PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADOCAPÍTULO CINCOEn ese momento en que miraba a su madre con atención un recuerdo vino a su mente. Mandira bebía de su copa de vino, sin mucho que hacer, sin mucho que contar porque la verdad era que esas fiestas nunca habían sido de su interés, solo eran fiestas que pasaban y a las que iba porque representaba a su padre, nada más. Un poco aburrida, viendo a la gente moverse de un lado a otro, hablar entre ellos y ella nada qué decir hasta que de pronto, su atención fue llamada por aquella pareja que parecía entrar desde el balcón. Una mujer y un hombre muy jóvenes, una mujer que ella no reconocía, un hombre al que nunca antes había visto en su vida pero que sin dudar, era guapo y no era sol su físico cuando solo veía sus ojos y su sonrisa. Había algo más en él, en la manera en la que tomaba a la mujer que estaba ahí, con la que bailaba, con aquella delicadeza que solo un hombre como él podía tomar a una mujer. No sabía cómo pero por un momento el paisa
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO SEIS Finalmente el auto en el que había viajado la señorita Muriel había llegado a su destino. No podía sentirse más feliz después de todo lo que había hecho, después de todo lo que había dicho a ese hombre que no sabía con qué derecho, se quedaba en su vida La diferencia entre ellos era clara, mientras ella era una señorita muy bien educada y que había crecido con todos los lujos, Diego se había tenido que ganar la vida de una manera muy diferente, quizá no con una que coincidieran los demás.Y es que era extraño saber de una persona que vendiera su cuerpo para conseguir el sustento y más que el sustento, era la vida de su hija. La hija que su hermana le había dejado antes de morir. Su hermana también había sufrido tanto, al menos en todo lo que él podía pensar era que su hermana ahora estaba bien en el cielo, ya no había nadie que la hiciera sufrir, ya no había nadie que le hiciera lo que le hicieron en el pasado.Cuando Andrea bajó del
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO SIETE —Y cuéntame, ¿cómo van las cosas con aquel misterioso hombre que encontraste en tu camino? — Preguntó Natalia, moviendo la cuchara dentro de su café.Andrea no evitó sonreír en el momento en que aquella mujer mencionó a ese hombre que la había hecho tan feliz apenas dos días atrás. —No hay nada que contar, fin a la historia —, dijo Andrea, sonriendo mientras tomaba un pedazo de pan.—Ay, si me citaste aquí no debe de ser por nada, ¿verdad?—Bueno, la verdad es que sí, sí quería hablar contigo.— ¿Sobre el chico— ¡Ay, deja al chico por un momento!— ¿De dónde lo sacaste? Mucha gente dice muchas cosas pero la verdad es que, no me imagino tú haciendo eso. —Natalia rió haciendo que el gesto divertido de Andrea cambiara totalmente.Simplemente no quería creer que su amiga estuviera hablando así enfrente de ella, después de todo lo que tenía por decir.—Es que es casi imposible, ni siquiera yo puedo creer eso —, dijo Natalia sin dejar de son
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO OCHO Unas semanas más. Unas cuantas semanas más y ella traería al mundo a dos pequeños ángeles que no tenía la culpa de nada. ¿Lograría ella al final quererlos como se quieren a los hijos propios? La verdad es que todo estaba por verse. Todo estaba por ser encontrado. El día había llegado, las cosas cayeron de sus manos cuando sintió que no podía moverse más. En aquel rincón de la ciudad. Contando ella solo con su madre y con un amigo que había iniciado su trabajo como chofer de alguna familia por ahí cercana, el mismo que estaba enamorado de ella y que hubiera dado tanto porque ella no le hubiera creído al imbécil ese que la dejó con dos bebés en camino. Muchas veces Bermúdez se lo hizo saber. Él solo quería que ella no estuviera pasando por eso porque alguna vez habían tenido la oportunidad de hablar de ello. Lo podía recordar como si fuera ayer. — ¿Descansando? —Preguntó Bermúdez, dándole un chocolate a la mujer que estaba en la banqueta
