Mi cabeza está por explotar por todo lo que ahora tengo en esta. Cada cosa que hicimos en esta vida y la anterior, golpea con fuerza que no puedo evitar llorar comprendiendo la magnitud del error que he cometido.
‘Es él. Realmente es él.’ Digo en medio del llanto, mientras Reymond intenta procesar lo que he dicho.Aunque mi mente me dice cuan idiota soy por caer en su juego, mi cuerpo se queja cuando no está invadida por el hombre que nunca debí tener cerca. Reymond, intenta acercarse a mí debido a mi llanto, pero, no lo permito.— ¿Qué rayos te sucede, Elise?— No puede ser. Esto no puede ser. — digo en medio del llanto.Reymond respira profundo e intenta marcharse al baño, pero, a medio camino se regresa para agarrarme con fuerzas. De inmediato, intento alejarlo de mí, pero, su mirada me dice que no es él.Sus ojos están completamente negrNarra ReymondEl placer más grande que he sentido en mi vida, me abandona cuando la mujer que tanto amo desaparece en mis brazos. Como si fuera producto de mi imaginación, me deja en la cama completamente solo, luchando con mis propios demonios.— No puede ser. Esto no puede estar sucediendo. — susurro sintiéndome completamente perdido.Las palabras de Elise, ahora se repetían en mi cabeza, mientras mi deseo de liberarme en ella me recorre. Desesperado, busco mi medicación, pero, no logro encontrarla, enloqueciéndome por completo.Aullando, llamo por ayuda deseando que vengan pronto para no enloquecer ahora que no tengo quien me deje saciado durante mi periodo en celo. Las ganas de tener mi liberación me impiden pensar con claridad, pero, sé incluso estando así, que las cosas están mal.Desesperado, entro al baño intentando traer a mi mente la razón, pero, la verd
Un mes despuésRecorro las calles en mi versión lobo intentando encontrar un solo rastro de Elise, pero, ella al parecer es alguien que subestimé. Porque se ha ocultado tan bien de todos que aún no he podido encontrarla.Por fortuna, si pude encontrar las ratas que intentaban traicionarme, por lo que, ya no tengo algún idiota que filtre la información que sin duda, no me ha servido en lo absoluto, porque sigo sin encontrarla.— ¿En dónde está ella? — digo cuando la noche se acerca y el malestar por empezar mi celo, hace que regrese a casa a inyectarme.Hace un mes estaba con ella siendo más de ella que mío, pero, la realidad es que ese solo fue un poco de felicidad, antes de la angustia y desesperación en la que he estado viviendo. Porque aunque la vida sigue, para mí no es igual.Ahora, soy el que me encargo de matar a todos los que me piden asesinar, porq
Sus palabras impactan en lo más profundo de mí, mientras me golpeo mentalmente porque la respuesta a su escape estaba frente a mí y yo no lo había notado. Ahora que escuchaba esas palabras hirientes con su mirada llena de resentimiento, lo que en el pasado ignoré ahora se presenta tan claro en mí que será imposible olvidarlo.— Elise…— Aléjate de mí, Reymond. — dice ella corriendo hacia el interior del restaurante.— ¡No te vayas, Elise! ¡Ha venido Alán y Nate a buscarte! ¡Fue por medio de ellos que pude saber dónde estabas! — digo corriendo hacia la cocina.Cuando entro, me encuentro a Elise aferrada a una mesa, como si le costara mantenerse en pie, por eso, miro a mi alrededor intentando encontrar la causa de su malestar, ya que, no percibo el olor de otro lobo, pero, si podría estar relacionado a algo humano que no percibo
