Esteban Acosta, soy un hombre enamorado del amor, con la esperanza de encontrar a la mujer perfecta para mí a la cual venerar. Amar sus defectos, virtudes, alma, corazón y por qué no también su cuerpo, este es solo la envoltura de lo mencionado antes, con poca importancia para mí. Ya que cuando me enamoro lo hago del ser y esperando encontrar a tan ansiada mujer, tengo que confesar que no lo he podido lograr hasta el día de hoy. Pero a pesar de los fracasos amorosos por los cuales he pasado no me rendiré hasta lograr encontrar a tan anhelada criatura.

Me miro al espejo soy un hombre alto (mido 1.80m). Soy de tez morena clara, ojos medianos color azul, algunas mujeres dicen que las facciones de mi cara son muy atractivas, pero yo me considero un hombre común.

Me gusta hacer ejercicio, llevar una alimentación sana, por lo cual tengo el cuerpo marcado (no exagerado, no quiero parecer un gigante). Me gusta vestir mucho de traje, como dice mi padre esta es mi armadura puesto que soy Licenciado en comercio. Y repetidas sus palabras una buena presentación siempre dará oportunidad a grandes negociaciones ya que a cómo te ven te tratan, creo que lo último es tonto y superficial, pero en realidad así es como se maneja la gente en estos tiempos (donde se han perdido tantos valores).

Acabo de regresar a la Ciudad de México, fue difícil tomar la decisión de volver, pero tras pasar por lo que acabo de vivir, creo que fue una buena decisión haber regresado y aceptar la gran oferta de trabajo que se me presentó.

Vivo solo desde que termine la carrera, mis padres aún viven, tienen su hogar y trabajo en esta misma ciudad, ellos están felices de tenerme más cerca, digo esto porque rente un departe cerca de donde será mi nuevo trabajo, no me lo tomen a mal los quiero, aunque prefiero vivir solo y tener libertad en tomar todas mis decisiones sin tener que recibir cuestionamientos por parte de ellos.

Tengo un buen amigo en esta ciudad, lo conocí en la universidad y desde entonces nos volvimos amigos fieles a pesar de la distancia, su nombre es Carlos Suarez, tiene 28 años al igual que yo, antes de que se me olvide mencionar él es un hombre liberal pero ahora que estoy de vuelta lo noto cambiado. Menciono que conoció a una mujer que le ha cambiado la vida, a pesar que solo tienen unos días escribiéndose con ella y comento que este viernes saldrán, no cabe duda que está flechado, al saber de mi llegada dijo que cambio la membresía que tiene en el club "Black Pleasure" a mi nombre.

No sé de qué va este club suena intrigante, Carlos vino a darme la vivienda y me dejo un sobre de dicho lugar. También mencionó que hoy es el único día que abre y me llegará una notificación a mi celular, pues antes de llegar a verme paso por la oficina del club y concluyo con los trámites necesarios, para yo ocupar su lugar.

Son las 6:00pm, me daré una ducha, al salir coloco una talla en mi torso y veo el sobre del club sobre mi cama, lo abro y comienzo a leer es una tarjeta como de bienvenida, la giro y dice las siguientes instrucciones:

1. Al llegar a nuestras instalaciones, presentará su membrecía ante el guardia de seguridad.
2. Buscará su estacionamiento personalizado (este se cerrará automáticamente).
3. Queda prohibido entrar al interior de las instalaciones con cualquier tipo de dispositivo portátil.
4. Se desnudará en el interior del estacionamiento designado.
5. Se colocará el antifaz que se le proporcionará en dicho lugar (está prohibido, que una vez dentro de las instalaciones se retire el antifaz o que intente quitárselo a otro miembro del club).
6. Para acceder al interior del edificio, colocará, en la cerradura digital el código que le ha sido proporcionado.
7. Una vez dentro, es libre de satisfacer sus más grandes y obscuras fantasías sexuales.

Le damos la mas cordial bienvenida a nuestro club, disfrute su estancia.

Att: CLUB “BLACK PLEASURE”.

Saco otra hoja del sobre, dice: la dirección del club, número de estacionamiento (esto es raro, tiene mucho protocolo, pero al ya haber leído las instrucciones me parece normal), y un código.

Reviso el sobre nuevamente, por último, tomo una tarjeta la cual hay que mostrar al guardia del estacionamiento para que certifique que soy miembro.