65

—No, no andamos juntos —replicó Nolan con frialdad—. Y te agradecería que te metieras en tus propios asuntos, Rebeca.

La asistente parpadeó, sorprendida por la dureza de su respuesta, y retrocedió un paso, sintiendo el aire entre ellos volverse más denso.

—Disculpe, doctor Nolan —musitó la asistente, azorada—. A veces soy muy imprudente.

Alaia se disculpó en voz baja, ignorando la punzada en su pecho. Se despidió de la titubeante chica, tratando de alcanzar a Nolan.

Cuando finalmente llegaron a la casa, el ambiente entre ellos era tenso, pero una vez dentro, Alaia comenzó a recorrer el lugar como si estuviera en su casa.

—¿Qué crees que haces? —Nolan levantó una ceja al verla dirigirse a la cocina, con una desconfianza natural asomando en sus ojos.

—Me encargaré de la cena —respondió ella, encogiéndose de hombros.

Nolan se frotó la sien, sintiendo el martilleo de un dolor de cabeza que había estado ignorando durante horas. El cansancio era evidente en cada línea de su rostro.

—Eres un
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo