Horas después
Aunque terminamos de vestir a Joosher y me marcho con él hacia el comedor donde con cuidado lo alimento, Reymond no se marcha de mi lado aunque solo se la pasa mirándome. Debo reconocer que es incómodo, pero, sabiendo que no dejará de hacerlo, me concentró en darle comida al pequeño que hubiese deseado alimentar desde el primer momento en que nació, pero ambos tuvimos que esperar un año para esto.— Es sorprendente lo obediente que es contigo. — dice Reymond.— Lo fue incluso en el vientre aunque no lo cuidé como correspondía. — susurro mientras disfruto cada momento con mi pequeño.— Han sido fuertes ambos. A pesar de que actúe mal y por eso, los hice sufrir, están aquí conmigo.— Tampoco es que tengamos opción, ya que estamos en un búnker. — bromeo.— Lo meLas chicas nos observan como si fuéramos lo más maravilloso del mundo, mientras reprimen esas ganas de lanzarnos muchas preguntas a la vez. Porque así era como miraban a Jay cuando aparecía.‘Me he ganado fanáticas de mi relación que fue más dolorosa que feliz.’ Me digo mentalmente.— Entiendo que quieran mucho a mi esposa.— No es solo su esposa, señor alfa. Es la relación de ambos. Cada uno demostró su valor y perseverancia para estar juntos. Ustedes son el ejemplo del amor que soporta todo tipo de calamidades, sin duda, yo quiero un amor así, pero, omitiendo la parte en que muero o mi hijo me desgarra desde el interior. — dice Lyall.— Oh, sí. Esas partes son demasiado para nosotras, así que, con que la haya vivido usted, ya demuestra la valía de las mujeres de la manada luna dorada, explicarla otra vez es innecesario. — d
Intento no darle importancia a lo que estoy sintiendo en mi espalda baja, hasta que sin notarlo me quedo dormida, pero, el sueño que vino a mí de golpe, es interrumpido por unos quejidos que me aturden.— No, por favor…— ¿Reymond?— Regrésenmela… es mi vida. — susurra mientras su cuerpo suda tanto que puedo ver dos capas gruesas de sudor donde las gotas juegan hasta formar caminos de agua que parecen lagos.— Reymond, ¿estás enfermo? — pregunto tocando su cuerpo que se siente tan caliente que me alarma.— Mátenme a mí, no se la lleven… mi esposa… mi luna… mi destino… mi mujer… mi diosa. — dice Reymond hablando con la voz entrecortada.Aunque su cuerpo suda mucho, la parte que tiene más liquido son sus ojos, que han dejado muestras grandes de agua a cada lado de su cabeza. Reymond niega, lo
Intento encontrar alguna intensión lujuriosa para que me tenga sobre su cuerpo, pero, cuando me hace mantenerme sobre su pecho, mientras acaricia mi espalda, confirmo que no es lujuria lo que está incitándolo a tenerme sobre él, si no, el miedo a despertar y no encontrarme.‘Es esperable, duré un año para regresar de la muerte.’ Me digo mentalmente.— Reymond…— Pasará, sé que no estas acostumbrada a estar conmigo así porque mi arrogancia y malas decisiones nos distanciaron aunque estábamos juntos, pero, por lo menos por ahora, resiste esto, porque dudo que pueda dormir si no siento tu cuerpo. — dice Reymond.— Está bien, hagamos eso, pero, por favor, piensa en cosas agradables, las pesadillas han cesado, yo he regresado. — digo y él suspira profundo.— Afortunadamente has vuelto. — dice Reymond.Como puedo, me
Aturdida, algo me hace despertar y es alguien succionando mi mejilla como si fuera una especie de biberón del que necesitaran alimentarse. Confundida por despertar de esa forma, abro mis ojos notando que es el pequeño que lucha por despertarme— Joven Joosher, deje a la señora descansar. — dice Carolina intentando separarlo de mí, pero, eso hace que succione más mi mejilla.— Espera un momento, ya he despertado. — me quejo y el pequeño me suelta solo para lanzarse sobre mi pecho, sonriendo.— Lo siento, señora P… Elise, el joven señorito no espera que lo aleje cuando ya está sobre usted otra vez.— ¿Ha pasado mucho tiempo desde que despertó?— Más de una hora. — dice Carolina.De inmediato, me levanto corriendo hacia el baño, pero, ello se me dificulta cuando un pequeño se aferra a mi cuerpo, sin import
