Me dediqué en conducir siguiendo todas las instrucciones del GPS y en menos de media hora ya me encontraba frente al enorme local en donde había una larga fila de personas. Bajé del Audi y algunas miradas cayeron sobre mí no pude evitar sonreír ante el hecho de que estaba causando revuelo con tan solo existir.
Caminé hasta la fila y me mantuve unos minutos en ella hasta que llegó mi turno de mostrar mi identificación, el seguridad me colocó el cintillo en la muñeca y luego abrió la puerta para mí.
Los colores salvajes del lugar dieron a mi rostro y no pude evitar entrecerrar mis ojos ante esos colores. Observé todo a mi alrededor y mis ojos dieron a las personas que se encontraban bailando en la pista de baile al ritmo de Belly Danza – Don Omar.
Caminé hasta la barra y tomé lugar en el tamburete para observar algunos de los tragos que servían en este lugar.
─Hola hermosa ─me saludo el bartender ─¿Qué te sirvo?
─¿Qué me recomiendas? ─coloqué mis codos sobre el mármol de la isla y mostré una sonrisa.
─Para una chica tan hermosa como tú que me des tu número telefónico ¿es mucho pedir?
Solté una risita y asentí.
El chico me tendió una botella de lo que parecía ser una cerveza. La examiné y la llevé a mis labios para darle un largo trago. El líquido amargo paso por mi garganta y arrugue mi frente ante ese sabor.
─Por tu expresión no eres de aquí ─soltó una risita. ─Y tú español no tiene acento.
─Soy italiana.
─¿Estás de viaje?
Asentí y llevé la cerveza a mis labios.
Me mantuve hablando con el bartender que llevaba por nombre Juan y el chico era un amor de persona, me cayó bien al instante.
Una cerveza se convirtió en cuatro y luego ya había perdido la cuenta. Mis hombros empezaban a moverse al ritmo de la música mientras observaba algunas chicas bailando de manera provocativa y en segundos le llovían chicos.
Nunca me había gustado estar rodeada de tantos hombres y menos cuando se encontraban más alcoholizados que otra cosa, pero por esa razón no me mantendría sentada en el tamburete sin bailar, aunque sea una canción.
Me giré hacia Juan y levanté mi mano para que se acercara a mí.
─¿Podrías decirme donde está el baño de chicas? ─pregunté.
─Pasillo a la derecha al fondo ─señalo el lugar y asentí.
Dejé la botella de la cerveza sobre el mármol sin ninguna gota, colgué mi bolso en mi hombro y empecé a caminar entre algunas personas para llegar al baño.
En cuanto estuve dentro arreglé mi cabello, junto a mi flequillo y coloqué un poco de brillo en mis labios y examiné mi rostro y luego salí del baño.
─Pero miren nada más ─una voz masculina se hizo presente y me giré para toparme con un chico rubio junto a uno de cabello castaño. ─A esto es lo que me refiero de buenas chicas en el local.
─¿Qué? ─fue lo que salió de mis labios.
─Nada hermosa, con ganas de conocerte ─se acercó un poco a mí y di un paso atrás.
─¿Conocerme?
─Sí, nunca te había visto por aquí.
Mostré una sonrisa.
─¿Es la típica frase que les dices a todas las chicas? ─pregunté.
La risa de su amigo se hizo presente y el chico se giró a él y luego a mí, pero ya había empezado a caminar nuevamente hacia la barra, pero esta vez me habían ganado el tamburete así que ya no tenía donde sentarme.
─Vine a distraerme a bailar ─hablé para mí misma. ─No a sentarme en un tamburete y ver a los demás bailar.
Caminé entre las personas que se encontraban bailando al ritmo de la música y llegué hasta la pista de baile. La canción Diva Virtual – Don Omar se hizo presente así que cerré mis ojos y empecé a mover mis caderas al ritmo de la música, llevé mis manos a mi cabello y dejé caerlo en cascadas. Me di la vuelta y empecé a mover mis caderas de manera provocativa.
