Ubicación: ArgentinaLa desesperación de Tania empieza a dominarla de nuevo, cuando Belén le pide que se calme.—No logro comunicarme con el hospital al cual lo trasladaron. Podemos ir en persona —responde su amiga, pero George le dice que lo mejor es esperar un poco. No saben cuántos hombres de Abel están dando vueltas por ahí.—Entiendo tu lógica, George, pero ¿tú qué harías si no supieras nada de Julia? —le pregunta Tania, con una mano en el corazón.—Tiene razón, llevémosla en el helicóptero —dice Julia, y le da un abrazo.—Gracias por entender —le responde Tania, casi entre lágrimas.—No te preocupes, me ha pasado, estar igual de preocupada que tú, pero debes tener fe. Sé que Lisandro no se dejará vencer como mi George no lo hizo en su momento —le indica Julia, y salen a la azotea para poder subir al helicóptero.Belén se queda con el resto de las chicas para dar testimonio de lo ocurrido a Andrew.Tania mira por la ventana, mientras llegan al hospital. Solo puede pensar en Lisan
Ubicación: ArgentinaLisandro está recostado en la cama, con un par de cortes en el rostro y un hematoma en la frente. Se ve tranquilo, como si solo estuviera descansando y no internado por haber sufrido contusiones tras un accidente.—Maldito desgraciado, incluso así postrado remueves las hormonas de otras mujeres —reclama Tania, feliz de verlo.Se acerca a él y toma su mano. Esta tiene una vía, y al mirar arriba, lee unas siglas en su suero que después buscará. Necesita saber qué le están poniendo.En ese momento, la angustia se apodera de ella.—Creí que morirías —susurra, y no puede evitar ponerse a llorar, aunque es por la felicidad que le causa por fin estar con él—. Eres un tonto, un maldito bastardo, un desgraciado.—¿Solo eso? —pregunta Lisandro, abriendo los ojos.—¿Te desperté? —pregunta ella, preocupada—. No debí hablar en voz alta.—Otra esposa en tu lugar diría cuánto me ama y que no podría vivir sin mí. Pero tú, mi loca amante, solo puedes insultarme —reclama él, sonrie
Ubicación: Argentina—Tienes una bella sonrisa. Deberías mostrarla más seguido —comenta alguien frente a Tania. Al mirar en su dirección, ve a Leonel—. Disculpa, estoy tan cansado que ya empecé a decir tonterías.—¿Por qué no entraste a verlo? —le pregunta ella; el abogado le asegura que no se llevan bien y no quiere darle un disgusto.—Sabes, Lisandro se preocupa por todos ustedes. Aunque no habla seguido de su pasado, es fácil notar el cariño que les tiene cuando cuenta algo y no puede evitar sonreír.—Gracias por decir eso. Siempre creí que me odiaba, ya que tiene una forma de querer extraña —asegura Leonel, y ella no puede negarlo. Incluso Tania no logra entenderlo.—Tu esposa fue su novia. ¿Cómo lo llevas? —le pregunta ella, y él se sienta a su lado.—Dicen que hay diferentes formas de amar. Creo que ella nunca dejará de quererlo, pero sabe que él solo le habría dado sufrimiento, por lo que eligió confiar en que el amor que me tiene es más fuerte —responde Leonel mirando el techo
Ubicación: ArgentinaLisandro está feliz, su maravillosa esposa viene corriendo a buscarlo tras enterarse del accidente. Tal vez se ha arrepentido de querer dejarlo. Sin embargo, no solo ella está preocupada por Abel. El maldito ha actuado en plena luz del día y ha superado todas las expectativas que tenía el señor Li, con sus ataques.—¿Qué haces? —le pregunta Tania al verlo vestirse.—He estado demasiado tiempo en este hospital. Si Abel es como yo, querrá terminar lo que empezó. Si nos quedamos aquí, pondremos en riesgo a los empleados de Leonel —le explica.—Pero la doctora dijo que tus estudios aún no están listos —le indica Tania, preocupada. Muy tierna es su bella esposa.—Puede enviármelos por teléfono. Démonos prisa, hay un helicóptero esperándonos —pide Lisandro, y ella no duda en ayudarlo a caminar.Al subir al helicóptero, Nino los espera. Él le quita a Tania la tarea de sostenerlo y rápidamente se convierte en su nueva muleta. Mientras su subordinado le cuenta lo que ha av
