Sintiendo pena por la chica, Anna se colocó frente a ella y tomó sus manos entre las suyas.―No Mirabella, no nos importa ―dijo dedicándole una cálida y amable sonrisa ― ¿Qué dices? ¿Nos sentamos juntas? ―Mirabella no estaba convencida de aceptar la oferta, pues sabía que aquel lugar estaba lleno de alfas, sin embargo, la sonrisa que Anna le dedicaba en ese momento, le brindó algo de seguridad, además, había algo en la joven que le daba mucha paz.Haciendo sus miedos a un lado, Mirabella asintió y permitió que Anna la guiara por el recinto.Sentir la calidez de la mano de Anna sobre la suya, llenó a Mirabella de paz.Algo le decía que, aquella joven, no le haría ningún daño, por lo que, tímidamente apretó su mano con suavidad.Tras entrar al coliseo, las dos se dirigieron inmediatamente al único pasillo que no tenía rejas, por lo que no tardaron en encontrar la famosa sala de juntas.Adelantándose a ellas, Neilan llamó a la puerta dos veces, y tras recibir el permiso de Félix, el bet
Al escuchar su nombre, Alonzo abrió los ojos completamente sorprendido y se apresuró a levantarse de su lugar para poder girarse hacia ella.―Disculpe mi falta de respeto, no era mi intención ―dijo dedicándole una profunda reverencia―No le des importancia, justo ahora, todos estamos en igualdad de condiciones ―dijo Anna antes de dirigirse a Basil ―Claro, excepto por el alfa Benedetti y su beta ―dijo sonriéndoles a ambos, sonrisa que ellos le devolvieron―Anna tiene razón ―dijo Basil ―Además, el tema que nos atañe es más importante que las formalidades, así que, ¿comenzamos? ――S-Sí… ―masculló Alonzo antes de tomar asiento nuevamente―Alonzo, me gustaría preguntarte una cosa ―intervino esta vez Dante ― ¿De verdad no vas a intervenir en la sentencia que se le ha dado a tu padre? ―Ante la mención de aquel hombre, Mirabella se estremeció, por lo que, antes de hablar, Alonzo soltó un suspiro y sujetó el hombro de su hermana con suavidad.―No, joven Dante, no apelaré a la sentencia de mi
Ante las palabras de Alonzo, Basil, Anna y Dante, fruncieron el ceño.Ciertamente aquello debilitaría a la gente, sin embargo, eso no podría asegurar ninguna victoria.― ¿Por qué ese acto podría conseguirle la victoria? ―preguntó Anna―Porque él consiguió esto ―dijo Alonzo sacándose una botellita de cristal del bolsillo de su sacoPara que todos pudiesen ver su tamaño, Alonzo dejo la botella de cristal sobre la mesa.Era pequeña, apenas y le cabrían unos diez mililitros, por lo que todos se mostraron algo incrédulos, exceptuando, Lysander, quien olfateó ligeramente el aire.―No se que contenga, sin embargo, está claro que es un veneno para hombres lobo, pues pese a que ha permanecido sellada desde que llegó a las manos de Paolo hace ya varias semanas, esta aún desprende un fuerte olor a acónito ――Debes estar bromeando ―gruñó Lysander ―El aroma es demasiado fuerte, ¿de verdad no la has abierto para nada? ――No ―dijo Alonzo negando con la cabeza―Joven Alonzo, mi nombre es Neilan Valen
Mientras todos opinaban sobre el reciente descubrimiento, Alonzo guardó silencio.Por un lado, se alegraba de que su hermana hubiese encontrado a su compañero en alguien como Félix, a quien, si bien no conocía muy bien del todo, algo le decía que era una buena persona, por lo que estaba convencido de que, su condición de omega, no le importaría.Por otro lado, que él quisiera forzarla a quedarse, al igual que los demás, no le parecía buena idea.―Lo lamento, pero es mi hermana quien debe decidir si se queda o no Félix ―dijo finalmente Alonzo con un tono serio ―No puedes obligarla a quedarse si ella no lo desea, Mirabella por fin es libre y tiene el derecho a decidir sobre su propia vida, además, Félix ¿de verdad aceptarás a una omega como compañera? ――Omega, humana, híbrida, no me interesa ―dijo Félix con suavidad ―Ella es mi compañera, es mía, ella ha nacido para mí y yo para ella ―dijo clavando sus ojos en su ahora cuñado ―Además, escuchaste a Anna, su loba despertará algún día ――
