—Por supuesto que soy el mejor, mi monoplaza y yo somos uno solo en la pista, no se te olvide Camillo que siempre juego a ganador, por eso donde quiera que participó soy el campeón, cuando no gano es porque no estoy compitiendo—expresó desafiante.—¿Por qué tengo la sensación de que no estás habland
CUATRO AÑOS DESPUESAnabella había amanecido por cuarto día consecutivo con náuseas matutinas, mareos, y para hacer más duros sus momentos, la sensibilidad en sus senos le producía dolor ante cualquier pequeño roce, hasta el contacto con el brasier era doloroso, por eso decidió suprimir dicha prenda
La doctora Martina se echó a reír a carcajadas con la molestia de su amiga —Bueno creo que te dejaste convencer porque te convenía amiga, así es que no le eches toda la culpa al pobre Sebas y sin querer ofenderte, ¡Te comprendo! con ese espécimen de hombre, que fémina no se deja convencer.—Martina,
—No me interesa. No me da la gana que salgas y punto—espetó molesto.—¡Eres malo papá!, un hombre cruel que poco te importa el bienestar de tus hijos—gritó la chica, quien salió corriendo diciendo—. Lo siento, no me han dado permiso.—Tal vez otro día mi niña, no llores. Al llegar a casa te marcarem
Al escuchar a su hijo las piernas le temblaron, sintió que iba a desfallecer, Gálata y Martina al verla a punto de desplomarse se acercaron a ella —¡¿Qué estás diciendo Taddeo?! Eso no puede ser, ¡Tu padre es un hombre sano! eso no puede ser verdad, ¡no!, ¡Por Dios!—comenzó a llorar desesperada—. ¡É
—¿Volviste con la modelo? —interrogó Anabella, aunque era una buena chica le parecía que no era la mujer indicada para hacer feliz a su hijo, sin embargo, apoyaría cualquier decisión.—No mami, Evie y yo solo somos grandes amigos —respondió el chico sonriendo. —¿No me digas que Alondra?, la quiero
DOS SEMANAS DESPÚESAnabella no había querido contarle a Sebastián lo de su embarazo, en primer lugar, le daba nervios que la noticia pudiera provocar tanta emoción en el que pudiera volverse a infartar. Le huía, no se desnudaba frente a él para que no viera su pequeño prominencia en el vientre, que
Observó a su hijo que pasó su mano por la cabeza,—¿Papá que pensarías si a esta edad mi madre saliera embarazada?Cuando lo escuchó, la sorpresa de Sebastián fue tan grande que abrió en gran medida sus ojos, iba abrir la boca para responder, pero la volvió a cerrar y después emitió una gran sonrisa.