Narra Reymond
La alegría al saber que ella ha aceptado tener un hijo conmigo, hace que sea imposible para mí mantenerme quieto, por eso, después de horas entrenando mi cuerpo, me marcho de casa para acabar con la vida de alguien, ya que, para eso me pagaron.El hombre, un simple beta, me dio muchas complicaciones para acabar con él, pero, eso no es algo que me molesta, ya que, fue útil para liberar toda mi energía y así, estar calmado cuando me encuentre con Elise. Esa fue mi idea principal: liberar toda emoción fuerte, acabando con la vida de aquel beta y regresar rápido a casa para saber cómo está mi esposa e hijo, pero, cuando entro a la casa, con lo primero que me encuentro es a Elise tan pálida como su vestido.De inmediato, intento caminar hacia ella para que me reconozca y no piense que soy el inútil de Nate o alguien más que quiera hacerle daño.Sin saber cómo tratar a mi esposa embarazada, camino hacia la casa después de estar completamente limpio. Usando solamente mi ropa interior, camino hacia la casa pensando en todo lo que debo hablar con ella.Mientras camino, los primeros rayos de sol aparecen iluminando mi camino, entonces, miro a mi alrededor y la encuentro a ella. su mirada está centrada en el cielo mientras ella se estira, pero, la mía está concentrada en la mujer que hace que mi corazón se acelere y por momentos, desee ser tan puro como ella para que nadie se interponga en nuestra relación.Mi vista se enfoca en como su cabello se mueve con la suave brisa, esparciendo sus hormonas y feromonas que entran directamente en mi nariz, debilitando mi voluntad. La mujer que anteriormente había visto tan pálida, ahora tiene sus mejillas ruborizadas y sus labios de un rojo que me incita a ser tentado.— Que día tan maravilloso. &mda
Miro a la mujer por la que podría perder la cabeza y jamás me atrevería a subestimarla, porque aun siendo omega, se enfrenta a mí con tanta determinación que puedo ver un rastro de su aura firme que tanto me gusta.— Reymond, estamos hablando en serio. Concéntrate.— Yo también estoy hablando en serio. Además, no entiendo porque debería concentrarme si solo estoy mirando a mi esposa… a mi luna, porque eso eres. — digo sonriente y ella suspira profundo.— No puedo creer que menciones eso justo ahora.— ¿Por qué? ¿Qué pasa?— No estoy acostumbrada a ser parte de una manada y ahora me llega información a la que solo podría tener acceso el líder alfa o su luna.— Eso confirma que la diosa luna ha aceptado nuestra unión, Elise. Estamos destinados. — digo y ella suspira profundo.Est
Narra EliseLa perversión que he visto en mi vida como omega, no se compara con la que sus ojos me muestran. Durante todo este tiempo, me he encontrado con terribles parejas que han querido usarme a su antojo de tantas formas que es sorprendente que aun pueda creer en el amor.Pero, Reymond supera a todos esos hombres, porque aquellos quisieron usarme y desecharme, en cambio él quiere mantenerme con él para que vea de todo lo que es él capaz y eso, lo hace más retorcido.— Debes estar bromeando. — digo con preocupación.— Mira mis ojos Elise y dime si realmente te miento. — dice él con la misma mirada llena de odio con la que veía a su hermano y sobrino.Reymond es una maldición de la que no se puede escapar, porque en un mundo donde hay tantos países y en cada uno hay tantas manadas, yo vine a encontrarme con él. Justo cuando mi vida era angustiante, apareci