En completo silencio, Mirabella lo observó unos instantes.Escuchar su nombre salir de su boca le brindó una sensación de seguridad que jamás había sentido.A diferencia de la que le brindaba Anna, con Félix, Mirabella sentía que nadie jamás volvería a dañarla, por lo que no pudo evitar lanzarse a los brazos del joven completamente emocionada. Al sentir como Félix la apretaba contra él, ella no pudo controlar más sus lágrimas.El abrazo de su compañero era suave, e incluso, delicado, como si él temiese que, al apretarla, ella pudiese llegar a romperse. En cuanto al calor que él le brindaba, era uno que bastaba para calmar el frío que había estado sintiendo de hace ya muchos años.―Parece que su loba despertó ―murmuró Basil con temor de arruinar el momento, sin embargo, al ver que los ojos de Mirabella habían desprendido un ligero brillo de color dorado, el hombre no pudo evitar mencionarlo―Eso parece ―concordó Dante con su padre ―Anna tenía razón ――Pero ¿por qué ahora? ―preguntó Lys
―Te lo agradezco Amelia ―dijo Anna tomando algo de ropa doblada que la joven loba le tendía―No es nada, pero, dime una cosa Anna, ¿cómo es ella? ―preguntó Amelia en voz baja―Bueno, ella es preciosa, aunque, de cierta manera me recuerda a Paolo ―dijo Anna aferrándose a la ropa que le acababan de entregar ―Sin embargo, si a su forma de ser te refieres, es complicado de definir ―― ¿Crees que pueda con la responsabilidad de ser la Luna de esta manada? ――No lo sé, es muy pronto para decirlo ―dijo Anna con sinceridad ―Félix dijo que la enviaría a terapia, pues es evidente que la pobre sufre de estrés postraumático ――Pobre chica ―dijo Amelia negando con la cabeza ―Espero que pueda sobrellevar las cosas ――Ya somos dos ――Por cierto, ¿qué piensas de Alonzo? ―preguntó Amelia recargándose en el marco de la puerta de su habitación―Bueno, después de comprobar su historia con la de sus hombres, y de hablar buen rato con él llegué a la conclusión de que Alonzo será un gran alfa, tarde o tempr
Ante las palabras de su madre, Anna bajo ligeramente su teléfono y dirigió su mirada hacia el pequeño espacio que dirigía hacia el baño. Tras asegurarse de que el agua seguía corriendo, la joven se sentó en la silla frente al tocador.― ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Está bien? ¿Volverá pronto? ―― “Tranquila cariño, tranquila” ―dijo Iva ― “Tú padre está bien, sin embargo, me temo que él ha tomado una decisión…”― ¿Y? ¿De qué se trata? ―― “Tu padre, Alastor, planea recuperar lo que es suyo, así que, ha decidido dar un golpe de estado” ―― ¿Por qué? ―preguntó Anna sintiendo como algo se oprimía en su pecho ― ¿Qué fue lo que descubrió? ―― “No me dio muchos detalles, dijo que no era el momento para q
Tras terminar la llamada con su madre, Anna suspiró y se dirigió al portafolio de Dante para sacar su otro teléfono, el cual, tenía toda su carga, pero ningún mensaje o llamada, lo cual, la hizo añorar a su padre.Antes de la llamada de su madre, Anna había comenzado a sentirse angustiada por Alastor, pues, incluso Zeth, tras la captura de Paolo, había permanecido en silencio, sin embargo, ahora que sabía que su padre estaba bien, Anna se sintió mejor y deseosa de salir a distraerse.Así que, con un humor renovado, la joven volvió al tocador para poder guardar sus dos teléfonos en su bolso, sin embargo, justo en ese momento, su madre le envió un mensaje.Al abrirlo, Anna se encontró una bonita fotografía de sus abuelas Alda y Zinerva cargando a los gemelos Mancini, quienes parecían contentos.Iva:» Acabo de salir de la ofici