— No pienso darme por vencida y tampoco confiar, a veces hacen actos que parecen de ángeles pero en el fondo son el mismísimo demonio.— Aimee vamos a llevarla en el carro porque ya camino bastante.— Esa a mi carro no sube — me dijo casi gritando y sumamente escandalizada por lo que hable — antes prefiero que me despellejen viva.— Shhh ya baja la voz y no seas tan mala con la pobre Lucía.LUCIAYo llegue adonde se encontraban las personas que había visto desde un inicio y le extendí los paquetes de comida que llevaba, ellos se mostraron agradecidos y cuando mire a un rincón había un anciano.— ¿Qué tiene ese señor? — les pregunté — se mira delicado. Ellos me dijeron que se encontraba enfermo desde hace días y no tenía dinero para comprar medicamentos, me acerqué para ver cómo estaba y lo encontré quejándose del dolor.— Señor vamos a un hospital para que lo revisen — le dije pero se mostró reacio a la idea e incluso fue odioso — permítame revisarlo entonces, soy enferme
No dije nada y seguí manejando, soy desconfiada y testaruda por lo tanto no pensaba cambiar mi opinión de esa chica.LUCIALlegue a la casa y subí al cuarto que se me había designado, tuve que ducharme nuevamente ya que me sentía sucia y no quería ensuciar la ropa de cama tan fina que cubría la misma, logre calibrar el agua a como me gustaba o sea fría y me bañe. Al salir busqué en mi maleta otro pijama pero solamente llevaba un short y una camisa de tirantes para dormir, bueno al menos nadie me va a ver y mañana me levantaré temprano. Me coloqué el pijama y decidí meterme en la cama, no tarde en caer en los brazos de mi amado Morfeo debido a todo lo que hice.ADRIELMe encontraba en la oficina y cuando mire eran casi las once de la noche, cerré todo y llamé a Saúl para ver en donde se encontraba además de adonde había acomodado a la chica.— ¿En dónde estás?— le pregunté y me dijo que en mi casa — ¿En dónde dejaste a la chica?Me sorprendió cuando me dijo que había tomado la decis
Al ver hacia atrás se encontraba Lucía con ropa distinta entonces se acercó tranquilamente a donde nos encontrábamos.— Además en caso de que sea así a usted que le importa, su hermano es lo suficientemente mayorcito para ver a quién mete a este lugar y a quien no.Sabía que la cosa se iba a poner interesante y también Saúl quien se sentó a mi lado para ver el espectáculo mañanero.— Ya te dije ayer que no te metas — dijo Aimee — pero lo que tienes de gorda lo tienes de metida. — Y yo le dije que me metía porque es un asunto que me involucra y por lo tanto me concierne, ¿O acaso no lo recuerda? Genial, aparte de sorda me salió con Alzheimer.Vaya, vaya, Lucía definitivamente tiene agallas para enfrentar a Aimee de esa manera. Saúl me hizo de seña que era el round 2 entonces me puse a reír.— Como que se te están acabando los insultos, gata.— No es que se me acaben lo que pasa que hasta mis insultos son indignos de usted, incluso en ese aspecto hay categorías, desmemoriada.—
— Tú misma dices que el compromiso de Aimee se iba a romper con esa actitud que tiene ya fuera que aparecieras o no, mi hermana no es mala pero cuando se pone de mula no hay poder humano que la haga cambiar de parecer y sus celos son desmesurados.— Es cierto lo que dije pero es imposible no sentirse mal si la manzana de la discordia soy yo, siempre se sabe que va a haber un responsable por algún problema que se desate sin embargo no es agradable saber que esa persona eres tú.— No te preocupes, Saúl ama a Aimee pero también quiere darle una lección. Aunque no lo aparente es un buen tipo y sus intenciones son buenas porque si no lo fueran no permitiría que se acercara a mi hermana ni un poco.LUCIAEra agradable escuchar que un hermano cuida a su hermana, eso era algo que yo no conocía ya que desde pequeña Carlos se encargó de ponerme malos apodos y lo más triste es que yo normalizaba esto pero con el tiempo comprendí que esto no era normal.— Si hay amor de por medio todo se resu
