Salió de aquella habitación como alma que lleva el diablo, literalmente así se sentía, completamente poseído por la lujuria y el deseo, no podía continuar más en aquel lugar, no después de ver aquella expresión de completo éxtasis en el rostro de Jaison, verlo explotar frente a él con su cuerpo totalmente abandonado en el deseo que le proporcionaba su voz y sus palabras fue una completa locura, no se había sentido así con ninguno de sus anteriores sumisos, era como una fuerza más grande que él, algo que le exigía hacerlo suyo, tomar lo que ya le pertenecía y no podía, aun Jaison se resistía, y él tenía que decidirlo, por eso lo abandono, sabía que debía estarlo odiando en este momento, que quizá estaba mal interpretando lo que hizo, pero ya se le ocurriría algo para cambiar eso, en ese momento era completamente necesario poner distancia entre ellos

Cuando entro al carro de repente recordó quien era, como si no supiera como fue que llego hasta allí, no era su auto era el de Jaison Kin