Suspiro profundo, deseando que el rubor en mis mejillas no delate tanto la inmensa vergüenza que siento por la actitud del hombre que parece importarle poco lo que puedan pensar sus hombres lobos por lo cursi que es ahora.— Está bien, me alegra mucho que mi alfa me haya esperado.— A tu lado…— Mi alfa me esperó estando a mi lado y fue eso lo que me hizo regresar. — digo tan rápido que parezco rapera.Pero, mi oración complace tanto a Reymond que sonríe e incluso, libera feromonas que podría decir que forman corazones porque en su mirada se ve eso; enamoramiento.— Les serviremos el desayuno. — dice Carlson.— Por favor… sí. — digo sintiendo que es muy temprano para tanta dulzura.Joosher, quien se encuentra distraído con una flor que tomó de la mesa, me entrega esta y quita de mi mano para mostrársela a su padre
Recorremos el lugar con el pequeño siendo cuidados por nosotros y la ayuda de Carolina. Aunque en ocasiones Reymond me pregunta cuándo podremos tener sexo, rápidamente cambio el tema de conversación con cosas relacionadas a Joosher.— Sé que estás evitando responder a la pregunta, estoy por sentir celos de Joosher, solo me haces preguntas de él y no de todo lo que yo viví en tu ausencia.— No necesito preguntar eso. — digo de inmediato.— ¿Por qué? ¿No te importa saberlo?— No es que no me importe, es que sin preguntarte ya lo sé. Reymond, nadie cambia tan abruptamente a menos que lo experimentado lo marcará tanto al punto de crear ese cambio.>> Así que, tu llanto al verme regresar a la vida, tus abrazos constantes, tu angustia al verme y tus pesadillas, me dicen todo lo que viviste en mi ausencia. Porque aunque no me d
Ahora no éramos Perasi, porque en realidad, Reymond nunca tuvo el apellido Perasi por compartir sangre con ellos y aunque yo nací en la familia Flameforge, ya no poseo la magia o poderes que solo tienen los integrantes de esa familia.Así que, estábamos sin un apellido en el que compartiéramos sangre y fuéramos merecedor de pertenecer, pero, eso no nos importaba en lo absoluto, porque después de todo un apellido no van a empañar todo lo que merecemos tener.— Ya es momento de regresar a almorzar, es tarde.— Haremos un picnic, todos traerán la comida aquí y así podemos disfrutar de esta tarde en familia.— Primero debo limpiar a Joosher, está hecho un desastre. — digo y Reymond sonríe al pequeño que sin duda, parece una copia mía, aunque tiene evidentemente el carácter de su padre.— Podemos bañarlo tambi&
Al día siguienteAfortunadamente, estuve tan cansada con el tiempo en el césped, que no supe cuando me quedé dormida y por eso, cuando desperté que me encontraba en una cama con Joosher y Reymond, comprendí que además de no ser la única agotada, soy la más afortunada de tener una familia anormal, pero, mi familia.Pero, antes de disfrutar a menos diez minutos de la vista de Joosher con el pie en el mentón de su padre y Reymond, con su pie sobre mis piernas, el hombre que prometió trabajar hoy se despierta aturdido y antes de saludarme, ve la hora y de inmediato se levanta de la cama para correr al baño.Como Reymond anunció, rápidamente se preparó para ir a trabajar, por lo que, me quedo con Joosher y Carolina para poder cuidar a mi hijo, quien sigue siendo travieso y agotador. Esta vez, no dormimos en el búnker, si no, en la mansión que arreglaron para que