Sabiendo de sobra lo fuerte que era el vínculo de padre e hija, Dante asintió resignado.―Claro cariño… ―dijo Dante antes de hacerle un gesto a Neilan, quien se apresuró a abrir la puerta para ambos ―Quédate con ella, avísame si saben algo ―le ordenó a Lysander quien asintió repetidamenteApenas la puerta se cerró detrás de Neilan, Anna cerró los ojos y se concentró en su padre.Como de costumbre, el enlace se estableció de inmediato, sin embargo, justo cuando Anna estaba por llamar a su padre, el enlace se cortó abruptamente, provocando que Anna frunciera el ceño.“Algo no está bien…” ―gruñó Amara“No… No lo está” ―dijo Anna con preocupación, pues, sin importar lo ocupado que estuviera o si estaba teniendo un mal día, Alastor jamás había bloqueado su enlaceCediendo ante su preocupación, Anna optó por hablar con su madre, cuyo enlace, como de costumbre, se estableció al instante.“No me digas que a ti también te está bloqueando mi niña” ―dijo Iva con la misma preocupación que Anna“S
Sin perder tiempo, apenas apareció, Lykan se acercó a Anna, quien, de un ágil salto, se montó sobre su lomo y se aferró a su pelaje fuertemente.Corriendo a toda velocidad, Lykan se dirigió directamente a la bifurcación para cortarle el paso a Aníketos, el cual, al verlos, detuvo bruscamente su carrera y les rugió con fiereza― ¡Ya basta Aníketos! ―exclamó Anna aferrándose con dedos temblorosos al pelaje de Lykan― ¡Anna! ¿Qué estás haciendo? ―le gritó Marcia al ver a la joven ― ¡Aléjate de él! ―Sin apartar los ojos de su padre, Anna le hizo un gesto con su mano para pedirle que guardara silencio.―Por favor Aníketos, detente ―le pidió Anna en un suave, pero autoritario tonoLejos de obedecer o de cambiar de opinión, la criatura gruñó e hizo crujir sus garras, lo que hizo que Lykan también gruñera y adoptara una posición defensiva, pues, su prioridad, era la protección de su Luna.―Tranquilo Lykan ―susurró Anna ―No debes provocarlo ―Intentando pasar de ellos, Aníketos intentó avanza
Justo cuando Anna volvió a abrir los ojos, Damon soltó un gruñido, pues el hermoso color gris que usualmente acompañaba a Anna había sido sustituido por el brillante color plateado que solía pertenecer a Amara, lo que le indicó que la loba, había tomado el control.―Es suficiente papá ―dijo Amara con firmeza a la vez que intentaba librarse del agarre del loboAnte el cambio de actitud, Aníketos gruñó, y es que, no solo la actitud de la joven había cambiado, si no que, también, su aroma se había hecho mucho más fuerte.Al notar que tal aroma pertenecía a Amara, Bingen dejó de gruñir y retrocedió un par de pasos al igual que Nerón, mientras que, Emmet, volvía a su forma humana y centraba su atención en Amara.―Papá, bájame ahora mismo ―ordenó la loba con una voz tan serena, que, incluso Baltazar, retrocedió un par de pasos ―No te lo estoy preguntando ―gruñó Amara cuando su padre lo hizo ―Bájame de inmediato ―ordenó la loba con los ojos clavados en su padreDe mala gana y de manera brusc
Al escuchar la suave y amable voz de Alastor, Anna finalmente liberó todas sus emociones, lo cual, terminó por romperla, por lo que la joven alfa se deshizo en llanto al sentirse segura en los brazos de su padre.―Papá, tenía mucho miedo ―gimoteó la joven ―No quería que lastimaras a nadie ――Lo sé mi pequeña, lo sé ―susurró Alastor acariciando su espalda en un intento por reconfortarla―Pero… Tampoco quería que te lastimaran a ti… ―sollozó Anna aferrándose fuertemente al cuerpo de su padreAl escuchar las palabras de su hija, Alastor se aferró más fuerte a ella, pues, para él, que ella se preocupara por él en aquel estado de descontrol, significaba mucho.―Perdóname por asustarte mi pequeña, yo… No pude controlarlo… ―susurró Alastor permitiendo que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas ―Te agradezco que te hayas preocupado por mí, pero, por favor, jamás vuelvas a hacer algo tan temerario, no tienes idea del miedo que tenía de hacerte daño ―Al notar que, por fin, Alastor tenía p
Ante la pregunta de su amigo y protector, Alastor soltó un suspiro.―Aníketos reconoció a Anna desde el principio ―dijo girándose hacia Basil―Pero… Pensé que en ese estado de descontrol Aníketos no reconocía a nadie, ni aliados ni enemigos ――No lo hace…―― ¿Entonces? ―preguntó Basil confundido―No quiere decírmelo…―dijo Alastor cerrando los ojos antes de inspirar profundamenteTras haber recuperado el control, él había estado intentando hablar con su lobo, sin embargo, Aníketos parecía demasiado avergonzado y no quería hablar con él al grado de bloquear la comunicación entre ambos.Ante tal actitud, a Alastor no le quedaba más que intentar recordar todo por su cuenta.Hasta ese momento, no sentía que faltara nadie de la manada, por lo que la sangre en sus manos dejó de preocuparle, sobre todo, al recordar que Anna había conseguido sacarle a Aníketos que aquella sangre pertenecía a un ciervo.―Necesito limpiarme esto, acompáñame a los baños ―le pidió Alastor a Basil a la vez que le m
Al notar vergüenza en la voz de lobo, Neilan dirigió su mirada a su alfa.Alastor, o más bien, Aníketos, no se atrevía a mirarlo, si no que sus ojos estaban clavados en el suelo, más específicamente, en sus zapatos.―Tú… ¿Los reconociste? ―preguntó Neilan con algo de duda―Sí, yo… Aún no perdía el control ―gruñó el lobo ―Sí bien ya había suprimido la esencia de Alastor, aún podía reconocer a mi gente… ―masculló sin levantar la mirada ―Nerón… ¿Alastor está molesto? ― preguntó cruzando los brazos y sin levantar la miradaAl ver a su alfa en tal estado, Neilan tuvo que apretar los labios para no reírse.Del lobo feroz y despiadado que conocía y que se había hecho presente otra vez, ya no quedaba nada, en su lugar, ahora tenía frente a él a un cachorro asustado, temeroso del castigo que le impondrían sus padres tras haberlo descubierto haciendo una travesura.―No, pero quiere hablar contigo Aníketos, está preocupado por ti ―dijo Neilan con sinceridad― Deberías dejar de bloquearlo ――Vale…
Tras compartir una sonrisa cómplice, Anna y Dante dirigieron su atención hacia Alastor, quien, tras asentir, se dio media vuelta y comenzó a subir los pequeños escalones.“Alastor…” ―gruñó Aníketos, algo que lo hizo detenerse― “Lo lamento, no sé que me pasó” ―gruñó el lobo con un tono de voz algo apagado y notablemente cansado“No uses ese tono conmigo” ―gruñó Alastor― “Tú no eres ningún cachorro, no tienes que perder la cabeza por tonterías, además, no tienes nada que probar, eres el alfa de esta manada”“Querrás decir que somos el alfa de esta manada” ―gruñó Aníketos“Creo que, el que lo olvidó, fuiste tú… Aníketos… ¿Herramientas? ¿En serio? ¿De verdad crees que te veo así después de todo lo que has hecho por mí?”“Yo… No, no lo creo…”“¿Entonces?” ―preguntó Alastor― ¿Papá? ―llamó Anna a Alastor, lo que puso fin a la discusión con su lobo“Lo hablaremos después, pero, por favor Aníketos, siempre hemos sido un buen equipo, te pido que no lo olvides, no ahora que es cuando más te nec
A diferencia de cuando Alastor subió al escenario, esta vez el silencio no se hizo en el lugar, si no que, con cada paso que Dante daba, los murmullos de sorpresa y alegría, no se hicieron esperar.Como era de esperarse, la gente parecía entusiasmada de que, el compañero de su futura alfa hubiese resultado ser el propio Dante Benedetti, el futuro alfa de la manada Luna Azul, una manada, que prácticamente era hermana de Loto de Luna.Al llegar al centro del escenario, Dante entrelazó sus dedos con los de Anna, quien, gracias a su vínculo, pudo percibir que su compañero estaba sumamente nervioso, sin embargo, al clavar sus ojos en su rostro, se sorprendió que, de esos nervios, no había reflejo alguno, mas bien, su rostro se mostraba impasible.―Algunos de ustedes ya habían especulado de su relación el año anterior, gracias a que, el joven alfa, había sido muy poco discreto con el asunto a los ojos de los demás, exceptuando a los de mi pequeña ―― ¡Oye! ―se quejó Anna, lo que provocó ris