Extrañaba demasiado sentirme libre.
Las parejas a mi lado estaban dándolo todo y eso solo me llevaba a dar más de mí ya que no tenía algún acompañante como ellos. Dirigí mi mirada a la barra y los ojos de Juan estaban sobre los míos, mostré una sonrisa y continué con mis pasos sin dejar de observarlo.
Buen punto focal, él era muy guapo.
La canción estaba por terminar así que empecé a caminar nuevamente a la barra y en cuanto llegué Juan me tendió su mano, la tomé y llevó el dorso de mi mano a sus labios para dejar un beso corto en ella.
─Buen baile ─soltó.
─Gracias.
Pedí otra cerveza y la llevé a mis labios y luego de unos minutos sentí que ya estaba llegando a mi estado de ebriedad así que me levanté del tamburete para volver a la pista de baile, pero choqué con el pecho de un chico muy alto.
Mis ojos subieron desde su cuello en donde un tatuaje de un ave se encontraba y luego di a una perfecta mandíbula, unos labios rojos, nariz perfecta y unos ojos azules que ahora estaban sobre mí.
─¿Y tú de quién eres? ─preguntó en inglés observando mi cuerpo de arriba a abajo.
─¿Eres un ángel? ─pregunté mirando a sus labios.
─Lo mismo te preguntó ─continuó hablando. ─¿Eres una princesa?
Nos mantuvimos observándonos y una persona pasó a mi lado logrando chocar con mi hombro y luego hizo lo mismo con el chico frente a mí. Él se recostó a la pared del pasillo y sin pensarlo me acerqué a él logrando quedar a centímetros de sus labios. Nuestros ojos seguían conectados y solo sentí la necesidad de estampar mis labios con los de él, pero no lo hice.
Su cabello era negro y se encontraba despeinado, llevaba una chaqueta negra y en cuanto bajé mi mirada para observarlo mejor él estaba todo de negro.
Mi cabeza le llegaba a su pecho, él era my alto o quizás yo era muy pequeña.
─ ¿Cómo te llamas? ─preguntó.
─ No es necesario que lo sepas ─dije antes de separarme de él.
─Estabas a punto de besarme así que puedo preguntarlo ─contestó con una sonrisa.
Él continuaba hablando en español y por su acento supe que no era de Estados Unidos.
─ ¿No eres de aquí? ─pregunté.
─No.
Asentí y me mantuve en silencio.
Me di la vuelta para caminar hacia la barra, pero el chico me tomó del brazo logrando que me volteará a él y esos hermosos ojos azules dieran a los míos.
─ ¿Vives por aquí? ─preguntó.
─Así es. ─respondí.
─ ¿Puedo invitarte un trago?
─Está bien ─respondí.
Nos dedicamos en caminar hacia una de las mesas del lugar y desde mi posición podía ver los ojos de Juan sobre el chico y luego los dirigió a mí. Tomé lugar en el sofá de color azul y él chico lo hizo frente a mí.
Sus nudillos llevaban tatuajes, tenía anillos y sus uñas muy bien cuidadas.
Se aclaro la garganta y paso una de sus manos por su cabello negro despeinándolo más de lo habitual.
─¿Y qué tomarás? ─preguntó.
Mi cerebro no se encontraba procesando las cosas que salían de sus labios ya que estaba tan ida admirando la maravillosa vista que él me estaba proporcionando.
─ ¿Sigues aquí? ─preguntó.
─Sí, yo... yo estaba pensando en otra cosa, es muy linda la discoteca.
─Que bueno ─soltó.
Una chica de cabello rubio se acercó a la mesa en donde nos encontrábamos y dirigió su mirada al chico para después mostrarle una sonrisa.
─Hola ¿Quieres algo de tomar? ─preguntó.
─Sí.
Él pidió su bebida en un perfecto español y yo pedí la misma cerveza que anteriormente estaba tomando.
─ ¿Me dirás tu nombre? ─volvió a preguntar.
─Gia ─contesté. ─¿De dónde eres? ─ahora pregunté yo.