Mis lobos finalmente llegan y de inmediato, saltan cayendo cerca de donde me encuentro. Por lo que, rápidamente hacen un anillo de seguridad, mientras los lobos que no saltaron, atacan a los aturdidos chicos de la manada de Alán.Lo que no quería rebelarles a esos desgraciados, ahora es noticia confirmada por las hormonas de Elise, por lo que, no hay manera de negar lo que es evidente. Por eso, miro a mi alrededor en busca de mi escape.— Vete, Nate. Demuestra por primera vez en tu maldita vida que piensas correctamente y por eso, vas a hacer que los lobos que seguirán tus ordenes en un futuro no cometan un error que va a acabar con sus vidas. — digo con seriedad.— No puede estar pasando esto. — dice Nate aún aturdido.— Sabes perfectamente que puede pasar después de todo, es mi esposa. Además, La última vez que nos vimos, les di el anuncio anticipado de lo que iba a suceder en
La vista se me vuelve un túnel donde lo único que veo es a Nate intentando sacar del auto a Elise, por lo que, no puedo recordar quien es o qué relación tenemos, si no, que es alguien que debe morir.— ¿A dónde crees que vas? — digo rodeando con mi brazo el torso del lobo que tanto deseo eliminar.— Tío… — dice Nate transformándose en lobo.Pero, esa palabra no hace que me detenga siquiera un poco y por eso, lo estrello contra el suelo donde aprieto con fuerzas su cuello.— Nadie tiene el derecho de tocar a mi mujer. — digo con voz gélida.— Por favor…— Has sido un maldito grano en el trasero desde que naciste, pero, todo empeoró cuando quisiste dañar a mi mujer, ¿deshacerte de mi hijo? ¿Llamaste a mi hijo bastardo? — pregunto molesto.— Tío.— Había escuchado
La frialdad de mi corazón lentamente pierde su poder, al punto que corro de inmediato hacia Elise, encontrándome a mi diosa completamente dormida. El deseo de abrazarla y decirle lo mucho que la amo, hacen que me congele en mi lugar y en mi mente le diga todo ello.Porque aunque sé que lo correcto es decirle todo lo que siento por ella, el nudo en mi garganta me impide poder expresarle todo ello aunque se encuentre dormida.— Elise, gracias por darme un hijo. — susurro sintiendo que todas las cosas que podría decirle se resumen a esas palabras de agradecimiento.Ella no responde, pero, a diferencia del silencio de esta ausencia, este es cómodo. Porque aunque no me habla, puedo mirar solamente en la cama y la encontraré.Sufrí mucho buscándola, moví todas las personas conocidas para mí y aunque casi enloquezco, ella finalmente está aquí. Así que, debo ahora cuida
Nunca pensé que una mujer que su naturaleza es pura, pudiera decir ese tipo de palabras oscuras usadas para pisotear sentimientos y yo no me creí capaz de poder quedarme recibiendo estos ataques sin contraatacar con violencia.— Vaya… eres sorprendente. — susurro.— Puedes disfrazar todo esto con palabras de nuestra especie actual, Reymond, pero, eso no borra que no somos compatibles, que no eres mi destino.— ¿Eres idiota, Elise? ¿Acaso tu superioridad te impide ver las cosas como son? Porque solo eso explica porque razón no notas que somos el destino del otro.— Deja de decir tonterías.— Lo fuimos en nuestra vida pasada y lo somos en está, Elise. Analiza la vida que has vivido hasta ahora. Podría decir, que desde que nos encontramos, tu vida ha estado llena de puras desgracias, pero eso sería descarado de tu parte, al analizar todo lo que viviste ante
No entendía lo que quiso decirme, pero, es eso lo que menos importa al ver que ella se ha desmayado, por eso, dejo de lado mi enojo y la tomo en mis brazos, mientras llamo al doctor para saber que sucede con ella.Mis hombres, traen de regreso al doctor que la revisa por un largo tiempo en el que solo aumenta mi angustia porque no tengo la más remota idea sobre lo que me dirá. Por eso, camino de un lado al otro en la habitación deseando que su demora sea para darme buenas noticias.— Dime de una vez por todas que es lo que sucede con Elise, si sigues haciéndome esperar, perderás tu vida.— Su pulso esta extraño. Lo mejor es que pida ayuda para saber qué es lo que pasa con la señora Perasi. — dice el doctor.— Dígale, señor Elise, me molesta mucho que menciones el apellido del inútil de Nate. — digo cruzándome de brazos.Mark, toca la puert