Sebastián
Abro mis ojos agotado y con un dolor en mi cuerpo, siento como si un auto me hubiera pasado por arriba y me haya mandado contra un árbol, con mi mirada recorro la habitación y me encuentro solo. Despacio salgo de la cama y con dificultad entro al baño, me miro al espejo y tengo moretones en mis costillas, pecho, cuello y brazos.
—No puedo creer que nuestra luna no haya engañado. —Dice entre gemido a doloridos Orus provocando que mi corazón se contraiga y mi vista se nuble por las lágrimas acumuladas.
—Juro por la Diosa luna que me las pagarán, —susurro mirando mi reflejo mientras mis ojos se ponen rojos, mis manos la vuelvo un puño y la estrello contra el espejo provocando que este se rompa en varios pedazos que caen al suelo y algunos quedan incrustados en mi mano. Me separo del lavado y entro a la ducha donde saco los c
Sebastián— ¿Le creíste algo? —Pregunta Marco después de que Scarlet sale de la casa. Lo miro con cara de "Crees que soy tonto" este suspira de alivio.—Por su culpa no sé dónde está mi luna, —le digo—Sino la hubiera puesto sobre mi luna, eso no hubiera sucedido. —Añado soltando un suspiro.—No te estreses viejo, te ayudaremos a encontrarla y si tenemos que recorrer medio bosque y buscar en cada rincón del mundo lo haremos, —me dice y yo le doy una sonrisa de boca cerrada.—Gracias.(...)Después de recorrer el bosque en búsqueda de mi luna me acuesto en un pequeño prado cerca de un lago cansado de tanto correr y olfatear por todos lados sin encontrar ningún rastro de ella. Escucho las pisadas de Marco quien se ofreció a buscarla junto a Alexia quien llega a nuestro lad
Sebastián—Lobito despierta. —Escucho en un susurro que alguien me llama a mi lado, pero yo solo gruño para luego escuchar una suave risa—Cariño abre los ojos, —pide y yo le hago caso para ver a mi luna mirarme con una sonrisa.—Mi luna déjame dormir estoy agotado, —le digo acomódame mientras paso mi mano por su cintura y la pego a mi cuerpo sintiendo su pezones desnudo pegado a mi pecho.—Te necesito, —susurra y yo gruño colocándome sobre ella, beso su cuello y ella gime—No, —susurra y yo me detengo con el ceño fruncido—No de esa manera lobito calenturiento. —Me dice.— ¿Entonces cómo? —Pregunto mirando sus ojos.—Encuéntrame Sebastián, —me dice y observo como dos lágrimas de sangre salen de sus ojos y de la nada estamos en un calabozo mient
Contenido sexual gay.MarcioEntramos a mi apartamento y enseguida tomo la cintura de Daniel, lo beso y el me sigue el beso, llevo mis manos hasta su redondo trasero y lo aprieto para luego cargarlo, él envuelve sus piernas en mi cadera para yo empezar a caminar con él hasta mi habitación donde lo coloco en medio de mi cama y luego me coloco en el medio de sus piernas. Beso sus labios mientras levanto su polo, separo mis labios de los suyos y quito el polo dejando a la vista su pálido pecho.Observo sus rozados pezones y no me contengo a ir a ellos. Los muerdo, chupo y lamo mientras que el gime removiéndose debajo de mi, lamo desde su pecho hasta su abdomen y me encargo de bajar un poco su pantalón dejando a la vista sus bóxer. Me separo de él y bajo de la cama, quito mis zapatos y me encargo de quitar los suyos y terminar de quitar su pantalón.Me
