Emma.
Ya han pasado varias semanas desde que acepté salir por primera vez con Esteban a comer, después de ese día las comidas en su compañía han pasado a ser parte de nuestra vida, siempre y cuando alguno de los dos no esté de viaje de negocios. Pasamos momentos agradables durante el tiempo que compartimos comiendo.
En ocasiones Carol nos acompaña, pero ella trata de mejor dejarnos solos e ir a comer con su novio esa relación sí que va muy enserio. Pero sigo sin el gusto de conocerlo.
Tocan a la puerta, por lo que salgo de mis pensamientos.
—Pasa.
—Emma dice el director que ya puedes pasar a la sala de juntas — dice Carol desde la puerta.
—Gracias Carol, ¿hay algo más que quieras decir? —le pregunto puesto que percibo que está nerviosas o ansiosa.
— Sí, lo que pasa es que — parece que busca las palabras adecuadas, mientras cierra la puerta y se acerca a mi escritorio para sentarse frente a mí. — Bueno sé que para ti los
Esteban.(Mismo día de la reunión). Apenas son las 2:00pm pediré algo para comer aquí, quise invitar a Emma a comer, pero me informo su asistente que salió y dejo dicho que no volvería el día de hoy, imagino que es por el compromiso que tiene esta noche.Que tonto fui al no preguntar a donde iría, siento celos de pensar que estará con algún hombre. Un posible ladrón que aparece para quitarme la oportunidad de estar con Emma.Pero que estoy pensando, cálmate Esteban me repito varias veces, no puedo permitir que mi mente me juegue una mala broma.Suena mi celular, me saca de mis pensamientos.—¡Hola Carlos! — contestó.— ¡Hola Esteban! Te hablo porque hoy es tu día de suerte. — Lo escuche reír, se oye muy feliz. — Pero antes te ofrezco una disculpa por que el día de ho
Esteban. Antes de entrar al restaurante me percato de que llega un carro que se me hace familiar. Decido esperar y ver quien bajará de él. Para mi sorpresa abre la puerta una hermosa y conocida pelirroja (lleva puesto un vestido largo color rojo, pero que deja a la vista su hermosa espalda). Me apresuro para ayudarla a bajar, al momento que toma mi mano, levanta su vista, abre sus ojos de golpe al reconocerme (se ve realmente hermosa, bueno ella siempre es bella, pero esta noche resalta mucho más) y yo me quedo atónito por su belleza. — ¡Esteban! — Su dulce voz me saca de mi trance. — Gracias, pero ¿Qué haces tú aquí? — Noto emoción en sus palabras, creo que aparte de sorprenderle mi presencia, también se alegra de verme. — Antes que nada, permitirme comentarte que te ves bellísima. — Se ruboriza un poco. — Nuevamente gracias. — Me dedica una linda sonrisa al pronunciar estas palabras. — No tienes nada que agradecer
Emma. Este fin de semana fue la boda Carol y Carlos, se veían tan felices, sé que lograran crear un matrimonio espectacular. En este tiempo traté más a Carlos y en las comidas con Esteban le pedía que me hablara de él, los dos llegamos a conclusión de que hará feliz a Carol que es su vida, hará todo por su bienestar, al igual que ella lo hará por Carlos. Los dos estamos felices por nuestros amigos. La amistad que tengo con Esteban cada día crece más al igual que mi confusión por él, me niego a aceptar cualquier sentimiento que salga fuera la que conlleva una amistad. El estar a su lado es tanto una dicha como una tortura, pero no puedo estar lejos, algo en mí, me pide a gritos que, aunque no me entregue a lo que siento, tampoco me separe de él. — ¡Licenciada! — Se oye al otro lado de la puerta seguido de unos golpes a esta. — Si, pase. — Licenciada me dice el señor presidente, que le pida que pase a su oficina.