Ubicación: ArgentinaCuando Lisandro camina hasta la cama, Tania está con el móvil en la mano. Parece molesta, porque no fue a cenar. Aun así, no dice nada después de mirarlo con su expresión de asesina. Solo se pone de pie y quiere ayudarlo a desvestirse, pero él no la deja.—Puedo hacerlo solo —le asegura, molesto. No sabe por qué la trata así si lo que desea es abrazarla.—Entonces vete a la m****a —espeta su loca esposa furiosa y se dirige a la puerta. Toma el picaporte y antes de girarlo se detiene. Se da media vuelta, vuelve a él y sigue desabotonando su camisa. No puede evitar sonreír—. Cállate o serás hombre muerto.—Te dije que puedo solo. —Vuelve a decir él, pero esta vez sonriendo.—Y yo te dije que me importa una m****a —le recuerda ella, y le quita el resto de la ropa hasta dejarlo únicamente en bóxer.Ella va hasta uno de los cajones y se agacha para buscar algo, dejando que vea su hermoso trasero en su mayor esplendor. Vuelve y le pide ayuda para colocarse la crema que J
Ubicación: ArgentinaDespués de pasar todo el día organizando cómo enfrentarán a Abel, Lisandro decide tomarse un minuto para sí mismo y va a caminar. Necesita pensar, sabe que a partir de ahora habrá que llegar hasta el final. Su temor se ha vuelto realidad: no será el héroe de esta historia llena de villanos.—Lisandro, estás aquí. Te estuve buscando en la casa. La señora Miller dice que debemos ir a una fiesta de la organización —indica Tania, y él la mira con tristeza.—Ya sabía de la reunión. Creo que por esta vez sería mejor que vaya solo. Podremos decir que estabas descompuesta o que… —intenta decir, pero Tania no lo deja continuar.—Estamos en esto juntos. No vas a sacarme ahora porque te parezca que es más peligroso —aclara molesta.—Tania, solo quiero protegerte. Esa fiesta de fin de año no es fácil de digerir —indica él con seriedad. Ella tiene que entender que solo trata de cuidarla.—¿Crees que no sé lo que harás ahí? Me subestimas, Lisandro. Haré lo que sea para ayudarte
Ubicación: ArgentinaLisandro sale de la casa antes de que Rodrigo agarre una escopeta para dispararle. El esposo de Belén se queda discutiendo con ella. Al parecer, esta celoso por la cercanía que tiene ella con Lisandro, tras apenas conocerse. Por lo menos eso es lo que logra escuchar.Cuando llega a los establos, encuentra a Amanda acariciando a un caballo y a Nino a dos metros de ella mirándola.—Déjanos solos, Nino —ordena Lisandro, y este, al verlo, se asusta.—Sí, señor Li —responde Nino y se marcha.—No quiero escucharlo, señor Li —reclama la muchachita, en el mismo tono desafiante que su madre.—Solo quiero decir algo. Luego te dejaré tranquila —responde, y ella lo mira de manera muy tierna. Aunque Tania no sea su madre, ha aprendido a fulminar con la mirada de ella.—Entonces no se demore y dígalo —ordena Amanda con atrevimiento.—Tu madre es muy importante para mí. Y nunca, sin importar lo que ella decida, la lastimaré como lo hizo tu anterior padrastro. Solo quiero ser un
Ubicación: Argentina—¡Amanda! ¿Qué haces? —pregunta Tania, al verla apuntando a Lisandro.—Solo conversamos con el señor Li. Tranquila, no la tengo cargada —le explica la niña, haciendo que sienta que su corazón podría salirse por la garganta.—Amanda dice la verdad. Solo hablábamos —indica Lisandro y lo mira espantada.Toma de la mano a Amanda y le recuerda que el único momento en que tiene permiso de sacar el arma es frente a Bernardo.—¡¿Entiendes?! —Tania grita sin darse cuenta.—Mamá, me lastimas —responde Amanda y ella la suelta. Lisandro abraza a Tania y le pide que se calme, ya que se ha dado cuenta de lo nerviosa que se puso.—¿Dónde está mi sobrina favorita? —Es Rodrigo quien viene por Amanda.Ella guarda el arma y se va con él antes de que Tania pueda hablar a fondo con ella. Aun así, está nerviosa. No sabe si ha hecho bien en enseñarle a usar una pistola siendo que aún es tan pequeña.—Ahora que estás más tranquila, ¿me vas a decir por qué le diste un arma a una adolescen