MaiquelMientras firmo unos papeles escucho un fuerte aullido y me levanto de mi silla preocupado al saber que Sebastián a lanzado ese aullido, camino hasta la puerta para luego salir y caminar a pasos rápido por el pasillo, bajo las escaleras hasta llegar a la cocina y salir al patio trasero que conecta con el bosque, escucho los paso de alguien y luego el olor de mi luna junto a Marco y su luna Alexia miro la mano de mi luna en la cual tiene una manta para Sebastián.Observo como Orus sale del bosque, mi luna da unos pasos hasta este y coloca la manta en su lomo, Sebastián vuelve a su forma humana y se cubre con la manta, recorro su cuerpo con mi mira para verificar que no tiene ninguna herida.—Sebastián ¿Qué pasa hijo? ¿Por qué el aullido? —Pregunto acercándome a él.—La vi padre, —suelta y yo abro los ojos de par en
SebastiánDespués de haber conseguido todo lo necesario para encontrar a mi luna, Elena, mi padre y yo nos fuimos a la biblioteca, Elena comienza a echar todo lo que buscamos en un bol, lo mezcla y susurra algunas palabras en latín antiguo sobre este.—Dame tu mano, —pide y yo se la entrego, esta toma la daga de plata y la desliza por mi palma abriendo mi piel, jadeo por el dolor que esto provoca al ser la daga de plata.— ¿No pudiste usar otra cosa qué no sea plata? —Pregunta mi padre mientras que ella aprieta la herida para que sangre lo suficiente, toma el bol y derrama mi sangre dentro de este.—La plata es lo único puro que dejaron los Dioses en la tierra, —anuncia y suelta mi mano mientras que yo tomo una toalla que me pasa mi padre la envuelvo en mi mano para detener el sangrado y que esta comience a curar. Mi padre no responde y ella toma el bol, m
Marcio—No jodas Marcio, ¿Estás bromeando? —Cuestiona mirándome con los ojos entrecerrados mientras frunce los labios.—No estoy bromeado, —le digo tocando su rostro—Es la verdad y te la confieso porque no quiero que te alejes de mí, —susurro.—Es...a… —Gime y yo jadeo cuando me corro de nuevo—Es ¿Qué cómo puedo creer eso? —Pregunta.—Te mostraré, —anuncio y le muestro mis ojos grises para luego dejar salir mis caninos. Su cara cambia a una de emoción total que me deja confundido.—Waoo ¡Eres increíble! —Chilla llevando sus dedos a mis labios por donde sobresalen mis caninos y los tocas.—Eres extraño ¿Por qué no estas asustado? —Pregunto confundido—No quiero que te asuste pero es la reacción normal en los hum
SebastiánAcaricio el rostro de mi luna y dejo salir un suspiro al verla tan relajada, con un poco más de color aunque estoy preocupado porque lleva dos días en ese estado sin moverse, sin abrir sus hermoso ojos. Esto me tiene enojado y frustrado, enojado por no a verla cuidado como debía, se supone que es mi luna y que debo protegerla pero le falle.—Despierta mi luna, necesito escuchar tu voz y ver esos hermosos ojos que tienes, —pido besando su frente. Escucho el sonido de la puerta cuando la tocan—Adelante, —murmuro y por esta entra mi madre con una bandeja de comida.— ¿Cómo sigue? —Pregunta dejando todo en la mesita de noche y mirando a mi luna.—Igual, —respondo—Solo su color de piel ha cambiado tomando un mejor tono. —Añado porque su piel antes estaba algo amarillenta pero ahora se ve más viva
SebastiánToco la puerta del despacho de mi padre y luego escucho su voz autorizando mi pase, entro y me siento frente a él con expresión neutra.—Sebastián ¿Despertó Aurora? —Pregunta.—No... —Respondo para soltar un suspiro y pensar como le digo esto a mi padre pero debo ser directo—Una bruja apareció en mi habitación mientras toma una ducha, sentí su olor y salí de prisa hacía Aurora, —susurro este frunce el ceño.— ¿Le hizo algo? ¿Están bien?—Pregunta con su voz cargada de preocupación.—Estoy bien pero la bruja me dijo que Aurora solo le quedaban días para seguir con vida y que si quiero que ella mejore debo entregarle el libro de la inmortalidad, —suelto y su rostro se pone serio—Me pidió llevarse a Aurora y se la entregue. —