Planear unas vacaciones que ya tenía mentalizadas le fue demasiado fácil. Sebastian salió a cenar con Silvia y sus sobrinas, las dos niñas tenía demasiado que contarle y él simplemente se quedó en silencio escuchando todo lo que le decía.
—Chicas, chicas, lo marean.—Tío Sebas, quieres saber más —Respondió la más pequeña y su mamá le dio un beso en la frente.—Sí, pero déjalo en misterio. Así nos invita a comer pronto. —Dijo Silvia y su hija más pequeña asintió.Todos continuaron comiendo y Silvia les pidió a sus hijas que fueran a hacer una degustación de postres para poder hablar en privado con Sebastian, las dos se despidieron del joven y fueron a una mesa aparte.Silvia se pasó al lado de su hermano y le acarició la espalda, luego le dio un beso en la mejilla y él le vio incómodo.—¿Tienes o quieres algo?—Quiero saber de estas espontáneas vacaciones.—Bueno, es mi vida privada.—Como esa novia privada que tienes. Las niñas se lo pasarían fenSebastian se despertó temprano para confirmar los datos del vuelo y que todo en la oficina estuviese bien. Olivia se puso la ropa deportiva y fue a ejercitarse.Milyse le unió como hacía los fines de semana en su pijama y con un entrenamiento que consistía en bailotear por el gimnasio en casa, Olivia se divertía con su sobrina y en el piso de arriba Sebastian era inundado por el amor más tierno del planeta, el de su ahijada la cual le llenó de besos y se sentó en su escritorio mientras bebía un batido de fresas como si fuese lo más guay de la tierra.—Mi ahijada favorita.—Soy la única que tienes, tíoSebas—Le recordó.—¿Por qué papá no te había traído antes a visitarme?—Hoy vine por negocios—respondió la pequeña y cruzó sus piernas.—¿Ahhsí?—Carrickasintió al igual que Isabela.—Total, la tía Olivia y tú se van de vacaciones tres semanas y vengo a invitar aMilypor un mes a mi casa.—¿Un mes?—repitióSeba
Olivia vio aSebastianmeterse en la duchamolesto.El celular sonó y vio que era una llamada de Carrick, enrealidaderan Isa, Santiago ySebastianyMily, los cuatro saludándole. La joven rióalescucharlas voces de los máspequeñosBurwish y los cuatro le aseguraron quelesencantaba tener aMilyahí, Milena le dijo todo lo que habían hecho en las horas que nohabíaestado, sin embargofinalizóla llamada con un“Yate extraño”que le llegó al alma Después dequesu noviosaliesedel cuarto de baño fue por una larga ducha para tranquilizarse,Sebastianocupó los minutos trabajando y reservó una mesaparadesayunar. Olivia iba vestida con unos jeans y una camiseta blanca, el joven le siguió hasta el primer piso del hotel y juntos buscaron el restaurante.La joventomóa asiento y m
Sebastiany Olivia estaban metidos en una tina con agua caliente, se habían vuelto locos y habían disfrutado des los últimos tres días en Aspen que era impresionante,Sebastianhabía trabajado muy poco y Olivia descansaba mucho, estaba como en el paraíso, disfrutado del clima helado, los deportes extremos y del hombre al que amaba.—¿Sebastian, puedes mover tus manos de mis senos?—¿Qué tienen de malo? Son senos preciosos.—Lo sé, son los más lindos que has visto y tocado, pero ya —Sebastianle besó en el cuello y puso sus manos sobre el abdomen de Olivia.—¿Podemos hablar de futuro?—Dime…—Respondió Olivia y se volteó un poco para mirarle a los ojos.Sebastiansuspiró asustado y dijo:—Olivia, quiero adoptar aMily.—¿Vas en serio?—Quiero que formemos una familia yMilyes parte fundamental y amplia de nuestras vidas.—Sebastian.—Yo quiero casarme y tener hijos contigo. La mesa llena de los domingos y castig
Olivia estaba encantada con susvacaciones,las mejores que uno podía siquiera imagina, habían probado cada plato, habían visitado lugares, precioso y el clima que adoraban se reflejaba en todo su cuerpo. Sebastian y Olivia estaban recibiendo un masaje que era o que hacía falta para hacer del viaje perfecto.—¿Qué quieres hacer hoy?—Comer—Respondió Olivia y él sonrió deinmediato. — Me encanta la comida de aquí.—Cuidado cuando vuelves no logras meterte en los pantalones—Dijo Sebastian y ella levantó la cabeza.—Estoy engordando.—No, pero la comida acá es rica en calorías y te gusta lo rico en calorías, con queso o demasiado dulce. Has comido demasiados postres en todo el viaje.—Quiero abrir una pastelería.—Serías la mejor de la ciudad—le apoyó Sebastian.—Bueno, quiero ir a un curso de cocina yterminarla universidad, luego tal vez sacar un préstamo y…—Vas a sacar un préstamo—repitió.—Sí, como todos.—Olivia…—Pong
