No logro adaptarme al cambio de actitud de Reymond, porque aunque como es ahora se asemeja a lo que esperaba de él, es extraño que actúe de esa forma cuando él me aseguro de que ese tipo de amor no lo iba a tener con él.
Es como si su cuerpo fuera el mismo, pero, su alma… sus pensamientos fueran de alguien más, un ser que si sabe que es amar de forma tierna al punto que sus actos son gentiles.— Reymond, lo diré de nuevo: vamos muy rápido. Apenas he despertado y tú muestras un desespero que me preocupa.— Llevo más de un año esperando este momento, Elise. Para ti fueron segundos, pero… siendo sincero, sentí que pasaron siglos antes de que la oportunidad de traerte aquí se hiciera realidad.>> No sabes cuantas veces llore implorando que regresarás. Me lastimé creyendo que mi dolor sería suficiente pago de nuestra uni&oacutIntento comprender como sucedió todo esto, porque es tan parecido a mí, pero, a la vez no lo es. Por eso, es complicado para mí poder notar que alguien que comparte rasgos físicos conmigo, tenga una mirada tan fría y asesina.— ¿C-cómo es posible? — pregunto.Pero, parece que ninguno de los dos me escucha, porque se atreven a pelear entre sí, porque Reymond lo agarra de la camina y el pequeño transforma sus manos en garras que arañan el cuerpo de su padre.Reymond parece que juega con él, porque esquiva sus golpes pasando de un lado al otro el cuerpo del pequeño que quiere pelear con él.— ¡Se detienen los dos ahora! — grito al ver como no parecen padre e hijo.Los dos se detienen mirándome confundidos, mientras yo quiero gritarle a Reymond por la forma en que se trata con su hijo.— Él ha empezado.— Jo
Un suspiro aliviado hace que me despierte, notando que hay un espejo cerca de mi nariz. Aturdida, miro hacia la persona que sostiene el espejo notando que es Reymond quien sigue suspirando aliviado sin notar que lo estoy viendo.— Quieres ver si estoy muerta, ¿no es así? — pregunto y él aleja el espejo de inmediato.— Lo siento, te he despertado. — dice Reymond y yo intento levantarme, pero, Joosher ha transformado sus piernas en unas monstruosas que están sobre las mías impidiendo que pueda moverme como deseo.— ¿Qué estabas haciendo?— No sé si es por tu problema cardiaco, pero, no podía sentir tu corazón y tu respiración es tan diminuta que tuve que usar un espejo para saber si estabas respirando o no.Reymond es un sobreviviente a mi muerte y aunque sabe que he regresado, es evidente que el desespero de él porque es una señal de
Como lo dijo Reymond, termino comiendo en la cama con un pequeño que se mueve constantemente aunque esta dormido. Esta vez, no me dice cosas extrañas o implora perdón, pero, se queda mirándome por tanto tiempo que de cierto modo me siento incómoda.— He terminado de comer. — digo y Reymond reacciona teniendo todo su plato de comida lleno, porque se ha concentrado en verme y no en comer.— Oh, sí, dame el plato.— No necesitas ser así, puedes comer e incluso, esperar que yo lleve mi plato a la cocina.— Sé que eso es lo que deseas hacer, pero, ha pasado tanto tiempo contigo…— Muerta.— No digas esa palabra. — implora Reymond.Yo suspiro profundo y me recuerdo una y otra vez que él tiene sus motivos para estar así, porque mientras yo estaba en el mundo de las almas perdidas, él perdía viéndome muerta.
