En los primeros momentos los suspiros de mi flaqueza se hacían gigantes, me encontraba enfrascada en una lucha interna. No obstante, entre aquel torbellino de emociones, una ilusoria victoria se esbozaba ante mí, como un destello de luz en la oscuridad, pero el destino, inescrutable, volvió a cruzar nuestros senderos en su divina danza.En el presente:—¡No puede ser! ¿Es Adrien? —exclama Tania, sorprendida.No puedo apartar la vista de él. Sus ojos cafés, tan hermosos como los recordaba, me envuelven una vez más. Me doy cuenta de que nunca realmente superé aquellos sentimientos, simplemente los había guardado en un rincón oscuro de mi mente. Ahora siento un nudo en la garganta, un vacío en el pecho y un escalofrío recorriendo mi piel. Todo regresa: los besos, las caricias, las promesas... y el dolor.Tania me sacude el brazo, buscando llamar mi atención.—Tita, es Adrien — vuelve a repetir con asombro—. ¡Oh Dios mío! Se acerca hacia aquí.Reacciono y dirijo mi mirada hacia Ryan y Wil
Después de despedirse del resto, se aleja con ese estilo peculiar al caminar, lleno de elegancia y arrogancia que siempre lo ha caracterizado. Me quedo petrificada en mi lugar, observando cómo finalmente sale del restaurante.Cuando me fui de la casa de Sophia, su madre, sabía que Adrien me buscaría y exigiría una explicación por haberme marchado sin escucharlo. Después de varios años, me había olvidado de cómo era su voz, pero no de su presencia intimidante. Me preguntaba cómo habrá sido su vida desde entonces y si Ericka lo amaba como yo lo había hecho. Esperaba que con el tiempo se hubieran olvidado de mí y estuvieran juntos, pero ahora no estaba segura de ello.— Tita, ¿estás bien? — interrumpe Tania, sacándome de mis pensamientos.— Sí, solo me di cuenta de que no estaba preparada para verlo nuevamente — respondo.— ¿Por qué querría construir un hotel en esta parte del país? Hay lugares con mayor turismo y mejor ubicados — comenta Ryan.— Sí, estoy de acuerdo con eso. Tal vez ten
Su voz resonó en el silencio, penetrando hasta lo más profundo de mí ser, helándome la sangre. Me giro despacio, y allí están sus ojos, destellando malicia. Mi corazón comenzó a latir acelerado mientras lo veo avanzar hacia mí, como un depredador acechando a su presa. Un nudo se formó en mi garganta, dejándome paralizada, preguntándome cómo demonios había logrado entrar a mi apartamento.Sus ojos evalúan cada gesto de mi rostro mientras lucho por encontrar mi voz. Camino hacia atrás lentamente, mis piernas ceden bajo la presión, hasta que mi espalda choca contra la fría pared. Él se acerca más y coloca sus manos a ambos lados de mi cuerpo, acorralándome por completo y haciéndome sentir vulnerable.— Hola, Isabella — susurra.Su suspiro acaricia mi piel, deslizándose como una caricia sutil y sus ojos me atrapan en su telaraña de fascinación. En su mirada se dibuja una picardía inquietante que provoca que mi estómago se contraiga en un nudo, como si estuviera bailando al compás de su en
Adrien, impecablemente ataviado con unos pantalones negros que se ajustaban a la perfección a su figura esbelta y un suéter azul claro que hacía resaltar aún más el intenso tono café de sus ojos, irrumpió en el pasillo. Su belleza era evidente, tan deslumbrante como de costumbre, y no pude evitar sentir cómo mi corazón se aceleraba en su presencia.Sin embargo, una mezcla agridulce de emociones se apoderó de mí. Por un lado, me embriagaba la alegría de admirar su indiscutible atractivo. Por otro lado, una voz interior me advertía de los riesgos que conllevaba permitir que mis sentimientos jugaran nuevamente en mi contra.He aprendido de experiencias pasadas que dejarse llevar por la pasión y la vulnerabilidad podía llevar a caminos inciertos y dolorosos. Consciente de ello, me armo de valentía y determinación, forjando un escudo protector alrededor de mi corazón, como piel de rinoceronte, dispuesta a no ser arrastrada una vez más por el torbellino de mis emociones.Mantener firme mi r