Su lengua se desliza en mi boca, solo para hacer más profundo el beso, hasta que finalmente libera mi boca del deleite de su boca, solo para descender lentamente por mi cuello, dejando un rastro de besos que excita tanto mi cuerpo, que me aferro a él, para que su calor me ayude a sentirme mejor.— No te atrevas a hacerlo, Reymond o te odiaré. Así que, vete. Aun puedes hacerlo, vete. — digo y él me sonríe.— Me tienes inmóvil, Elise. Tus piernas están entrelazadas en mi cintura y tus brazos me abrazan impidiendo que pueda moverme mucho, esposa. Así que, ¿Cómo quieres que me vaya, si estás más pegada a mí que los tentáculos de un pulpo?— No lo puedo evitar y eso es tu maldita culpa.— Oh, mi linda omega está maldiciendo… me gusta. — digo complacido.— Esto no está bien.— Entonces, &
Sé que no hay manera de que me aleje de esta perversión porque es lo que mi pecaminoso cuerpo desea, pero, al menos, he obtenido una ganancia con respecto a mi trabajo, por lo que, me dejo llevar por eso que ya me había hecho tener sexo en primer lugar.El orgasmo me invade y yo me rompo en miles de pedazos por un hombre que debería tener a miles de kilómetros lejos, porque eso es lo que debía hacer al nacer en la tierra. Pero, esto fue inevitable y ahora es imposible.Ya que, ahora estamos en una misma realidad, estamos coexistiendo como pareja en un mundo donde somos el complemento y no lo prohibido. Sin embargo, no puedo decir que voy a entregarme completamente a él, porque hay muchas cosas que no puedo soportar.Una de ellas es su trabajo, verlo después de ‘trabajar’ y fingir que me agrada o que no me causa miedo verlo así de monstruoso como lo vi anoche, es demasiado para mí. Por es
Sin intención de esperar mucho tiempo a que él haga lo que desee conmigo, me preparo para salir en busca de trabajo porque no puedo quedarme siquiera un poco más aquí, sabiendo que Reymond es un pervertido en todo el sentido de la palabra.Por eso, una vez lista, salgo de la casa, donde sus hombres ya me esperan con un auto sin que yo se los haya pedido, aturdida, me acerco hacia ellos quienes me abren la puerta con una sonrisa gentil.— ¿Quién les dijo que iba a salir?— El señor Perasi.— ¿Cómo supo que…?— Hay un vínculo entre parejas que son marcadas, así que, puede percibir con más intensidad sus emociones y…— ¿Y qué?— Si tienen sexo recientemente, puede leer sus pensamientos durante dos horas. — dice el chico y yo maldigo mentalmente.— Se escucha increíble que mald
Golpeo mentalmente mi cabeza por no relacionar su aroma con los invitados de mi boda. Pero, me alegra no haber cometido un error, ya que, lo que menos deseo es que me vean como la inútil mujer de su alfa.— Oh, no me acordaba de eso. — digo avergonzada.— Me alegra que haya pasado por cosas agradables, al punto de olvidar que es la señora de todos nosotros. Ya que, no queremos que se sienta incómoda— Espero estar a la altura del papel que me han dado. — digo.— Se trata de ser un apoyo para el señor, en este caso, no sería sobre su fuerza, si no, la humanidad. El señor no es alguien muy gentil y eso es algo que usted puede compensar.De inmediato, me muestro feliz por mi papel en la manada, ya que, todas las manadas que he visto, la mujer del alfa es alguien inalcanzable o muy habilidosa en lucha que parece más una extensión del alfa que una acompañante de vid
Reymond es un hombre que no pide permiso para realizar las cosas, si no que, hace las cosas como él lo desea sin importarle la opinión de los demás, justo como lo ha hecho ahora que me ha hecho entrar al auto, sin decirme siquiera a donde nos dirigimos.Pero, lo peor es que a él parece importarle poco lo cansada que puedo estar o si me interesa salir con él a donde sea que me esté llevando.— Estoy cansada.— Qué bueno, porque a donde iremos hay sillas cómodas.— Reymond, no quiero salir.— Estas en la calle, Elise, es lógico que has salido. — dice él y yo tensiono mi cuerpo por sus respuestas molestas.— Lo que quiero decir es que no deseo estar más tiempo fuera, por eso, estaba caminando a casa.— No estas cansada, lo que no quieres estar cerca de mí, por eso, preferías caminar porque así durarías m&aa