Me giro para ver al hombre que me observa con tanto amor, que derrite. Por lo que, miro cada una de sus expresiones y detalles en su rostro, para asegurarme que es el Reymond que me hablaba de forma sarcástica y muchas veces fría.— Debiste sufrir mucho desde que actúas así.— Eres lo que más quiero, eres mi tesoro más valioso y solo cuando te vi fallecer en mis brazos es que lo comprendí todo. Porque el amor que me pedías, el trato que me negaba a darte, solo era una forma de expresar un amor que me sobra para darte.>> Por eso, lloré como un tonto sin poder hacer algo más que conservar tu cuerpo mientras la oportunidad de traerte de regreso se daba. Los chicos me trataron como loco por eso, pero, no era loco, si no, un idiota que solo perdiéndote comprendió algo que debía saber porque ya te había perdido antes.Lo abrazo al ver como sus mejillas s
Sonrío complacida porque según lo que Carolina y Marcus me dicen, las cosas han mejorado y eso me complace plenamente. Así que, me concentro en disfrutar por ahora viendo a mi pequeño ducharse, prometiendo que cuando pueda moverme sin cansarme tanto, hacer algo para los hombres lobos de la manada luna dorada.— ¿Ya han terminado? — pregunta Reymond en el umbral de la puerta y de inmediato, Carolina y Marcus se marchan.— Sí, ya se ha bañado, pero, me gusta verlo jugar en el agua.— Es sorprendente. — dice Reymond negando.— ¿Qué es sorprendente?— A ese pequeño demonio no le gusta el agua y mira cómo se baña tranquilo. — dice Reymond entrecerrando si mirada.Niego ante la forma en que llama a Joosher, por lo que, lo observo serio hasta que él mira hacia mí corrigiendo incluso su postura.— No lo lla
Horas despuésAunque terminamos de vestir a Joosher y me marcho con él hacia el comedor donde con cuidado lo alimento, Reymond no se marcha de mi lado aunque solo se la pasa mirándome.Debo reconocer que es incómodo, pero, sabiendo que no dejará de hacerlo, me concentró en darle comida al pequeño que hubiese deseado alimentar desde el primer momento en que nació, pero ambos tuvimos que esperar un año para esto.— Es sorprendente lo obediente que es contigo. — dice Reymond.— Lo fue incluso en el vientre aunque no lo cuidé como correspondía. — susurro mientras disfruto cada momento con mi pequeño.— Han sido fuertes ambos. A pesar de que actúe mal y por eso, los hice sufrir, están aquí conmigo.— Tampoco es que tengamos opción, ya que estamos en un búnker. — bromeo.— Lo me
Las chicas nos observan como si fuéramos lo más maravilloso del mundo, mientras reprimen esas ganas de lanzarnos muchas preguntas a la vez. Porque así era como miraban a Jay cuando aparecía.‘Me he ganado fanáticas de mi relación que fue más dolorosa que feliz.’ Me digo mentalmente.— Entiendo que quieran mucho a mi esposa.— No es solo su esposa, señor alfa. Es la relación de ambos. Cada uno demostró su valor y perseverancia para estar juntos. Ustedes son el ejemplo del amor que soporta todo tipo de calamidades, sin duda, yo quiero un amor así, pero, omitiendo la parte en que muero o mi hijo me desgarra desde el interior. — dice Lyall.— Oh, sí. Esas partes son demasiado para nosotras, así que, con que la haya vivido usted, ya demuestra la valía de las mujeres de la manada luna dorada, explicarla otra vez es innecesario. — d
Intento no darle importancia a lo que estoy sintiendo en mi espalda baja, hasta que sin notarlo me quedo dormida, pero, el sueño que vino a mí de golpe, es interrumpido por unos quejidos que me aturden.— No, por favor…— ¿Reymond?— Regrésenmela… es mi vida. — susurra mientras su cuerpo suda tanto que puedo ver dos capas gruesas de sudor donde las gotas juegan hasta formar caminos de agua que parecen lagos.— Reymond, ¿estás enfermo? — pregunto tocando su cuerpo que se siente tan caliente que me alarma.— Mátenme a mí, no se la lleven… mi esposa… mi luna… mi destino… mi mujer… mi diosa. — dice Reymond hablando con la voz entrecortada.Aunque su cuerpo suda mucho, la parte que tiene más liquido son sus ojos, que han dejado muestras grandes de agua a cada lado de su cabeza. Reymond niega, lo