bajó sus manos de la mesa para colocarlas sobre sus piernas cerrándolas fuertemente en un puño.Había escuchado aquella historia tantas veces, y, sin embargo, esta aún seguía provocándole náuseas e irritación, sin embargo, en esta ocasión, había algo diferente.Su odio y su ira, ya no se dividía en tres personas, ahora, solo estaba centrada en dos, sobre todo, en la que ella estaba convencida era la mente maestra, Arioch Nicolaou.― ¡Señorita Anna! ―exclamó Mirabella poniéndose de pie rápidamente para poder acercarse a ellaConfundida, Anna dirigió su mirada hacia Mirabella, sin embargo, no pudo evitar sisear de dolor cuando la chica tomó su mano izquierda y la forzó a abrirla.Con sorpresa, Anna notó que, del enojo, había clavado sus garras en su mano, y al parec
Ante las palabras de Ragnar, Alastor frunció el ceño.Keren le había dicho algo similar, sin embargo, cuando él estuvo frente a frente con su padre, él jamás tocó el tema.― “Explícate” ――Cuando desapareciste del palacio, no había dos personas más desesperadas por encontrarte que el rey y la reina ―dijo Ragnar cerrando los ojos ―Incluso, cuando tu lazo con ellos se rompió y pensaron lo peor, ellos no pararon de buscarte.» Se rumorea que, ante tu desaparición, Maoz, el lobo de su majestad comenzó a entrar en un estado de psicosis, viendo sospechosos por doquier, lo que provocó que su majestad perdiera el control sobre él, así que decidió aislarse para no dañar a los isleños ―― “Entiendo…” ―masculló Alastor ― “Ragnar, puedes decirme, ¿cómo fue que me encontraron y el por qué atacaron mi manada?” ―Ante la pregunta, Ragnar dirigió su mirada hacia Anna, quien asintió con su cabeza antes de volver a mirar a Alastor.―Unos meses después del que sería tu decimonoveno cumpleaños, un hombre
―Es ahí donde todos nos equivocamos alfa ―intervino Félix ―Zeth Nicolaou, no es el hijo del consejero, su verdadero nombre, es Zeth Makris, hijo menor del difunto alfa Artemis Makris, el último alfa de la extinta manada Luna Sagrada, la manada encargada de la protección del camino hacia el templo de nuestra Diosa ――Entonces eso explica porque mi lobo no podía sentir el licántropo en él ―dijo Estefan, quien estaba sentado junto al alfa Fallon y Alice ―Su alteza es sólo un hombre lobo――Es correcto Estefan ―dijo Félix― ¿Qué hay con el lobo de su excelencia? ―volvió a preguntar Estefan― ¿Por qué preguntas por él? ―intervino Basil―Bueno, es que en él tampoco pude percibir nada, sin embargo, en su caso, pensé que sólo estaba siendo precavido, después de todo, también ocultaba su aroma ――Que el consejero oculte su aroma cuando se presenta ante otros tiene un motivo ―― ¿Cuál es? ―preguntó Pavel―Ocultar su falta de aura licántropa ―dijo Félix― ¿Qué? ¡Eso es imposible! ―exclamó Pavel i
Ante la sugerencia de ambos, Alastor guardó silencio.La idea no era mala, pues, si querían destruirlo o debilitarlo, la mejor forma era comenzando por su manada, lo cual, con él ausente, no era una tarea difícil.Sin embargo, si esta era visitada por los jóvenes alfas de otras manadas, esto representaría un problema para Arioch, pues sin duda, los alfas no se quedarían de brazos cruzados y harían todo por sus hijos.Incluso, si eso significaba enfrentarse a Arcadia.Por otro lado, poner a lobos tan jóvenes en riesgo, tampoco era una idea que le fascinara.“No está bien” ―le gruñó Aníketos― “Son demasiado jóvenes”“Lo sé, además, Félix dijo que Ragnar…”―No es una mala idea Alastor ―interrumpió Basil sus pensamientos ―Con los jóvenes alfa de visita, atacar Loto de Luna sería echarse la soga al cuello ―― “Lo sé Basil, pero Félix dijo…” ――Además, dado a lo que estás planeando, tendré que viajar demasiado para reunirme con nuestros aliados del extranjero, por lo que no podré estar cerc
