Escuché el sonido del timbre de entrada, pero estaba tan a gusto en esta grandiosa cama junto al aire acondicionado que sentí que si abría los ojos no conciliaría el sueño nuevamente.
─ ¡Hummer! ─grité, pero no recibí respuesta.
Llamé tres veces más y nada, así que me limité en abrir los ojos, tomé mis bragas del suelo junto a la camisa de Hummer y caminé hacia la escalera.
Observé la sala, la cocina y no vi rastros de Hummer.
¿Dónde mierda se metió?
Al abrir la puerta me topé con una chica de cabello rojizo con un uniforme de lo que parecía ser la recepcionista del hotel, ella dirigió su mirada a mi atuendo y luego a mi rostro y elevo sus cejas.
† PLAN A FAVOR †Hummer.Ya tenía un día sin saber de Gia y estaba a punto de volverme loco, ya entendía que sintió Austin al conocer a su novia hace seis meses, siempre me burlaba de él y él me repetía mil veces que en algún momento iba a encapricharme y ahora lo entendía a la perfección.No era amor precisamente lo que sentía, pero supongo que, al conocer a esa despampanante de cabello negro, ojos cafés y ese acento que mataba me dejo con ganas de conocerla más. Gia llegó y me dejó en una pequeña nube en donde solo quería mantenerla a mi lado y que ningún chico la mirará.Sé que cualquiera que estuviera a mi lado y le contara las cosas que estaban pasando por mi cabeza me trataría de loco obsesi
† SOLEDAD Y ALCOHOL †Gia.Me encontraba frente al pequeño televisor admirando el poco reflejo que este emanaba ya que se encontraba apagado y el hecho era de ni siquiera teníamos luz en este lugar de mala muerte como para admirar algún programa de televisión, pero ya estaba acostumbrada a esto.Estaba acostumbrada a estar en el este lugar sola, con un millón de preguntas en mi cabeza y la principal era el hecho del porque me había tocado continuar mi vida sola sin la compañía de mis padres, algún hermano, un familiar que me recalcará el hecho del porque estaba en este mundo.Una lagrima descendió por mi mejilla y luego otra y así sucesivamente hasta el punto en el que ya me encontraba con mis piernas frente a mi pecho hipeando gracias a
† FUERA DE ESTE MUNDO †Gia.El hecho de estar en un gimnasio dejando salir toda esa ira que llevaba conmigo y tratando de pensar en otras cosas solo me hacía sentir un poco mejor o quizás hasta más que bien de lo que debería sentirme.Cada vez que mis pesadillas se hacían presentes solo me llevaban a que mi ansiedad creciera y que esas jodidas ganas de recurrir nuevamente a las drogas se incrementaran, pero había aprendido a que mi cerebro no podía ganarme en estas jugadas ya que esa es tu arma más letal.Si no controlas tus pensamientos estás perdida. Eso siempre me lo repetía Sarah cada vez que soltaba uno que otro golpe a la bolsa de arena frente a mí ya que solo recordaba el rostro de Jay y mi ira crecía.El chico que se encontraba a unos metr
† CITA Y UN 0BJETIVO †Gia.Había llegado esa gran noche.Esa noche en donde tenía que dejar de lado ser aquella chica normal y volver a la realidad en donde me convertía en una jodida hija de puta que no le importaba el mal o el bien que causaras al planeta.Me encontraba frente al espejo terminando los últimos retoques de mi maquillaje de noche. Me limité por un vestido largo en color negro con una pierna descubierta, sin tiras, unos tacones en negro para acompañarlo, y una gargantilla de perlas. Me hice una coleta dejando mi cuello a la vista junto a mi flequillo y sonreí al ver lo maravillosa que me encontraba.Sarah lo tenía todo más que planeado ya que horas antes recibí su llamada en la cual me dejo en claro que el vestido lo había escogido para mí y que al
† MAFIOSA †Pasado.Gia.El sonido de mi encendedor se hace presente y es lo único que mantiene al hombre frente a mí con su expresión de pánico.─¿Qué sugiere Srita. Russo? ─pregunta Alonzo a mi lado.Doy unos pasos hacia el hombre que se encuentra atado en la silla y el sonido de mis tacones hace eco en toda la habitación.─Dimmi Lorenzo ─pronunció en mi lengua materna. ─¿Come preferisci morire?«Dime Lorenzo ¿Cómo prefieres morir?»El hombre frente a mí trata de hablar, pero el pedazo de suéter que tenía en su boca se lo impedía y solo se escuchan sonidos extraños.─Creo que quiere morir
† PRIMER ASALTO †Hummer.Nunca había estado tan nervioso como lo estaba ahora, temía por la vida de Gia. Sabía que tarde o temprano descubriría lo que era y me aterraba el hecho de que me entregara a la policía o le dijera a alguien más.Sus ojos se encontraban entre las personas a nuestro alrededor y por su expresión parecía tan indefensa, tan asustada que me aterraba demasiado que algún día supiera mi gran verdad.Tantas cosas que pasaban por mi cabeza me tenían al borde del colapso. Al borde de levantarme de mi silla tomarla de la mano y dejar esto hasta aquí para devolverla a su hotel. Pasé una de mis manos por mi saco tratando de disimular que lo estaba alisando y sentí el arma que llevaba conmigo.Necesitaba estructurar un buen plan en el momen
† LENTO Y DOLOROSO †Gia.Las cosas a mi alrededor se encontraban calmadas, pero no podía decir lo mismo de las llamadas de Sarah. Gracias a uno de sus mensajes supe que Monserrat estaba por llegar y en cuanto mis ojos la repararon no pude evitar imaginar escenarios en donde ella se encontraba cubierta de sangre con tres tiros en la frente gracias a mí.En ocasiones caía en cuenta de que hasta mis pensamientos eran extraños ya que antes no era así, pero supongo que todo se debía al gran cambio que había tomado y aunque a veces pensaba una y mil veces en una forma de salir de esta mierda luego recapacitaba y e repetía que esto me divertía.Mis ojos dieron a los ojos azules de Hummer y luego desvié la mirada hasta la chica que tenía que morir esta noche. Noté que Hummer no deja
† VIDA Y MUERTE †Hummer.Luego de que dejará a Gia en la mesa con la única escusa que fui capaz de soltar caminé entre la multitud siguiendo el cuerpo de Monserrat, pero luego observé que dos de sus guardaespaldas pasaron a mi lado también siguiéndola, así que me dispuse en caminar lento y hacer como si estuviera caminando en dirección a la barra.─ ¿Deseas algo de tomar? ─preguntó el hombre frente a mí.─No, estoy bien así.Dirigí nuevamente mi mirada hacia el pasillo en donde Monserrat se había perdido y decidí ir hacia allá. Llevé mi mano derecha al arma que se encontraba en mi saco y mi otra mano a mi bolsillo sacando el silenciador. El pasillo estaba oscuro por lo que algunas personas no entrarían aquí.Coloqué el sile