Emma. Salimos a primera hora a Guadalajara, como lo dijo Esteban nos estaban esperando en el aeropuerto para llevarnos al hotel que se encuentra en Tequila. El viaje fue agradable, estuvimos platicando sobre las estrategias que pondríamos en práctica al momento de conocer a los productores, nos comportamos como unos profesionales. Aquí el problema fue cuando llegamos al hotel, resulta ser que hubo una confusión por parte de la recepción. — Señorita por favor hágame el favor de comunicarme con su gerente. — Pide Esteban. El problema fue que solo se hizo la reservación de una habitación para dos personas y como saben no puedo darme el lujo de tener a tan grande tentación durmiendo a un lado de mí, por lo que le pedí a Esteban que hiciera lo posible por que se nos diera otra habitación. Alegando que teníamos que tener nuestro espacio para no sentirnos incómodos y él lo entendió, ya que tuve mucho tacto para no hacerlo sentir mal por l
Esteban. Al escuchar que se abre la puerta del cuarto en automático veo hacia ese lugar, ¡Wow! una radiante Emma esta parada frente a mí, lleva puesto un vestido negro de encaje, la parte de arriba es como blusa manga corta pegado a su figura, la parte baja se suelta a partir de su cintura hasta llegar a sus rodillas y lleva puestas unas zapatillas altas a juego con su vestido. El cabello lo lleva de lado y peinado en rizos gruesos. Se ve espectacular. — ¿Nos vamos? — Pregunta una Emma ruborizada por mi excesiva atención. — Si, vamos, pero permítame decirte que te ves hermosa y no cabe duda de que dejarás a varios con la boca abierta esta noche. — Sonríe. — Gracias, pero ya no sigas me estás apenando. — Esta bien no diré una palabra más, aunque sospecho que tendré que estar muy atento por si alguien se quiere propasar. — Ríe. No es broma todavía no salimos y ya siento celos. — Basta Esteban, mejor vámonos.
Emma. Despierto, aún estoy acostada en el pecho de Esteban. Lo qué pasó anoche fue hermoso, es algo que jamás había sentido al estar con ningún hombre ni siquiera con el que me topé alguna vez en el club, nada se parece a lo vivido con Esteban. Nosotros realmente hicimos el amor. Mi cara se ilumina al recordar todo. Con cuidado me siento para observar a Esteban se ve tan tierno y sexi durmiendo. No me cabe en el cuerpo el amor que siento por él, sé que no se lo dije con palabras, pero mi cuerpo lo expresó mejor que ellas. De pronto mi felicidad se nubla al recordar parte de su confesión, "quiero que seas la madre de mis hijos", ahora esas palabras no dejan de sonar en mi mente, siento como mis ojos se cristalizan y se llenan de lágrimas. Por lo que me paro con cuidado para ir al baño, no quiero que me vea así en caso de que despierte. Me meto a bañar mientras lo hago las palabras siguen atormentándome, las lágrimas siguen saliendo y es que
Emma. Por fin estoy en mi casa, este viaje de regreso fue realmente horrible e insoportable. Solo quería decirle a Estaban que lo amaba y pedirle perdón por lo que le había dicho. Mantenerme firme fue muy difícil, pero él ayudó para que yo siguiera con mi plan, cumplió dándome el espacio que me prometió antes de que saliera de la habitación del hotel. Ahora solo tengo que mantenerme así, fría y distante para que pronto se olvide de mí. Voy a la cocina tomo una botella (la descorcho) y una copa, voy al baño preparo la tina, para darme una larga ducha. Al salir llega la notificación del club, ¡bendito club! Esta notificación llegó en el mejor de los momentos, esta noche iré y no saldré hasta que sea de madrugada. Esteban. Estoy acostado viendo una película, llega una notificación a mi celular, la abro para ver de lo que se trata, es del club. Entonces recuerdo a la pelirroja con la que estuve l
Esteban. Hoy es viernes, son como las 7:00pm, me encuentro sentado en el sofá de mi habitación tomando una botella de vino, creo que es la tercera, la verdad no lo sé muy bien. Solo puedo pensar que hace ocho días desperté con grandes ilusiones (por la noche tan increíble que pasé con Emma) y que ese mismo día en la noche todo se fue al carajo. Aún me parece increíble todo lo qué pasó, lo último que quería era perderla y fue lo que ocurrió. El fin de semana pasado decidí darle su espacio, no la busque, preferí esperar a que ella se calmara para pedirle una disculpa por todas las tonterías que dije la noche que la encontré en el club y también quería pedirle otra oportunidad, que nos la diéramos mutuamente, solo quiero volver a empezar, porque sé que tenemos futuro. Aunque un problema más surgió el lunes. Al llegar a la oficina, cuando eran las nueve de la mañana pregunté a Leticia si Emma había llegado a lo que recibí una negativa,