Apenas Anna tomó el teléfono en sus manos, pudo ver que en la pantalla había varios mensajes de una mujer llamada ‘Hilda’.―Puede leerlos en voz alta si lo desea ―dijo Antón, por lo que Anna asintióHilda:» Alfa, su excelencia está impaciente, ¿qué debo decirle? «Antón:» Hilda, volveré el jueves por la noche, dile que es libre de esperarme o de marcharse.También dile que, mi respuesta a su ofrecimiento sigue siendo la misma:No, gracias. «Hilda:» En realidad, Antón, parece que desea hablar de algo más. «―Supongo que quiere saber lo que pasó aquí ―dijo Antón ―Sabe que no somos idiotas, sin duda, sabe que identificamos a la guardia imperial ―― “¿Tú vínculo con Svein sigue intacto?” ―le preguntó Alastor a Ragnar―Sí, supongo que culpará de todo al alfa Paolo ―dijo Ragnar― “Es lo más probable” ―dijo Alastor con semblante pensativo ― “Seguramente también querrá saber lo que dijo sobre él” ―agregó antes de mirar a Alonzo ― “Aparte de querer a mi hija, ¿no les pidieron algo más a ca
Gracias a que la sala de juntas era de cristal, ambos jadearon con sorpresa al ver a Dante sentado en el suelo sujetándose la mandíbula con una de sus manos, mientras que Armin, estaba siendo retenido por Ragnar.Completamente furioso, Armin le gritaba a Dante palabras que Anna no podía entender, lo que la hicieron suponer que el joven hablaba en su idioma natal.―Debió haber llegado al punto de la falsa traición ―dijo Armin rascándose la cabeza al ver como Dante volvía a levantarse nuevamenteAl verlo, Anna se puso de pie dispuesta a volver, sin embargo, al notarlo, Dante le hizo un gesto indicándole que se quedara ahí. Como ella no quería volver a escuchar aquellos sucesos, optó por volverse a sentar.Por su parte, al notar que Dante no lo veía, Armin dirigió su mirada en dirección al cristal.Al ver el rostro afligido de la joven, Armin soltó un suspiro, se liberó del agarre de Ragnar y volvió a su sitio, donde se cruzó de brazos y clavó su mirada en la mesa frente a él.―Tú y Dant
― “Creo que no tenemos más temas por discutir” ―dijo Alastor finalmente―Parece que no ―dijo Basil ― ¿Ustedes qué dicen? ¿Queda algo pendiente? ――No, creo que todo ha quedado claro ―dijo Dean ―A partir de ahora, debemos preparar a nuestros hombres para la batalla ―― “Apenas vuelva a casa, me pondré en contacto con ustedes” ―dijo Alastor ― “Y Félix” ―dijo dirigiéndose al joven ― “Cuando todo esto termine, me encargaré de apoyar personalmente a tu manada, no olvidaré tus intenciones” ――Será un honor recibir su ayuda, alteza ―dijo Félix haciendo una pequeña reverencia ――Uh… ¿Alteza? ―lo llamó William― “¿Qué sucede Will?” ――Bueno, es que, usted nos pidió que extendiéramos el rumor de que usted está vivo, pero ¿cómo es que lo haremos creíble? Sin pruebas, nadie nos creerá ―― “No te preocupes, ya he comenzado a pensar en eso, lo hablaré con mi hija y con Basil en privado, claro, si no les importa” ―dijo Alastor soltando un suspiro ― “Escuchen, antes de hacer eso, quiero agradecerles
Ante su respuesta nerviosa, Dante cerró los ojos, inspiró profundamente, y tras exhalar, asintió en su dirección antes de mirar a Félix.―Lo mejor será que, cuando Anna vuelva, reanudes tú celebración ―le dijo Dante al joven ―Sí es que aún se puede… ――La noche es joven ―dijo Félix colocando su brazo sobre su hombro ―Además, se quedarán un par de días más ¿cierto? ―― ¿Aún quieres que nos quedemos? ―preguntó Dante arqueando una ceja antes de mirar a Mirabella, quien se aferraba al saco de Félix mientras charlaba con Alonzo―Me gustaría ―dijo Félix siguiendo su línea de visión ―Mirabella le tiene cariño a Anna, y lo que vivirá mañana no será fácil, sin embargo, entiendo que las cosas se han complicado y que ambos tienen mucho que hacer ―dijo acercándose un poco más a Dante ―Lamento no haber podido ofrecerme para ir a ayudarlos, con lo que hicieron por nosotros… ――Basta ―lo interrumpió Dante ―Pasas por momentos difíciles, lo entendemos, además, vas a apoyar a Alonzo, ¿no es así? ――Sí,