A medida que se acercaba a su destino su pecho se oprimía un poco más, sabía que lo que estaba a punto de hacer cambiaría su vida y la de su padre, todo lo por lo que había luchado estaba ahora colgando de un hilo y él estaba decidido a cortarlo de una vez por todas.

Decidió ir a ver su padre, sin previo aviso, no quería hablar con él por teléfono, el asunto ameritaba ser tratado personalmente

Se paró en el umbral de la puerta de aquella mansión en la que había crecido y a la que hace mucho no iba, los recuerdos de su niñez al lado de su madre en ese lugar siempre removían su interior, justo como ahora, sacudió su cabeza y paso las manos por su torso alisando su traje y suspiró algo nervioso pero decidido del paso que iba a dar, sabía que no sería fácil y que sería doloroso, pero, al mal paso dale prisa, ¿cierto?

Toco el timbre y la puerta se abrió sin mucha demora, una mujer ya mayor, bajita y un poco gordita le dio la bienvenida

_ Joven King, que alegría verlo_ lo abrazo con efusivi