Valeria Peña Madrigal

Puerto Vallarta, Jalisco, México

–Por mí, como ustedes quieran – Respondí – También creo que es mejor que vayan a instalarse primero.

Debían venir cansados de tantas horas de vuelo, no sabía si habían comido en el avión, por como los veía, debieron haber venido en primera clase y ahí sí que servían comida de la mejor, y como había dicho Larissa, era una familia de mucho dinero, Dex bien que se lo tenía guardado, eso me parecía muy sospechoso que lo haya ocultado.

–Vayamos entonces.

Dex me tomó de la mano como si de verdad yo fuera importante para él y me sentí valorada y querida por él, como nunca me había sentido por nadie. Nos subimos en una camioneta de las del aeropuerto, debido a que íbamos muchos y después nos llevaron al hermoso hotel en el que se hospedaría la familia de Dex, uno de los más exclusivos de Puerto Vallarta, eso encendió en mi cabeza muchas alarmas recordando lo que me dijo Larissa y que no me pudo contar bien.

–Los dejamos unos momentos, pue