Luego de un rato la masa estuvo en su punto y la rellene para después meter el pan en el horno.— ¿Vamos a la piscina?— le pregunté a la chaparrita y ella asintió — iré a mi cuarto para ponerme un traje de baño.Yo me fui al cuarto y de ahí saqué el traje de baño que tenía, necesitaba darle uso porque si no se terminaría por deteriorar. Tome una toalla y nos fuimos a la piscina, la chaparrita se quedó en la orilla pero yo entré a querer nadar.— Quiero aprender a nadar — le dije — al menos se flotar.— Es fácil nadar, solo mueve los brazos y las piernas en sincronía y ya verás cómo lo logras.Intenté hacerlo y aunque progrese me rendí muy rápido, fui a la orilla y comencé a conversar con la chaparrita.— ¿Quién será?Habían tocado el timbre de la puerta por lo que salí de la piscina y me dirigí a la calle, me puse la toalla encima y abrí.— ¿Qué haces aquí?La sonrisa que llevaba se me borró cuando mire a Carlos en la puerta, la chaparrita salió detrás mío y quiso abrir.— N
— Respecto a lo que te tragabas y tenías atravesado en caso de que existiera, hubieras acudido a mí porque te hubiera ayudado, ¿Sabes por qué lo hubiese hecho? — él negó — porque lo contrario a ti yo si fui una buena hermana y estuve ahí para ti en todo momento, no quería que pasaras por lo mismo que yo pase al tragar tantas cosas, quería que sintieras un alivio al decir lo que pensabas sin embargo las cosas fueron distintas y al final solamente lograste envenenar tu alma.— Lucía por favor— me dijo la chaparrita — no seas tan dura con él.— ¿Es enserio?— le pregunté — dime cuanto tiempo los demás fueron duros conmigo y tú no dijiste nada, me parece el colmo que vengan a querer hacerse las víctimas y a preguntarse por qué tengo esta actitud hacia ellos cuando fueron ellos mismos los que me hicieron lo que soy — le dije molesta — pero a pesar de toda la mierda que me dieron les agradezco esto ya que ahora soy quien soy gracias a ellos — mire a Carlos — si apelas a la bondad
El señor Lund vino a mi mente y estoy segura que si él estuviera aquí me abrazaría hasta que no sienta sus brazos, fue el primer hombre que me hizo sentir muchas cosas pero en especial protegida y era algo sumamente agradable sin embargo nuestros caminos se cruzaron de manera fugaz y no podía regresar a su vida ya que ambos somos de distintas sociedades.Salí del agua y me puse la ropa, iría de regreso a mi casa para ver si ya las visitas indeseadas se habían ido y en caso de que no sea así lo sacaría con mi rifle sin dudarlo. Al llegar a mi hogar fui recibida por la chaparrita quien se notaba angustiada.— ¿Adónde fuiste?— Al mar, quería despejarme y ahí encuentro un poco de paz — le dije fríamente — espero que lo que pasó ahora no se vuelva a repetir, te recuerdo que esta es mi casa y si yo digo que no se le abre a nadie es que no se le abre.— Pero es....— ¡Basta!— le interrumpí — no vuelvas a decir que es mi hermano porque yo no lo veo así, sabes muy bien lo que tuve que
— ¿Qué tanto miras en ese celular?— me dijo y miro la foto— ¿Lucía? ¿Pero en donde estaba?— En el aeropuerto y pensaba acercarme para saludarla pero gracias a ustedes no pude hacerlo y solamente pude tomar esta foto.— Me hubieras dicho que ella estaba ahí y yo habría esperado sin importar la hora, la extraño.Aimee sonaba sincera y sabía que le guardaba mucho cariño a Lucía pero no pude hacer nada para saludarla además se encontraba tan feliz que fui incapaz de interrumpir su felicidad, tristemente mi impulso de querer besarla la última vez que estuvimos juntos no nos dejó en los mejores términos, realmente soy un idiota al no respetar lo que ella quiere guardar para el hombre que entre en su corazón.— Ella es una buena chica — me dijo Saúl — me gustaría que tuvieras una relación con ella.— No digas tonterías — le dije — bien sabes que Lucía solamente estuvo presente una vez en mi vida y es imposible que volvamos a juntar nuestros caminos.— A todo esto — dijo Aimee —