─Reino Unido.
─Tu acento te delató ─aclaré y él asintió.
─Tú no eres de Republica Dominicana ─habló.
─Italia ─contesté y asintió.
Miré en dirección a sus labios y podía ver como estaban listos para tomarlos, morderlos y succionarlos a mi antojo.
La chica colocó nuestro pedido en la mesa y nos dedicamos en beberlo y en ese momento procesé que aún no sabía su nombre.
─¿Cómo te llamas? ─pregunté.
─Hummer Brands.
Asentí y llevé la cerveza a mis labios, él hizo lo mismo con su vaso y ambos nos mantuvimos observándonos a los ojos.
─Entonces eres de Italia ─continuó hablando. ─ ¿Estás aquí por trabajo? ─preguntó.
─No, estoy aquí por un viaje de corazón roto.
Que estúpida soy.
─ ¿Viaje de corazón roto? ─preguntó con una sonrisa.
─Sí, mi novio murió y bueno...
─Lo siento.
─No te preocupes, ya no está sufriendo ─solté.
─ ¿Estaba enfermo?
─Sí, tenía cáncer.
Él abrió sus ojos como platos y asiento ─Lo siento mucho de verdad.
─No te preocupes ya pasó.
Él asintió y soltó un suspiro mirando en mi dirección. En ese momento pensé; ¿Qué estaría pasando por su cabeza?
La música estaba más que increíble y mis piernas ya estaban deseando levantarse para continuar bailando, pero no quería dejar solo a esta preciosura frente a mí.
─Te vi bailando hace minutos ─llevó el vaso a sus labios y luego humedeció su labio inferior. ─Bailas fenomenal.
─¿Quieres bailar conmigo? ─pregunté con una sonrisa.
─Me encantaría. ─contestó antes de levantarse y tenderme su enorme mano.
† PLACER EXCITANTE †Hummer.El hecho de que me tropezara con la hermosa chica que ahora se encontraba frente a mí me dejaba pensando en más de una situación en donde la ropa no era necesaria y aunque sonara mal no podía dejar de ver como sus pezones resaltaban en el vestido y ni hablar de lo bien que bailó hace minutos.Me encontraba en el área VIP cuando mis ojos dieron a ella y no sé porque pensé que sería de este lugar, pero me llevé una enorme impresión al enterarme de que la chica era de Italia.Sus ojos cafés estaban sobre los míos y por la forma en la que me miraba podía decirse que ella estaba pensando lo mismo que yo y eso era que ambos necesitábamos del otro.Su cabello negro junto a ese flequillo se encontraba haciendo estragos en m
† JUEGO SUCIO †Hummer.Abrí uno de mis ojos gracias a la luz del sol que entraba por el balcón. Todavía podía sentir el aroma de Gia impregnado en mí. Volteé mi mirada y pude apreciar su rostro debajo de ese cabello negro, su trasero cubierto por una pequeña cobija, mientras que su espalda estaba desnuda, pude apreciar un tatuaje en forma de un dragón en toda su espalda lo cual se me hizo muy excitante.Me levanté de la cama tomando mi bóxer del suelo, salí de la habitación y escuché mi teléfono sonar desde el primer piso inmediatamente bajé las escaleras de dos en dos hasta llegar a mi teléfono.Pude ver el nombre en la pantalla, se trataba de Tyler. Mi jefe.─Buenos días Tyler ─contesté.─
† ALGO NUEVO †Gia.Escuché el sonido del timbre de entrada, pero estaba tan a gusto en esta grandiosa cama junto al aire acondicionado que sentí que si abría los ojos no conciliaría el sueño nuevamente.─ ¡Hummer! ─grité, pero no recibí respuesta.Llamé tres veces más y nada, así que me limité en abrir los ojos, tomé mis bragas del suelo junto a la camisa de Hummer y caminé hacia la escalera.Observé la sala, la cocina y no vi rastros de Hummer.¿Dónde mierda se metió?Al abrir la puerta me topé con una chica de cabello rojizo con un uniforme de lo que parecía ser la recepcionista del hotel, ella dirigió su mirada a mi atuendo y luego a mi rostro y elevo sus cejas.