Sebastian y Oliviahabíandecidido ir a navegar, si las vacaciones anteriormente le habían parecido lo mejor, estar en el agua, despertar. A cielo abierto y dormirse con las estrellas eran la mejor excusa del planeta para estar en paz,relajados, Sebastian vio a los ojos a Olivia y luego vio el cielo, ella. Soltó todos los datos astrológicos que sabía y él le recordó lo ñoña que era.—¿Olivia?—Sí.—Me he comprometido tres veces porque pensaba que era lo correcto y creía que estaba enamorado, quería un hijo,una casa y un perro. Contigo lo tengo todo. Bueno,necesitamos un perro,peroMilyquiere unFrenchPoodle. ¿Me imaginas corriendo con eso?—Ellarió, y los dos se miraron. —Quiero que seas mi esposa.—Te he dicho varias veces que me casaría contigo—Dijo y le vio a los ojos.—Sí, pero prométemelo.—Arrodíllate—respondió.Sebastian le levantó del suelo y le dio un beso en la mejilla, se puso. De rodillas y
—Cálmate, Silvia. ¿Dónde estás?—Hemos tenido un accidente,Sebastian. Mis suegros me han acusado de matarle.—¿Está muerto?—No sé, le subieron a una ambulancia y a mí a la policía, ve por mis hijas.Sebastiansuspiró abrumado mientras le escuchaba llorar y contar con rapidez los eventos que le llevaron a estar en la cárcel,Sebastianno se lo podía creer que Silvia estuviese envuelta en un escándalo como este solo por no querer estar casada con un hombre que no le trataba con amor ni respeto. El joven escuchó a su prima sollozar y repetir cuánto miedo sentía.—¿En cuál delegación estás?—Escuchó la llamada colgarse.Sebastiansintió que se quedaba sin aire, todos enlamesa le veían.—Carrick, ve por las niñas no yo voy personalmente, tengo la custodia encasode que sus papás les pase algo. Alonso llama a PiethAltazar;quiero unregimientode abogados en todas las delegaciones,
Sebastianle pidió a su tía que fuese al despacho.Llamó desde el teléfono de la cocina a Ignacia para que le atendiera, Olivia ySebastiancompartieron una ducha corta de agua tibia, ella no pudo evitar notar lo tensos que estaban sus músculos.Olivia se puso una camiseta deportiva y manga larga,Sebastiantomó unos pantalones dechantaly un abrigo, salió de la habitación y vio a Ignacia casi lamiéndole la sueña a su tía, nunca había entendido aquella relación,Siannetenía la mano de Ignacia tomada y mientras la mujer le acariciaba el cabello como a un niño pequeño. Sebastianrecordaba estar en casa viendo a su tía sentada en el sofá,Ignacia siempretenía una caricia para ella, un cariño especial, adoración y cuando le dijo que la mujer lehabía despedidono había dolor, no el esperado. Tenían un lazo irrompible, y por un segundo lo supo, había caído en la trampa de su
Sebastianvio a Olivia entre sus brazos y recordó que le había prometido nunca abandonarle y era justo lo que estaba haciendo, sin embargo no quería queMilyfuese esa pequeña abandonada por sus padres, sin sus tíos y sola en busca de un hogar o una forma de vivir. Reconocía que de todo lo que tuvo que experimentar tras la muerte de sus padres era eso, el miedo a estar solo, a no saber a dónde ir, a quién recurrir.—Vamos a la cama —dijo el joven y Olivia le siguió, aquella noche durmió por primera vez separada de Sebastian, abrazada a una almohada y con lágrimas que no dejaban de salir en sus ojos. Aquella división siguió durante semanas y sus amigos les veían a ambos como muertos en vida;Sebastianllevaba unas ojeras terribles, había vuelto a ser el impenetrable empresario y por más que le animasen a hablar, salir, intentar volver a vivir no parecía que pudiese hacerlo. Olivia había perdido peso, fingía estar bien porque las