— ¿Por qué consideras eso?— Porque nos conocimos en situaciones poco convencionales y él es de un mundo distinto al mío además de que si nuestros caminos se cruzan nuevamente no sé para qué va a ser ya que lo que nos unió simplemente fue tomado y cada uno se fue por rumbos distintos. — Lucía, ¿No sentiste un poco de amor hacia ese hombre? — me preguntó — porque para ser sincera con lo poco que me contaste yo sentí que si estás enamorada.— La palabra amor no tenía cabida en lo que hacíamos por lo tanto no desarrolle este tipo de sentimientos hacia él. — Definitivamente eres un hueso duro de roer. — Más que duro diría que soy imposible de roer, el amor para mí no existe chaparrita y lo enterré hace muchísimo tiempo. — ¿Por qué hablas de esa manera Lucía?— me dijo triste — no debes decir esas cosas.— Es la verdad chaparrita, nunca tuve ningún pretendiente, luego el señor Lund llego a mi vida y a ese ni como pretendiente lo calificó sino como comprador. — Eres demasia
— Si yo voy tú vienes conmigo y punto — le dije firme — no siempre se va a presentar la oportunidad de viajar. — Pero....— Nada de peros mi señora — dije sin titubear — sí quiero llevarte a conocer el extranjero simplemente aprovecha la ocasión, además ir en avión no es tan malo como parece. La chaparrita guardó silencio y cuando terminamos de comer yo manejé de regreso, llegamos a la casa y cada quien se fue a su cuarto sin embargo en lo que yo me estaba colocando mi pijama tocaron la puerta de mi habitación. — ¿Sí? ¿Quién es?— pregunté bromeando y la chaparrita me contestó — espera un momento que estoy sin ropa. Yo me coloqué el pijama y abrí la puerta entonces ella entró a mi cuarto, se sentó en mi cama y me miró de pies a cabeza. — Me das miedo — le dije bromeando — con las tonterías de pedirte matrimonio y al verme de esa forma no sé qué tanto te lo hayas creído.— ¡No digas tonterías!— me dijo riendo — solamente miraba tu pijama que me gusta mucho.— Aja a
— Los de la junta directiva se dejan guiar por lo que yo decido así que ya cállate de una vez y deja de contestarme como si tuviera que darte explicaciones de todo lo que sucede en el hotel, si quieres manejar hasta el más mínimo detalle deberías estar metido aquí y no vagueando allá afuera. — Eres increíble, siempre me has hecho sentir como el socio sobrante. — Si te sientes de esa forma no puedo hacer nada pero si quieres salir de esa situación te aconsejo que permanezcas más tiempo aquí y no vagueando.Iba a contestarle pero Briseida levantó la mano y lo dejó callado, seguimos revisando los demás informes y luego nos marchamos. — Definitivamente Briseida da miedo — dijo Saúl — con razón mi amorcito tiene el carácter de los mil demonios.— Ni lo dudes — conteste.— Ustedes dejen de hablar como si no estuviera aquí, ahora tú — me dijo señalándome — qué cochinadas hiciste en la suite real con Lucía.— Deja de querer meter las narices donde no te llaman Aimee — le conte
— Definitivamente no eres digno de casarte con Aimee si no sabes distinguir entre un blanco nácar y un blanco perla.— Estoy de acuerdo pero ya las invitaciones se corrieron y también las amonestaciones — contesto Aimee rodando sus ojos — además existe el pequeñísimo detalle que lo amo.Yo me puse a reír y Saúl miró dulcemente a Aimee, serían felices en su matrimonio y probablemente me iba a rodear de sobrinos insoportables pero que amaría con locura. — Desde ya les digo que yo no cuido a los engendros que salgan de ustedes.Tomé mi celular para ver la hora y me levanté de la silla, tenía que ir a la cita con el oftalmólogo y no podía llegar tarde sino me demoraría más tiempo.— Regreso luego, salgan de mi oficina ya porque no me apetece encontrarlos follando cuando regrese.Ellos salieron y yo cerré con llave, al llegar a la clínica fui recibido por una enfermera sumamente amable que me hizo pasar ya que no había más pacientes.— Bienvenido señor Lund — me dijo el doctor —