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO NUEVE Una vez más el pesar de su corazón había sido parado por la paz que ella sentía de estar frente a sus hijos, aun sabiendo que ellos seguramente no la perdonarían.Con una sonrisa en el rostro caminaba de un lado a otro por aquel centro comercial mientras a su lado caminaban dos de sus hombres. Ellos cargaban con todas las bolsas que ella había comprado hasta ese momento y que no era más que ropa de bebé y de niños de no más de diez años.— ¡Oh! Esperen, esperen, aún falta comprar juguetes para los niños.—Señora de Luna. Solo para recordarle que la señorita Mandira en quince minutos estará esperando por usted en el restaurante que quedaron.—Solo un minuto, lo prometo. Los caminos que estaban destinados a ser, siempre iban a buscar la manera de encontrarse una y otra vez. El destino que se convertía en presente día a día y aquellos hilos del destino se entrelazaban.—Papi, ¿me comprarás la muñeca que me dijiste ese día? —Pregunt
PARTE SEIS: QUÉDATE A MI LADO CAPÍTULO DIEZ ¿Qué decir del tiempo que se iba y que no regresaba pero que en él, llevaba las mejores experiencias de toda una vida? Eran los sueños los que llevaban hasta ese punto, eran los sueños lo que nos hacían sentir vivos y era por los sueños por los que vivíamos. Cada día que pasaba, cada día que dos corazones compartían juntos, cada temporada del año que se iba sin sentirse para al final, regalar aquel día, era todo lo que nos llenaba de amor el corazón.Diego, Diego no era más que un hombre que había sabido ganarse la vida de la peor manera, sin importar las críticas, sin importar lo que dijera el mundo alrededor. Ahora solo contaba con una persona en su vida, una de todas aquellas que él juraba no tenía corazón. Eran los ojos de la verdad lo que estaban llevando a eso.Entre risas, preguntas de cómo había sido el día de uno y otro, entre las anécdotas de la pequeña Fernanda para Andrea, los tres llegaron al hospital donde la pequeña
PARTE SIETE: EL FUTURO QUE ES CRUEL CAPÍTULO UNO Andrea lo tenía todo. Andrea tenía tanto dinero, Andrea tenia éxito, todo el mundo la respetaba a ella y a su abuelo pero todo lo que tenía de éxito, lo tenía de seco el corazón. Con Diego parecía ser otra persona, con Diego todo parecía tener un fin, un resultado al que llegar y un camino que seguir.De esa manera se fue el tiempo, encuentros entre ellos, acercando sus vidas tan diferentes la una dela otra, reviviendo una y otra vez el tiempo que se perdió, viendo pasar el tiempo, las risas entre ellos, las anécdotas. El tempo que se iba como rutina pero al final no lo era, porque siempre pasaba algo entre ellos, algo nuevo.¿Qué decir de sus vidas? Mientras Andrea cada día parecía estar más somnolienta y más feliz, eso no dejaba que fallara e el trabajo, de la misma manera en que intentaba siempre hacer un esfuerzo más grande porque pudiera llevar una relación más sana con Fermín.Para el señor Muriel era lo mismo, cada día haciéndo
CAPÍTULO DOS Y de esa manera podría seguir pasando el tiempo como ya habían pasado cuatro meses.El diario que escribía la madre que estaba a punto de hacerlo. Los pasos a ser madre que ella misma describía. La mano de un pasado y un presente que terminaban por escribirse en el libro de la vida. Los días lo seguirían pasando como habían pasado cuatro meses ya, el vientre que crecía en el que se desarrollaba un nuevo ser que iba a ser querido más que a nadie en el mundo.“He conocido a tu padre cuando creí que ya lo había conocido. Estoy viviendo lo que jamás antes viví. Hemos firmado un trato, un trato que no siento poder respetar. ¿Cuál será tu nombre cuando nazcas? Lo siento, estoy pensando tantas cosas a la vez que no puedo encontrar una solución a todo lo que yo quisiera. ¿Cómo será el día en que estés en mis brazos? ¿Cómo será el día en que le diga a Diego, tu padre, que se quede siempre un poco más? ¿Podré hacer que se pueda alejar? ¿Quién es la persona que ha llegado? Y es qu