Tengo que reconocer que es una mujer bellísima y la atracción que siento hacia ella es enorme pero al menos quiero que la pase bien antes de que la tome por completo, que sea algo lindo y no traumante, ese es el objetivo que me propuse y lo voy a cumplir.Cuando la mire sonreír mientras hablaba por teléfono simplemente me saco una sonrisa y cuando hizo lo mismo con Aimee sonreí de la misma forma que ella, a la misma vez pensaba que era una mujer sumamente hermosa tanto por fuera como por dentro.LUCIAYo bajé a la cocina cuando sentí un olor terrible que no sabría describir si era quemado o podrido por lo que fui a ver que sucedía, Aimee se encontraba ahí supuestamente cocinando algo que parecía veneno de la más alta letalidad. El señor Saúl no le decía nada porque probablemente no quería lastimarla pero si comíamos eso que estaba preparando posiblemente no sobreviviríamos— ¿Quiere que le ayude con la comida?— pregunté y saque a ambos de su mundo — soy buena cocinando.— ¿Quieres
— Es normal — me dijo el señor Lund — te corriste porque llegaste al orgasmo.— ¿Esto es de lo que hablan? — le pregunté y él asintió — no tenía idea de cómo se sentía.— ¿Te gustó?Yo no quise decirle nada, él me beso en mis pechos y luego en el cuello, se levantó con una evidente erección que le había provocado.— No te preocupes que yo me hago cargo de eso.Yo lo detuve y lo atraje a la cama, por un demonio se supone que no debo hacer esto sin embargo aquí estoy, baje el short que traía y ahí salió la notable erección que le había provocado.— ¿Cómo puedo ayudarle?— le pregunté sin saber cómo masturbarlo.— Toma mi pene entre tus manos y comienza a moverlo de arriba hacia abajo.Yo lo hice y él comenzó a gruñir, me excite no podía negarlo por lo que mientras lo masturbaba comencé a frotarme contra su pierna haciendo lo mismo que le hacía, me controlé para no jadear, en cambio él era todo lo contrario, jadeaba aumentando mi excitación. Se corrió al mismo tiempo que yo lo
Yo le tomé su mano y así se la sostuve por varias horas, el señor Lund solamente salió para hacer una llamada y luego se quedó a mi lado.El señor comenzó a desestabilizarse y cuando quise llamar al doctor que lo había visto él no me dejo ir, sostuvo mi mano con más fuerza.— No me dejes solo por favor, ambos sabemos que el final está por llegar y no me gustaría morir como viví por tantos años, en completa soledad.Yo me quedé ahí y el señor Lund fue a llamar al doctor, estábamos solos y mire un gran brillo en sus ojos cuando le sonreí.— Eres un ángel — me dijo — aunque digas lo contrario, gracias por hacer mi muerte distinta de como pensaba.Después de decir esto el monitor señaló los signos vitales en cero y el brillo que tenía en sus ojos se fue, apretaba su mano la cual no hacía lo mismo y en ese instante entró el señor Lund con el doctor.— Lucía — cuando me llamó y lo volví a ver dos lágrimas corrieron por mis mejillas — cariño, lo siento.ADRIELMe acerqué a Lucía y ell
— Me alegra escuchar eso — le dije — va a sentir una gran satisfacción cuando lo haga.— Déjame de tratar de usted que soy más joven que tú — dijo cruzando los brazos — llámame Aimee o Ai.— Me puede decir Lu — le dije sonriendo — no tengo ningún problema con eso.— ¡Nada de usted!— Ups, está bien, me puedes decir Lu o Lucía,como te sientas más cómoda.— Vale, te diré Lu porque me gusta más, además de que es mucho más corto que tu nombre completo.— Pero si mi nombre no es muy largo Aimee.— Sí pero yo soy floja — dijo levantando los hombros — en ese aspecto al menos.Yo me puse a reír y seguimos hablando de cosas de la vida, no le conté todos los problemas de mi vida sino de los pocos momentos buenos que tuve en ella porque tenía que reconocer que no todo fue negro sino que también tuvo luz.— Recuerdo en una ocasión que ordené unos tacos mexicanos, el chico me los llevó pero terminé por rechazarlos en el primer bocado.— ¿Por qué, tan feos estaban?— preguntó curi