AMOR INESPERADOHISTORIA DE TADDEO FERRARILa rabia lo tenía totalmente enceguecido, apretaba a Camilo con mucha fuerza, quería acabar con él silenciarlo, que se tragara todas las palabras que había dicho, era un ¡miserable! Su conciencia en ese momento le decía “No lo hagas, es tu hermano, tu gemel
—Hay hijo, la negación es el primer paso, por tu descripción es un hecho cierto y notorio que la amas ¿Desde cuándo lo haces?—Te dije que no la amo, ¡es solo mi amiga!—Ah y ¿tú te quieres casar con todas tus amigas? —interrogó su madre levantando una ceja.—No, pero Camilla me necesita y no puedo
—Taddeo no me engañes, recuerdas cuando debiste desnudar a Evie porque se había vomitado, eso me lo contaste tú—le dijo con una expresión ceñuda.—Eso no cuenta, Evie estaba tomada y olía a vómito—expresó con una mueca—además estaba pendiente que no me volviera a vomitar más que en otras cosas, adem
AMOR INESPERADOHISTORIA DE TADDEO FERRARIAl escuchar la voz del padre de Camilla, Taddeo dejó de besarla, pero en vez de voltear de una vez y enfrentarlo, bajó primero la franela para cubrirla, tomó una sabana que estaba a un lado, la cobijó con ella para protegerla, luego se levantó de la cama y
—Camilla busca el botiquín de primeros auxilios para curar a Taddeo—La chica salió a cumplir con la petición de su madre, mientras Valeria le pedía al chico que tomara asiento en uno de los muebles que se encontraban en la habitación.—Señora Valeria…—Fue interrumpido.—Me puedes Llamar Valeria.—Gr
» ¿Sabes qué? si te parece que es demasiado desagradable para ti, unirte a una mujer que no sabes si tuvo relaciones con tú hermano, entonces tranquilo Taddeo, ¡te entiendo! pero ten en cuenta que yo no te pedí que te casaras conmigo, fuiste tú quien lo sugirió. Ahora por favor, ¡sal de mi casa! —es
AMOR INESPERADOHISTORIA DE TADDEO FERRARIEl señor del camión al ver la colisión del hombre, se estacionó, salió corriendo a auxiliarlo, marcó al 911 el número de emergencia, informó del accidente y pidió una ambulancia. Se acercó donde estaba el herido, era un muchacho joven, cargaba el casco pues
—¡No Taddeo! ¡No mi amor tú no! Todo es mi culpa mamá, yo lo mandé a que se muriera. ¡No! ¡Por favor no! —Camilla no entendía de razones, se puso histérica, estaba tan alterada que despertó hasta a su padre, que de inmediato llegó a la habitación atraído por los gritos de Camila.—¿Qué le pasa? ¿Por