† PLAN A FAVOR †Hummer.Ya tenía un día sin saber de Gia y estaba a punto de volverme loco, ya entendía que sintió Austin al conocer a su novia hace seis meses, siempre me burlaba de él y él me repetía mil veces que en algún momento iba a encapricharme y ahora lo entendía a la perfección.No era amor precisamente lo que sentía, pero supongo que, al conocer a esa despampanante de cabello negro, ojos cafés y ese acento que mataba me dejo con ganas de conocerla más. Gia llegó y me dejó en una pequeña nube en donde solo quería mantenerla a mi lado y que ningún chico la mirará.Sé que cualquiera que estuviera a mi lado y le contara las cosas que estaban pasando por mi cabeza me trataría de loco obsesi
† SOLEDAD Y ALCOHOL †Gia.Me encontraba frente al pequeño televisor admirando el poco reflejo que este emanaba ya que se encontraba apagado y el hecho era de ni siquiera teníamos luz en este lugar de mala muerte como para admirar algún programa de televisión, pero ya estaba acostumbrada a esto.Estaba acostumbrada a estar en el este lugar sola, con un millón de preguntas en mi cabeza y la principal era el hecho del porque me había tocado continuar mi vida sola sin la compañía de mis padres, algún hermano, un familiar que me recalcará el hecho del porque estaba en este mundo.Una lagrima descendió por mi mejilla y luego otra y así sucesivamente hasta el punto en el que ya me encontraba con mis piernas frente a mi pecho hipeando gracias a
† FUERA DE ESTE MUNDO †Gia.El hecho de estar en un gimnasio dejando salir toda esa ira que llevaba conmigo y tratando de pensar en otras cosas solo me hacía sentir un poco mejor o quizás hasta más que bien de lo que debería sentirme.Cada vez que mis pesadillas se hacían presentes solo me llevaban a que mi ansiedad creciera y que esas jodidas ganas de recurrir nuevamente a las drogas se incrementaran, pero había aprendido a que mi cerebro no podía ganarme en estas jugadas ya que esa es tu arma más letal.Si no controlas tus pensamientos estás perdida. Eso siempre me lo repetía Sarah cada vez que soltaba uno que otro golpe a la bolsa de arena frente a mí ya que solo recordaba el rostro de Jay y mi ira crecía.El chico que se encontraba a unos metr
† CITA Y UN 0BJETIVO †Gia.Había llegado esa gran noche.Esa noche en donde tenía que dejar de lado ser aquella chica normal y volver a la realidad en donde me convertía en una jodida hija de puta que no le importaba el mal o el bien que causaras al planeta.Me encontraba frente al espejo terminando los últimos retoques de mi maquillaje de noche. Me limité por un vestido largo en color negro con una pierna descubierta, sin tiras, unos tacones en negro para acompañarlo, y una gargantilla de perlas. Me hice una coleta dejando mi cuello a la vista junto a mi flequillo y sonreí al ver lo maravillosa que me encontraba.Sarah lo tenía todo más que planeado ya que horas antes recibí su llamada en la cual me dejo en claro que el vestido lo había escogido para mí y que al
† MAFIOSA †Pasado.Gia.El sonido de mi encendedor se hace presente y es lo único que mantiene al hombre frente a mí con su expresión de pánico.─¿Qué sugiere Srita. Russo? ─pregunta Alonzo a mi lado.Doy unos pasos hacia el hombre que se encuentra atado en la silla y el sonido de mis tacones hace eco en toda la habitación.─Dimmi Lorenzo ─pronunció en mi lengua materna. ─¿Come preferisci morire?«Dime Lorenzo ¿Cómo prefieres morir?»El hombre frente a mí trata de hablar, pero el pedazo de suéter que tenía en su boca se lo impedía y solo se escuchan sonidos extraños.─Creo que quiere morir