Llevo varias horas dando vueltas en la cama, los recuerdos de lo que pasó esa noche llegan en tropel a mi mente. Abro los ojos y me despierto lentamente, giro en la cama para quedar boca arriba. Mi mano busca instintivamente a Adrien, pero no está a mi lado. Froto mis ojos para despertarme por completo y busco con la mirada por la habitación.— Buenos días, preciosa — le digo, aun con voz soñolienta.— Buenos días mi amor ¿Cómo dormiste?— Descanse lo suficiente — contesto, soltando una pequeña risa aniñada — ¿Pensabas irte sin despedirte mi cariño? —pregunto, haciéndole un mohín.— Lo siento mi amor, no quería despertarte — contesta mientras lo veo frente al espejo, ajustando su corbata. — Es que te ves tan tierna dormida, que no quise interrumpir tu descanso. — añade y se acerca para darme un beso. Me aferro a su espalda y gentilmente me levanta en el aire. Nuestros labios se encuentran y lo beso con ternura, deleitándome en el suave roce de su lengua. Sin embargo se separa demas
Los ojos de Adrien se encuentran con los míos, y veo el remordimiento en su rostro.— No es nada importante, cariño, no es lo que piensas — dice con nerviosismo.Intenta acercarse a mí, pero en un movimiento brusco, me aparto. Siento el dolor y la incertidumbre que se apoderan de mí, preguntándome qué ocurrirá a partir de ahora.— ¿Y qué se supone que pienso? — grito furiosa, tratando de contener las lágrimas — Escuché claramente lo que dijo sobre exponer tus planes, además de acusarte de enamorarte de mí.— Isa, por favor, tranquilízate y déjame explicártelo.— Bueno, yo me voy de aquí, estoy de sobra en esta reunión de parejas — dice la rubia descaradamente.Se dirige a la puerta, pero antes de salir, se voltea hacia Adrien y le dice:— Ya sabes dónde encontrarme, mi amor.Le guiña el ojo y le lanza un beso, alejándose como si nada hubiera pasado. Me quedo paralizada, sintiendo una inexplicable necesidad de tomarla de su cabellera rubia y dañar su perfecto rostro de Barbie.Siento l
— ¿Estás segura de que eso es lo que quieres? — me pregunta Tania mientras nos acomodamos en el sofá.Una vez que Adrien aceptó la condición para volver con él, decidí llamarla para contarle mi decisión. Como era de esperar, soltó un grito y de inmediato, arrastrando a Ryan consigo, me pidió que la esperara en el apartamento.— Sí, sé que suena loco, pero ya lo he decidido, beba — le doy un abrazo fuerte, porque se que voy a necesitar su apoyo además de extrañarla.— Lo que me preocupa es que estarás sola, Tita. No puedo dejar mi trabajo ni a Ryan aquí, para acompañarte — me dice con preocupación.— Lo sé y no te pediría eso, pero debo hacerlo. Adrien debe pagar por cada lágrima que derramé en el suelo.Nunca había sido una persona vengativa ni guardaba rencor, por lo que Tania me mira con curiosidad.— Aun no entiendo por qué Adrien aceptó esa condición — dice dramatizando su sorpresa y llevándose una mano en su boca.— Yo sí. Seguramente aún me necesita. Después de quedarme sola.
Nos dirigimos hacia el apartamento en el que solíamos vivir antes de que me fuera. Estamos preparandonos para ir al salón de fiestas del hotel, donde Adrien me comentó que nuestras familias tenían una reunión de bienvenida planeada. Aunque él me había asegurado que sus padres ya sabían todo, me sentía un poco avergonzada con la idea de estar frente a ellos.Vestí un hermoso vestido blanco strapless con una falda de vuelo, y lo complementé con unos tacones rojos. Esta vez, decidí dejarme el cabello suelto. Cuando salgo del vestidor, Adrien me mira y sonríe. Él lleva un traje azul oscuro y una camisa azul clara. No puedo evitar mirarlo como la primera vez que nos vimos.— Luces hermosa, como siempre — comentó Adrien, con un toque de ternura.— Gracias — le contesté simplemente.Es imposible ignorar lo increíblemente apuesto que se ve, pero, no pretendo decírselo. Mis planes de venganza definitivamente no están saliendo como los imaginé. Por un lado, Adrien suele mostrarse frío e indife